Las recriminaciones y los ataques dominan el debate republicano
Los candidatos republicanos a la Casa Blanca protagonizaron el sábado un debate que se volvió una verdadera batalla campal, liderada por el favorito en los sondeos, el multimillonario Donald Trump, que atacó con fuerza a varios de sus contendientes.
Trump dirigió sus dardos sobre todo contra el senador ultraconservador Ted Cruz, que recibió un impulso tras ganar en Iowa, y el exgobernador de Florida Jeb Bush, a una semana de las primarias de Carolina del Sur, la tercera parada del proceso para designar al candidato para las presidenciales de noviembre.
El magnate, que lidera las encuestas y viene de ganar las primarias del martes en New Hampshire, interrumpió incesantemente a sus adversarios, levantó la voz y gesticuló, al tiempo que lanzó duros epítetos contra sus compañeros de partido durante el debate realizado en Greenville, Carolina del Sur.
Trump acusó a Cruz, su más cercano rival en las encuestas, de ser un «mentiroso» y un «tipo repugnante». «Ustedes son probablemente peores que Jeb Bush», dijo en un momento Trump, después de que Cruz lo acusara de no ser un verdadero conservador. «Donald, los adultos aprenden a no interrumpir», contestó Ted Cruz.
– Agrios intercambios –
La subida de tono entre Trump y Bush marcó también gran parte del debate, sobre todo cuando los candidatos tocaron la política exterior. En un momento, el multimillonario llegó a sugerir que en vez de Jeb Bush, el candidato debería haber sido su madre, Barbara, esposa del expresidente George H.W. Bush.
Trump afirmó que Estados Unidos no puede pelear em dos guerras al mismo tiempo en Siria, contra el régimen de Bashar al Asad y la organización yihadista Estado Islámico, que debería ser la prioridad militar de Washington, según el multimillonario. «Jeb está totalmente equivocado», dijo Trump frente a la insistencia de Bush de que Asad debe salir del poder.
«Eso lo dice un hombre que conoce de política exterior por lo que escucha en programas de televisión», se burló Bush, hermano del también expresidente George W. Bush, quien a partir del lunes hará campaña por Jeb.
Los candidatos ignoraron por momentos a los moderadores, en lo que fue el debate más agresivo de los nueve que han tenido lugar entre los aspirantes republicanos a la Casa Blanca.
– Dilo en español –
El tema migratorio también generó fuertes palabras, sobre todo entre los candidatos de origen cubano, los senadores Cruz y Marco Rubio. Cruz atacó a su colega en el Congreso por haber impulsado en el Senado un proyecto de reforma migratoria que incluía una vía para la legalización de millones de indocumentados, algo de lo que luego Rubio se distanció. «Marco tiene un largo historial en cuanto a apoyar la amnistía» para los indocumentados, fustigó Cruz.
Cruz acusó a Rubio de haber dado una entrevista en español en Univisión, el canal hispano líder en Estados Unidos, en la que afirmó que no revocaría las órdenes ejecutivas del presidente Barack Obama para regularizar a unos cinco millones de inmigrantes sin papeles. «Primero que nada, no sé cómo él podría saber lo que dije en Univisión, porque él no habla español», le respondió Rubio, hijo de inmigrantes cubanos nacido en Miami, Florida (sureste), que domina el idioma de sus padres.
«Si quieres, dilo ahora mismo en español», dijo Cruz en español, aparentemente instándolo a que repitiera lo que dijo en Univisión. A diferencia de Rubio, Cruz, de padre cubano, no suele hacer alarde de sus conocimientos de español.
En un gesto que no se repitió en el resto de la noche, al principio del debate los seis candidatos coincidieron en algo: en que Barack Obama no debe ser quien designe al reemplazo en el Tribunal Suprema del juez conservador Antonin Scalia, fallecido el sábado a los 79 años. La importante decisión debe tomarla el futuro presidente, que llegará a la Casa Blanca en 11 meses, afirmaron.
El candidato republicano que salga de las primarias se enfrentará en las presidenciales de noviembre a Hillary Clinton o Bernie Sanders, que se disputan la nominación demócrata.