Más de 200 grabados de Durero, reunidos en una muestra inédita en Francia
Chantilly (Francia), 2 jun (EFE).- Más de 200 grabados del artista alemán Alberto Durero (1471-1528), pertenecientes a dos colecciones diferentes, se reúnen en una muestra inédita con la que el castillo de Chantilly (norte de París) homenajea la trayectoria del artista renacentista.
Esta exposición, la primera de Durero en Francia en 25 años, se presenta bajo el título «Albrecht Dürer: Gravure et Renaissance», pone de relieve su obra a través de las colecciones del museo Condé de Chantilly y de la Biblioteca Nacional de Francia y se podrá visitar desde este sábado 4 de junio hasta el próximo 2 de octubre en el castillo de esta localidad francesa.
Durero, considerado como el mayor representante del Renacimiento alemán, nació en la ciudad de Nuremberg en el seno de una familia de orfebres y aprendió a usar el cincel y el grabador en el taller de su padre.
Dio sus primeros pasos en el arte en 1486, cuando comenzó a trabajar en el taller del pintor Michael Wolgemut, con el que descubre el arte del dibujo y la pintura flamenca. Es también el lugar en el que empieza a realizar sus primeros grabados en madera.
Al terminar sus estudios, Durero viajó por Alemania para continuar con su formación hasta acabar en la ciudad francesa de Colmar para aprender del grabador alemán Martin Schongauer, pero cuando llegó, este había fallecido. A pesar de ello, colaboró en varias publicaciones en Estrasburgo y Basilea.
La exposición realiza un viaje a través de una de sus colecciones más famosas, «El apocalipsis», realizada entre 1496 y 1498 que ilustran las visiones proféticas y escatológicas de San Juan Evangelista durante el fin del mundo, antes de la última llegada del Salvador.
Los bocetos de «El apocalipsis» están realizados con la inspiración de Durero en los artistas grabadores del siglo XV.
Estas composiciones producen una síntesis inédita entre las tradiciones artísticas germánicas y las lecciones ya aprendidas de la Antigüedad, según explica la comisaria de la muestra, Caroline Vrand.
Durante su viaje de vuelta a Nuremberg para establecerse definitivamente, en 1494, Durero hizo escala en Venecia para familiarizarse con los grabados italianos, cuando los suyos ya eran muy conocidos.
Durero sentía verdadera admiración por el grabador italiano Jacopo de Barbari con el que se vio en varias ocasiones.
La muestra recoge los grabados que evidencian la inspiración artística del uno en el otro, Su admiración por Barbari le llevó a estudiar las proporciones ideales del ser humano a través de la geometría, uno de los métodos de trabajo del italiano, detalla Vrand.
El lado religioso de Durero se presenta con la colección «La Gran Pasión», que refleja la pasión y muerte de Jesucristo, o a través de una serie de grabados sobre la vida de la Virgen María que Durero realizó en Italia y fueron encontrados y copiados por Marcantonio Raimondi a principios del siglo XVI.
Como el artista se interesó durante su vida por todo aquello que le rodeaba, no dejó pasar la oportunidad de grabar lo que la naturaleza le ofrecía, desde bellos paisajes a simples animales. EFE
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