Nuevos billetes empiezan a circular por fin en Venezuela
Los venezolanos comenzaron a transar este lunes con nuevos billetes que superan hasta 200 veces el saliente de mayor valor, en medio de una imparable inflación que devora su moneda.
Bancos de Caracas entregaron los primeros billetes de 500, 5.000, 10.000 y 20.000 bolívares, parte del nuevo cono monetario que debió empezar a circular en diciembre, pero que se retrasó por un supuesto «sabotaje» de Estados Unidos, según el presidente Nicolás Maduro.
Aunque el mandatario anunció la emisión el 4 de diciembre, la fecha de impresión de las denominaciones de 500 (73 centavos de dólar a la tasa oficial más alta) es del 18 de agosto de 2016.
«Los primeros reportes que han llegado de la entrada en circulación del nuevo cono monetario son positivos (…). Vamos poco a poco», dijo Maduro en rueda de prensa este lunes en la noche, sin dar mayores detalles.
Tras más de un mes de espera, algunos se mostraron incrédulos y otros enfrentaron las primeras dificultades.
«Un cliente llegó con varios de 5.000 y me quería pagar un café (150 bolívares). Le dije que no, ¿cómo hago para darle cambio?», comentó a la AFP Luis Ubillús, comerciante del centro capitalino.
Hasta el domingo el billete de más alta denominación era el de 100, que pasó a convertirse en una moneda y alcanza para muy poco. Un cigarro cuesta 200 bolívares.
Lo sustituye el de 20.000 (30 dólares), que representa la mitad del salario mínimo.
«Nos dieron varios de 500 por taquilla y a un señor de 20.000», señaló a la AFP un joven al salir de un banco con un acompañante, mientras mostraba los billetes y gente alrededor, dudosa, les tomaba fotografías con sus teléfonos.
– Inflación sin control –
Con las nuevas denominaciones, el gobierno busca paliar los efectos de la inflación, que el FMI proyectó en 475% en 2016 -la más alta del mundo- y en 1.660% para este año, síntoma de la crisis que azota al país y que se agravó desde 2014 por la caída de los precios del petróleo.
El gobierno no ha difundido datos del costo de vida en 2016, pero los venezolanos ven a diario cómo se esfuman sus devaluados bolívares.
El 8 de enero, el sueldo mínimo subió a 40.638 bolívares (60 dólares a la tasa oficial y 11,4 a la del mercado negro), muy por debajo de lo necesario para completar la cesta básica alimentaria, según estimaciones privadas.
«Esta medida facilita la vida al venezolano, pero no detendrá la inflación. Las monedas y billetes del país solo representan 8% de toda la liquidez monetaria, la mayor presión está en las transacciones electrónicas», explicó a la AFP la economista Anabella Abadi.
Su colega Orlando Ochoa considera que la actualización del cono debió hacerse hace tres años. «Este nuevo cono facilita las transacciones, no genera inflación, pero la gente sabe que su dinero perdió valor», sostuvo.
– Persisten los problemas –
Los bancos solo entregaban este lunes los billetes por taquilla y no por cajeros electrónicos.
Un gerente de un banco estatal de Caracas dijo a la AFP bajo anonimato que las máquinas aún no han sido programadas para dispensarlos.
«Hay un problema técnico asociado al tamaño o diseño de los billetes. Arreglarlo en todo el país puede tomar 90 días», afirmó Abadi.
Maduro precisó la semana pasada que el Banco Central de Venezuela (BCV) ha recibido 60 millones de piezas de billetes de 500 bolívares, 4,5 millones de 5.000 y 2,9 millones de 20.000.
Pero en noviembre circulaban 6.100 millones de billetes de 100 bolívares, según el BCV. Los nuevos billetes que han llegado representan 18% del valor de esa masa monetaria.
«Son insuficientes, parece poco creíble que el 20 de febrero vayan a salir de circulación los de 100», dijo Abadi.
El presidente anunció en diciembre el retiro del billete de 100, antes de que saliera la nueva emisión, al denunciar que «mafias» en las fronteras con Colombia y Brasil lo extraían para desestabilizar la economía.
Sin embargo, tres días después amplió su vigencia ante el retraso del nuevo cono, que provocó disturbios por la falta de efectivo, con saldo de cuatro muertos y cientos de comercios saqueados.
También para combatir a las supuestas mafias que, según Maduro, deprecian la moneda y alimentan el mercado negro, el gobierno autorizó la operación de ocho casas de cambio en la frontera con Colombia.
Se estableció una tasa de cuatro pesos colombianos por bolívar y límites equivalentes a 200 dólares en efectivo y 300 dólares en transacciones electrónicas. Sin embargo, no hubo operaciones este lunes, pues los usuarios deben registrarse previamente y pedir cita.
Es la primera medida de un nuevo decreto de emergencia económica, similar al que le dio a Maduro amplias facultades en la materia durante 2016.