
A 50 años del golpe a la democracia en Chile

Ya hay nietos entre las familias chilenas que la Suiza oficial recibió con desconfianza tras el golpe militar que terminó con el Gobierno de Salvador Allende hace justo 50 años. Hoy trabajan en construir memoria y en transmitir la historia del exilio chileno en Suiza.
El 11 de septiembre de 1973, Augusto Pinochet derrumbó el gobierno de Salvador Allende, primer presidente socialista elegido democráticamente en América Latina. Miles de personas huyeron de la sangrienta represión cuando la junta militar del general Pinochet tomó el poder.
En Suiza, las autoridades desconfiaban de las personas refugiadas políticas llegadas de Chile, consideradas como demasiado de izquierda. Para aceptarlas, les pidieron renunciar a hacer cualquier tipo de actividad política en Suiza. Debían tener formaciones profesionales que les permitieran trabajar.
El Consejo Federal sólo quería aceptar a 200 personas. El empuje de diversas organizaciones, del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y especialmente de aquellas personas de a pie en Suiza indignadas al ver el sangriento escenario de la represión chilena obligó al Gobierno a revisar su postura; en la década siguiente, la Confederación concedió asilo a unos 1.600 refugiados políticos. El «complot comunista» era el temor subsistente de la época.

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Guerra Fría, diplomacia helvética y maniqueísmo
Surgió la Acción Plazas Libres (APL) para ayudar a las personas afectadas por el golpe militar y darles refugio en Suiza. Oscar Cariaga fue uno de los 5 primeros chilenos que llegaron a través de esta iniciativa el 23 de febrero de 1974, y cuyo testimonio quedó plasmado en el documental “La barca no está llena” (2014), del realizador Daniel Wyss, al igual que la reacción gubernamental helvética a su llegada: la imposición de visado obligatorio para toda persona con el pasaporte chileno, para bloquear ese éxodo.

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«El embajador suizo descorchó el champán»
Memoria histórica, impulso a la democracia
En los años 80, unas 6.000 personas con nacionalidad chilena vivían en Suiza. Algunas decidieron regresar a Chile con el restablecimiento de la democracia en la década de los noventa. Suiza les ayudó pagando subvenciones a la Oficina Nacional de Retorno (ONR) en 1993 y a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en 1994.
A 50 años del golpe, en Suiza, el periodista suizo-chileno Alberto Dufey ha dado a conocer su libro «El exilio chileno en Suiza» (en francés, español y próximamente en alemán), en el que aborda, entre otros temas, el papel de Ginebra en la tarea de acogida de las y los refugiados chilenos. «Esta ciudad, sede de organismos internacionales, fue clave en la ayuda y protección de los refugiados esparcidos en otros países del mundo», recuerda.
Dufey busca cubrir la falta de información en Europa sobre el caso suizo, el apoyo al retorno a la democracia en Chile y la labor de los medios de comunicación helvéticos «que durante 17 años denunciaron las reiteradas violaciones a los derechos humanos de la dictadura militar, ejemplarizada en el constante seguimiento del caso de Alexei Jaccard, chileno-suizo desaparecido en 1976».
Un caso del que SWI swissinfo.ch también dio cuenta. En 2016, la esposa de Jaccard, Paulina Veloso, nos indicó en entrevista que poder haber sabido 38 años después de la desaparición de su cónyuge que él fue torturado y probablemente asesinado en el Cuartel Lautaro, el sitio secreto mejor guardado de la dictadura, fue muy impresionante.

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“Es imposible borrar lo que ocurrió en el país”
«Si uno analiza todo lo que hizo la ciudadanía suiza por la población en Chile, es enorme el resultado, con el papel de Plazas Libres, que crearon cadenas para traer a las personas refugiadas, o la labor de la otrora sindicalista Ruth Dreifuss, con la Organización Internacional del Trabajo, o las cooperativas agrícolas en Basilea que ofrecieron trabajo. En todas partes, en Francia, en Alemania se conoce de los esfuerzos, pero hay que dar a conocer el legado en Suiza», anota Dufey.
A esa tarea también se dedica el Comité Memoria y Justicia (CMIEnlace externo), conformado por las familias del exilio chileno. Este 2023, el CMI ha organizado, junto a instituciones como la Universidad de Ginebra, una serie de manifestaciones culturales y conferencias para analizar las implicaciones contemporáneas en América latina y en Suiza de este golpe a la democracia en Chile. Además el CMI continúa la labor de construir un archivo para que no se repitan las atrocidades vividas hace medio siglo y para que no se olvide la historia del exilio chileno en Suiza.
Edición, David Eugster

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