Presidenta de COP11: Debemos enfrentar la adicción a la nicotina de los nuevos productos
Antonio Broto
Ginebra, 20 nov (EFE).- La directora general de Salud Pública de Panamá, Reina Roa, preside esta semana la undécima reunión de Estados parte de la Convención Marco para el Control del Tabaco (COP11), un encuentro en el que, subraya en una entrevista para EFE, uno de los temas clave es reforzar el control de los cigarrillos electrónicos y otros nuevos productos que causan adicción a la nicotina.
Esa adicción, «incluida en la clasificación internacional de enfermedades», está impactando mucho en las generaciones más jóvenes, bajo la idea errónea de que estos nuevos productos son menos dañinos, señaló al margen de la conferencia bienal, que esta vez se celebra en Ginebra.
Panamá, Brasil y otros países han impulsado en el seno de la conferencia textos que subrayan este problema, recordando que la convención, que cumple en 2025 veinte años, ordena a los países que la ratificaron no sólo medidas para prevenir el consumo de tabaco y la exposición a su humo, sino también la adicción a la nicotina.
«Buscamos aquí impulsar la investigación sobre estos productos y reforzar las medidas en torno a ellos», subrayó Roa, quien señaló que no se contemplan cambios en el texto de la convención al respecto, ya que sus artículos se adaptan también a la nueva situación.
Nuevos productos, más desafíos
Cigarrillos electrónicos, tabaco calentado, bolsas de nicotina y otros nuevos productos que las tabacaleras intentan presentar como menos perjudiciales para la salud al no producir humo están siendo crecientemente consumidos por las generaciones más jóvenes, en proporciones que en algunos países multiplican por nueve el uso a edades más adultas.
Por otro lado, agregó Roa, las emisiones de los cigarrillos electrónicos «no son ‘limpias’, no se trata simplemente de vapor de agua, ya que contienen sustancias tóxicas, muchas de ellas cancerígenas», según constatan las evidencias científicas.
Otro proyecto de decisión que se debate en la COP11 está orientado al medio ambiente y la protección de la salud ambiental, explicó la panameña.
«La convención marco tiene ya un artículo referente a la cuestión medioambiental, pero lo queremos reforzar y vincularlo con otros tratados ya negociados o en negociaciones», explicó.
Aludió en este sentido al tratado global para la contaminación de plásticos que se negocia desde 2022 -con muchas dificultades por las presiones de los países productores de petróleo- o la Convención de Basilea, ya en vigor, que regula el comercio de desechos peligrosos.
«Está demostrado que los filtros de cigarrillos son el contaminante mundial número uno, llegan a los océanos y son víctimas de ello nuestras comunidades, nuestros suelos y nuestras aguas», subrayó Roa.
Veinte años de resultados visibles
En la reunión bienal se repasan los resultados de una convención, la primera que se logró bajo los auspicios de la Organización Mundial contra la Salud (OMS), que ha sido uno de los principales éxitos multilaterales de esa agencia en sus más de 75 años de historia.
Hasta 183 países la han firmado, aunque queda por ser ratificada por tradicionales productores de tabaco como Estados Unidos, Argentina o Cuba.
«Muchos países han avanzado positivamente en la aplicación de las medidas de la convención, aunque tenemos que trabajar algunos artículos cuya aplicación está más retrasada», valoró la presidenta de la conferencia de las partes.
Según Roa, una vez puesto en práctica a nivel global «lo más básico» de la convención, que incluye la creación de ambientes libres de humo, la limitación de la publicidad del tabaco, la prohibición de la venta a los jóvenes o las campañas públicas de concienciación, es el momento de enfocarse en nuevos puntos «un tanto más retrasados en su aplicación». EFE
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