Protestas de antifascistas acompañan el buen resultado de la ultraderecha alemana
Ilya U. Topper
Berlín, 23 feb (EFE).- «AfD de mierda» entona un altavoz con una melodía de nana tranquilizadora, en extraño contraste con el mensaje, dirigido contra el partido de la ultraderecha alemana, segunda fuerza, con un probable 20 %, en las elecciones de este domingo según las primeras proyecciones de la televisión pública.
Ondean banderas y pancartas con el mensaje «Stop AfD» o, más expresivo, «Fck AfD» (‘AfD, jódete’).
Al fondo, un enorme edificio alberga la sede federal del partido que a partir de ahora será casi con seguridad la principal fuerza de oposición: ha duplicado su resultado electoral del 2021.
Los simpatizantes deben de estar de fiesta. Pero no se han aglomerado ante la sede de su partido para celebrar. Hay un centenar de activistas de la Antifa, el movimiento antifascista alemán, que lleva años dedicado a acosar al partido de la ultraderecha e intentar romper sus reuniones o manifestaciones.
Un cordón policial separa la protesta del edificio, pero hasta las oficinas llega probablemente la monótona nana, emitida por el altavoz de un autobús con gran despliegue de focos, luces, cañones de vapor y un anuncio luminoso que repite el mensaje de la canción.
Sirena ensordecedora
A las 18.00 en punto (17.00 GMT), el momento en el que cierran las urnas, la música para… y arranca un ensordecedor sonido de sirena, un volumen de decibelios que quizás hasta impida las conversaciones en la propia sede, a varios cientos de metros.
Los agentes del cordón policial se tapan las orejas. El estridente sonido dura diez minutos, sin interrupción. No se observan reacciones desde las casas bajitas con jardín que se alinean entre fábricas y terrenos industriales de esta zona de la periferia norte de Berlín.
Al otro lado de la calle, una decena de personas, la mayoría chicos jóvenes, una mujer de mediana edad, unos adolescentes, han desplegado una gran bandera alemana. La Policía se posiciona cerca para evitar roces con los de la Antifa.
«Solo mostramos la bandera alemana: eso es legal», dice uno de los manifestantes a EFE. «Porque a esos de ahí los molesta la bandera, aunque no entiendo por qué».
Todos rehúsan identificarse como votantes o simpatizantes de la AfD y alguno prefiere declararse «patriotas», mientras que otros subrayan que protestan contra lo que consideran un acto antidemocrático contra un partido legal y, a todas luces, representante de un sector importante de la población.
«Los violentos son ellos», asegura uno de los manifestantes, un hombre de una treintena de años que se identifica como Kevin y trabaja como técnico de sonido. «He visto muchas manifestaciones y siempre son los de la Antifa los que tiran piedras o botellas, no los de la AfD».
Un partido que atrae a radicales
El joven cree que el partido se fundó con ideas correctas, pero luego «atrajo a mucha gente sin cabeza que dicen un montón de estupideces» y lamenta que no se haya apartado a los más radicales.
«Para mí, Björn Höcke debería ser expulsado del partido», agrega, en alusión al dirigente del AfD en Turingia, conocido por ser el líder del ala más extrema y adversario interno de la presidenta de la formación, Alice Weidler, con un discurso menos nacionalista.
Su compañera subraya la paradoja de que en la protesta de la Antifa hay banderas de La Izquierda, un partido representado en el Parlamento, al que las proyecciones dan casi un 9 %, y que en su opinión no debería recurrir a medidas de boicot a otra formación salida igualmente de las urnas.
«Y además, ¿sabe lo que cuesta un autobús así, con esas luces y sirenas? ¿Con qué pagan eso? Estoy segura de que este dinero viene del Estado», agrega.
«Cuando es el Estado el que intenta decidir qué opinión política es legítima, impedir el diálogo y acallar voces disidentes, estamos en el primer paso hacia el fascismo», se preocupa Kevin, cuando por fin la sirena se va apagando y permite hablar. EFE
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