Quito trabaja en un proyecto para reducir las emisiones de metano de residuos orgánicos
Quito, 19 nov (EFE).- La Alcaldía de Quito, capital de Ecuador, trabaja en un proyecto que permitirá desarrollar la primera metodología mundial para cuantificar y reducir las emisiones de metano, un gas veintiocho veces más potente que el dióxido de carbono que se genera en los rellenos sanitarios a raíz del biogás que producen los residuos orgánicos, indicó el responsable del proyecto.
No existe un antecedente similar en ninguna otra ciudad, destacó a EFE el técnico a cargo de la iniciativa, Jorge Fonseca, quien señaló que esperan que los resultados estén listos en los primeros meses del próximo año y que serán enviados a Naciones Unidas.
Fonseca explicó que los centros de residuos acumulan grandes cantidades de metano porque, al descomponerse la materia orgánica, se producen biogases que contienen altas concentraciones de este potente gas de efecto invernadero.
Trabajo en conjunto
El proyecto se está desarrollando junto a la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (EMGIRS-EP), la Federación Interamericana del Cemento (FICEM), el Instituto Ecuatoriano del Cemento y del Hormigón (NECYC) y la Cementera Selvalegre-UNACEM Ecuador.
El gerente general de EMGIRS-EP, Santiago Andrade, aseguró que, entre 2023 y 2025, Quito ha reducido un 30 % las emisiones de metano provenientes de la gestión de residuos, un «logro», que, aseguró, confirma que la acción climática, respaldada por alianzas estratégicas y rigurosidad técnica, genera impactos reales para la ciudad.
La capital genera 2.200 toneladas de residuos al día, con un 53,18 % de material orgánico que, al descomponerse, produce metano, según datos del Municipio de Quito.
Los residuos gestionados por la empresa municipal serán utilizados como combustible alternativo en procesos cementeros, lo que «fortalecerá la economía circular», explicó la Alcaldía.
Para la Municipalidad, este convenio representa una solución climática e industrial de alto impacto que posiciona a Quito y a la industria del cemento como un modelo replicable en la región y evidencia cómo la colaboración entre sector público y privado puede impulsar soluciones ambientales de alto valor, equilibrando la agenda social con la ambiental y priorizando beneficios concretos para la ciudad. EFE
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