
Rusia cruza los dedos para que Trump no sancione a India y China por comprar su petróleo
Moscú/Delhi/Pekín, 6 ago (EFE).- Rusia cruza los dedos para que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no sancione a sus principales importadores de petróleo, India y China, por la negativa del Kremlin a detener la guerra en Ucrania.
«Escuchamos muchas declaraciones que en la práctica son amenazas. Son intentos de obligar a los países a cesar las relaciones comerciales con Rusia. Consideramos estas declaraciones ilegales», dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en rueda de prensa.
Y es que perder los mercados indio y chino -la alternativa al europeo desde 2022- sería un drama para la economía rusa, que exporta más del 70 % de su crudo a esos dos gigantes y lucha por no entrar en recesión en el cuarto año de la guerra.
China es el mayor importador mundial de crudo ruso -cerca de un 50 %-, seguido por la India, mientras Turquía es líder en la compra de productos petrolíferos.
La reorientación rusa a Asia se ha visto beneficiada porque los precios de sus hidrocarburos, incluido el gas, son claramente más baratos que los que ofrecen otros exportadores tradicionales.
China rebate el proteccionismo de Trump
«China tomará las medidas que considere adecuadas sobre su suministro energético en función de sus intereses nacionales. La coerción y la presión no pueden resolver los problemas», dijo Guo Jiakun, portavoz de Exteriores chino.
En una clara declaración de intenciones, Pekín ha incrementado desde el comienzo de la guerra en Ucrania las importaciones de petróleo ruso, que alcanzaron los 62.590 millones de dólares en 2024, según la ONU.
De hecho, el pasado año los chinos compraron al país vecino 2,19 millones de barriles de petróleo diarios, con lo que Rusia superó a Arabia Saudí como principal fuente de suministro. Estas cifras representan más de una quinta parte de sus importaciones anuales de oro negro.
A su vez, la imposición de aranceles a Pekín podría provocar el descarrilamiento de las actuales negociaciones comerciales con Washington, cuya fecha límite es el 12 de agosto.
China, que ya abordó ese asunto con EEUU en Estocolmo, adoptó represalias arancelarias contra Washington, lo que se tradujo por momentos en un embargo «de facto».
Una de las cartas que jugaron los chinos fue la restricción del acceso a las tierras raras, ya que Pekín controla el 70 % de su producción mundial y casi el 90 % de los imanes de alto rendimiento.
India, la tapadera perfecta para el petróleo ruso
India, cuya bonanza económica depende ahora en gran medida de los descuentos rusos al petróleo, importa unos 1,75 millones de barriles al día.
«En este contexto, señalar a India es injustificado e irrazonable. Como cualquier gran economía, India tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar sus intereses nacionales y su seguridad económica», replicó el Ministerio de Exteriores indio a las amenazas de Trump.
El petróleo ruso que parte de los puertos del Ártico o Báltico llega a las refinerías en Sikka y Vadinar, donde se procesa el crudo pesado con alto contenido de azufre.
Los petroleros que participan en ese trasiego conforman la «flota fantasma» perseguida por la Occidente, pero que están cubiertas por las aseguradoras indias, a lo que hay que sumar que la reaseguradora india GIC Re ha creado un consorcio local que ofrece un respaldo soberano de 1.000 millones de dólares para esos cargamentos.
Puerta trasera a Europa
Además, la India se aprovecha de que la UE prohíbe la importación de petróleo ruso, pero no la compra de productos refinados como diésel, gasolina o combustible de aviación de terceros países.
Las refinerías indias se han convertido en una especie de puerta trasera, ya que importan millones de barriles de crudo ruso y, una vez procesado, se convierte legalmente en «Hecho en la India».
Como resultado, las exportaciones de productos petrolíferos indios con destino a Europa se han disparado desde 2022, convirtiendo el país asiático en uno de los principales proveedores de diésel.
Una vez que el crudo «es transformado sustancialmente» en la India, «ya no es técnicamente ruso», esgrimió S. Jaishankar, ministro de Exteriores indio.
De esta forma, los hidrocarburos rusos siguen llegando de manera indirecta al mercado europeo, al tiempo que India se convierte en un centro de refinado global.
Tanto China como India han rechazado cualquier implicación en la campaña militar rusa Ucrania, aunque Kiev ha acusado a ambos países de suministrar componentes a la maquinaria de guerra rusa.EFE
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