
Santiago Korovsky (Distrito Palermo): «la risa es un mecanismo de defensa»
Alida Juliani
Madrid, 18 jul (EFE).- Acaba de estrenar la segunda temporada de la serie ‘Distrito Palermo’, que se exhibe en Netflix, y el argentino Santiago Korovsky, protagonista y guionista de la misma, está feliz con la respuesta que en apenas 24 horas está teniendo, y, sobre todo, porque espera que su trabajo «trascienda»: «la risa es un mecanismo de defensa», dice.
‘Distrito Palermo’ cuenta las peripecias de un grupo de guardias urbanos argentinos, que patrullan en el barrio homónimo de Buenos Aires, un equipo conformado por un peculiar equipo de agentes destinados a la ayuda al ciudadano.
El grupo está formado por una paralítica en silla de ruedas, un agente con síndrome de down, un ciego, un policía con acromegalia, e incluso el jefe tiene un brazo ortopédico, entre otros, que hacen su trabajo con solvencia y con el resultado para el espectador de una mezcla de sentido del humor, ternura, desconcierto y respeto.
«Era mucha presión para nosotros porque en la primera temporada no habíamos tenido mucha expectativa de la gente, y fue una sorpresa todo lo que pasó, y ahora existía esa presión de demostrar, por lo menos en nuestro país, que estábamos a la altura de una segunda temporada. Estamos recibiendo críticas muy buenas», asegura Korovsky en una entrevista por videollamada con EFE.
Reírse juntos «acá con amigos, poder reírse juntos es liberador y catárquico», dice el actor argentino, » y es de una potencia muy fuerte cuando uno se ríe con gente, se forma comunidad, algo que nos está faltando en estas épocas».
La serie toca temas de actualidad, como la inclusión, las redes sociales, la inteligencia artificial, «nos reímos de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. En el momento que está todo para llorar, la risa es un mecanismo de defensa».
«Tomamos las cosas que tenemos a nuestro alrededor y en esta temporada hablamos mucho de la dificultad de encontrar un departamento en las grandes ciudades, la gentrificación, de como está cambiando la política de un lado hacia el otro, de cómo se tratan a las minorías, a las personas con discapacidad», señala.
Y de «cómo nosotros queriendo ser muchas veces inclusivos, tenemos un montón de prejuicios y no lo somos, con buenas intenciones incluso».
Ese fue el punto de partida de ‘Distrito Palermo’, con la búsqueda de asesores que les ayudaran a crear la serie, que estrenó ayer su segunda temporada.
«La realidad siempre es más absurda que la series»
«La serie no es política, en el sentido de que no habla de un partido específico o de una persona, porque eso queda viejo rápido. Nosotros tratamos de dar un mirada de las cosas», señala el actor, al tiempo que precisa que la crueldad, el humor de brocha gorda «es la peor forma de hacer humor y no buscamos eso.», señala Korovsky.
Por eso, «lo que buscamos es que sea gracioso, que sea una historia, que cuente una historia personal, que hable de personajes, que transmita emociones, y después inevitablemente hay una mirada del estado de las cosas, sobre todo de un mundo que está siendo bastante hostil en estos últimos años».
«Por supuesto nuestro país no es ajeno a todo eso, pero la serie habla de la importancia de estrechar los lazos y de hacer equipo y de tratar de pensar que la empatía es necesaria para la vida y ser feliz», dice.
Futuros proyectos
Sobre la posibilidad de una tercera temporada de ‘Distrito Palermo’, Korovsky dice: «a mí me dan ganas de hacer ahora una película».
«Tomarme un tiempo para abordar otras cosas – ya tengo 40 años – hay otras historias que quiero contar en este momento», dice, y señala que tiene ideas que pueden cuajar, incluso en España.
Pero, «si me gustaría algún día volver a juntar el grupo (de ‘Distrito Palermo’) y hacer una película o algún especial, como una última misión para toda esta banda».
«Desde la primea temporada fuimos armando este rompecabezas que tiene mucho de pensar para que la inclusión no se una palabra vacía, sino que sea real», concluye.
Porque en la serie, «nos reímos de nosotros mismos, y ellos (los actores) también lo hacían de ellos mismos. Ha sido un aprendizaje», asegura Korovsky. EFE
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