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Debate sobre Ley COVID: verdades y falacias

Diversas personas muestran su certificado COVID en su teléfono
El certificado COVID es obligatorio para asistir a eventos públicos en sitios cerrados, como un partido de hockey sobre hielo. Keystone / Ennio Leanza

¿Nos conducirá la ley COVID a un control masivo de la población? Si no se aprueba la ley el 28 de noviembre, ¿se podrá seguir viajando con un certificado? ¿Contagian los que están vacunados de igual modo que los que no lo están? ¿Se han visto afectados los restaurantes por la exigencia de un certificado? Comprobamos los hechos.

1) En caso de no, ya no será posible expedir certificados COVID, ni siquiera para viajar al extranjero. → VERDADERO

“(Si se rechaza la Ley COVID,) ya no será posible expedir certificados COVID, ni siquiera para viajar al extranjero”, se afirma en el folleto oficial del Consejo Federal (Gobierno). Sin embargo, en su página web el comité del referéndum adopta una postura totalmente opuesta: “La Confederación y los cantones pueden, por supuesto, ofrecer certificados COVID a petición del interesado para viajar al extranjero. Afirmar lo contrario es faltar a la verdad. Entonces, ¿quién tiene razón y quién no?

Todas las personas a las que hemos consultado -autoridades y expertos- confirman que, sin una base legal, no se podrán expedir más certificados después del 19 de marzo de 2022. Al mismo tiempo, en Suiza ya no será posible vincular las medidas de restricción de la vida social a la presentación de un certificado COVID. No obstante, los certificados ya en vigor seguirán siendo válidos hasta su fecha de caducidad, es decir, un año después de su expedición.

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Queda la cuestión de los viajes al extranjero. Los ciudadanos suizos podrán seguir viajando. El Ministerio del Interior (DFI por sus siglas en francés) afirma que no tiene conocimiento de ningún país que acepte únicamente el certificado para entrar en su territorio. Por regla general, es posible presentar otro documento que acredite la vacuna contra la COVID (por ejemplo, la cartilla de vacunación amarilla), una prueba negativa o haber pasado la enfermedad. Sin embargo, hay que asegurarse de que la prueba sea reconocida por el país en cuestión.

Se mantiene también pendiente la cuestión del uso del certificado suizo en restaurantes, museos u otros establecimientos en los que se exige este documento. ¿Los que tienen un código QR generado en Suiza podrán seguir usándolo? ¿Se seguirá aceptando? Por el momento se mantiene la incertidumbre. Técnicamente, el certificado puede seguir leyéndose en el extranjero porque las claves de verificación son públicas, pero no está claro si la Unión Europea seguirá aceptándolo en su sistema.

Cabina de un avión con pasajeros
¿Los suizos podrán seguir viajando si la ley COVID-19 es derrotada? © Keystone / Christian Beutler

En cualquier caso, la versión en papel podría seguir utilizándose en los viajes (como prueba de vacunación o recuperación, pero no como certificado) hasta su fecha de caducidad, asegura la Confederación, pero solamente si los países lo autorizan. No obstante, “lo que acepten los países extranjeros y cómo evolucione su política no es nuestra responsabilidad”, añade el DFI.

2) La ley COVID conduce a un control electrónico masivo. → FALSO

Un ojo y un eslogan “¿Control masivo? No”. Es difícil no ver los carteles de los opositores a la ley COVID que aparecen por todo el país. Los impulsores del referéndum denuncian el seguimiento electrónico de los contactos. “La ley obliga al Consejo Federal a introducir una vigilancia digital completa de todos los ciudadanos: una situación comparable a la de China”, afirman. Y en su punto de mira está también el certificado sanitario. “Cuando presentas tu código QR quedas registrado. Esto significa que te siguen a todas partes. Vayas donde vayas, saben dónde estás”, alegó su portavoz Michelle Cailler en el informativo de las 19:30 del 12 de octubre.

¿Cuál es la realidad? En primer lugar, con respecto a la localización de contactos, podemos asegurar que los temores de los oponentes son infundados. “La ley COVID no contiene ninguna base para el funcionamiento de una base de datos de localización de contactos”, comenta la Oficina Federal de Sanidad (OFSP). Se limita a introducir una nueva disposición que exige a la Confederación, en colaboración con los cantones, a establecer un sistema electrónico de localización de contactos “completo y eficaz” y garantizar que ese sistema “funcione en toda Suiza”.

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Las autoridades federales también pueden obligar a los cantones a mejorar la localización y “compensarles por los gastos resultantes”. A nivel operativo, esta tarea es responsabilidad de los cantones. La base legal no se encuentra en la ley COVID sino en la ley sobre epidemias. También es responsabilidad de las autoridades cantonales mantener las bases de datos necesarias, “respetando las medidas de protección de datos” (art. 58 LEp). Por lo tanto, la localización de contactos es un hecho que no se ve fundamentalmente afectado por el referéndum.

En cuanto al pasaporte sanitario, los temores de la comisión del referéndum tampoco se confirman. “Ningún dato personal (en relación con el certificado COVID) se almacena en los servidores centrales de la administración federal”, señala la Oficina Federal de Informática y Telecomunicaciones (OFIT). Además, “ni la administración federal, ni los cantones, ni ningún otro organismo público o privado reciben información sobre el uso del certificado COVID”, asegura el OFIT.

Una persona con celular y otra con tableta muestran código QR
¿Hemos entrado en el mundo del Gran Hermano? Keystone / Gian Ehrenzeller

Durante el proceso de comprobación de la validez de un certificado, solo se muestran los apellidos, el nombre y la fecha de nacimiento, para poder compararlos con un documento de identidad. Según la Orden de Situación Especial de COVID-19, estos datos “no podrán ser tratados para ningún otro fin”. Solo podrán almacenarse “si es necesario para garantizar el control de acceso” y, en ese caso, “deberán destruirse en un plazo máximo de doce horas tras la finalización del evento”.

También es conveniente señalar que el código para acceder a la fuente del sistema de certificados COVID es abierto, es decir, directamente accesible para cualquier interesado en la plataforma Github. Así, es posible comprobar qué datos se almacenan y dónde. Por último, el sistema está legitimado por un dictamen publicado a principios de junio por el Comisario Federal de Protección de Datos, en el que se afirma que “el certificado COVID cumple los requisitos esenciales de la supervisión de la protección de datos”.

3) Las personas vacunadas contagian igual que las que no lo están. → FALSO

Para los opositores a la ley COVID, el certificado sanitario “no tiene sentido”, dado que la vacuna no evita que la gente enferme y transmita el virus. El 12 de octubre, en el programa de las 19h30, la portavoz de Amigos de la Constitución, Agnès Aedo, fue aún más lejos al afirmar que “el certificado COVID no sirve para nada, ya que ahora sabemos que las personas vacunadas y no vacunadas son igualmente contagiosas”.

“Eso es absolutamente falso”, contesta el epidemiólogo Julien Riou. Y el investigador de la Universidad de Berna cita un reciente estudio holandés, disponible en prepublicación en la plataforma medRxiv, que concluye que una persona totalmente vacunada e infectada con la variante delta tiene un 63% menos de probabilidades de infectar a personas no vacunadas. Un estudio anterior realizado por el mismo equipo en las mismas condiciones encontró una disminución del 73% en el contagio por parte de las personas vacunadas que portaban la variante alfa.

Gran parte de la confusión se debe a un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. de finales de julio que encontró cargas virales similares entre personas vacunadas y no vacunadas. No obstante, desde entonces, los CDC han citado un estudio chino que llegó a las mismas conclusiones que el estudio holandés, así como otras investigaciones que muestran un descenso más rápido de la carga viral en las personas vacunadas.

Para el epidemiólogo Antoine Flahault, director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Ginebra, la cuestión de la menor transmisión del virus por parte de las personas vacunadas es algo normalmente aceptado en el mundo científico. “Podemos ver casi experimentalmente ante nuestros ojos que las poblaciones menos vacunadas, sobre todo en Europa del Este, se ven mucho más afectadas”, afirma. La gran incógnita, según él, sigue siendo el alcance de la ventaja de la vacunación en términos de transmisión, que todavía es difícil de cuantificar. “Pero aunque supusiera una reducción solo del 30% tendría un gran impacto en la lucha contra la pandemia”, concluye.

4) La enmienda COVID del 19 de marzo de 2021 da más poder al Consejo Federal. → FALSO

“El Consejo Federal es el único capacitado para decidir sobre el refuerzo o la flexibilidad de las medidas. Esa ampliación de poderes significa una nueva transferencia de poder del Parlamento y del pueblo soberano al Gobierno”, señaló Josef Ender el 12 de octubre en la presentación oficial de la campaña contra la ley COVID (pdf). El portavoz del Comité del No denunció este hecho como un acontecimiento “antidemocrático y peligroso”.

Foto de los ministros y el canciller suizos.
¿El Gobierno suizo se atribuye más poder con la ley COVID-19? Keystone / Markus A. Jegerlehner

Por el contrario, el bando del “sí” señala que las enmiendas a la ley COVID que entraron en vigor el 20 de marzo introducen nuevas exigencias al Consejo Federal. Señalan que las enmiendas reducen el alcance de la acción gubernamental en el ámbito de las restricciones económicas y sociales. A la luz de los hechos, es claramente esta interpretación la que prevalece y no la de los opositores a la ley.

La revisión del 19 de marzo de 2021 (art. 1, párr. 2bis) exige ahora que el Consejo Federal, en el marco de su estrategia, “garantice que la vida económica y social se restrinja lo menos posible y durante el menor tiempo posible”. Este requisito no estaba incluido en la versión anterior. “Para ello, la Confederación y los cantones deben utilizar, en primer lugar, todas las posibilidades que ofrecen los planes de protección, las estrategias de detección y vacunación y el rastreo de contactos”, continúa el texto.

Más adelante, el Parlamento también introdujo un nuevo artículo 1a que definía los criterios y valores de referencia para las restricciones y flexibilizaciones en la vida económica y social. El Consejo Federal “tendrá en cuenta no solo la situación epidemiológica, sino también las consecuencias económicas y sociales”, se estipula de nuevo.

También hay que tener en cuenta que el Consejo Federal no basa sus restricciones a las actividades económicas y sociales en la ley COVID, sino en la ley de epidemias, aprobada por el voto popular del 60% de los suizos el 22 de septiembre de 2013.

5) El Consejo Federal no ha cumplido su promesa de levantar todas las restricciones a partir de la fase de normalización. → VERDADERO A MEDIAS

“Según sus propios planes, el Consejo Federal debería haber levantado todas las medidas hace mucho tiempo, pero ha hecho justo lo contrario: al introducir la ampliación del requisito del certificado COVID, ha reforzado masivamente el paquete de medidas”, denunció el presidente de la UDC, Marco Chiesa, en un comunicado emitido el 15 de octubre. Tres días antes, el portavoz de la comisión del No dijo prácticamente lo mismo, acusando al gobierno de no cumplir su “promesa”.

Los dos opositores a la ley COVID se remiten a la estrategia de salida de la crisis del Consejo Federal – el famoso modelo de tres fases (protección, estabilización, normalización) – presentado el 21 de abril. A partir del inicio de la fase de normalización, es decir, cuando todos los adultos que desean ser vacunados lo hayan sido completamente, “las restricciones sociales y económicas ya no están justificadas”, según el Gobierno. Por lo tanto, las medidas restantes deberían levantarse gradualmente, “incluso si, en contra de lo esperado, la propensión de la población a vacunarse sigue siendo baja”.

La ampliación de la obligación de presentar el certificado COVID, que entró en vigor a mediados de septiembre, parece confirmar las críticas de los opositores a la ley COVID. Para entonces, la fase de normalización ya había comenzado. Pero el Consejo Federal, de nuevo el 21 de abril, había previsto un resquicio, reservándose “el derecho a mantener o reintroducir determinadas medidas durante un cierto periodo de tiempo” si la epidemia se reforzaba y amenazaba con sobrecargar el sistema sanitario. Y había puesto una condición: “estas medidas solo deben aplicarse a las personas que no tengan un certificado COVID”.

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Queda por ver si, cuando se anunció la prórroga del certificado COVID el 8 de septiembre, existía un temor real de que los hospitales se vieran desbordados. El Consejo Federal mencionó explícitamente este temor, refiriéndose a una situación “tensa” en los hospitales y a una ocupación “muy alta” de las camas de cuidados intensivos. “Con la llegada del otoño y del frío, no se puede descartar un fuerte aumento de los ingresos hospitalarios y la consiguiente sobrecarga de los hospitales”, argumentó el Gobierno.

La fecha del 8 de septiembre corresponde exactamente al último pico de pacientes de COVID tratados en una unidad de cuidados intensivos en Suiza (292 personas). Desde el verano, fue también esa semana la que registró el mayor número de casos (18 381 casos) y el mayor número de fallecidos (54 personas).

En cambio, el número de nuevos ingresos hospitalarios (50 al día de media en siete días) ha ido disminuyendo de forma constante desde el pico del 20 de agosto (76 al día), al igual que la tasa de pruebas positivas (9,77% frente al 18,33% del 16 de agosto). La media móvil de nuevos casos también descendió (2 633 casos al día), habiéndose situado el punto de inflexión unos días antes (5 de septiembre, 2 769 casos al día).


Traducido del francés por Carla Wolff

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