Templos y una frontera colonial: el escenario de los combates entre Tailandia y Camboya
Noel Caballero
Bangkok, 9 dic (EFE).- El conflicto fronterizo entre Tailandia y Camboya parte de una disputa histórica por la frontera establecida hace un más de siglo, cuando Francia ocupaba la entonces Indochina, con la soberanía de varios templos hinduístas como parte de la crisis.
Los Ejércitos de ambos países, que ya registraron duros enfrentamientos el pasado julio, luchan desde el domingo por el control de varias zonas donde se ubican edificios religiosos que datan del siglo XI, cuando el área era controlada por el Imperio jemer (802-1431).
Templos olvidados
Otrora ruinas olvidadas y cubiertas por la vegetación, el dominio sobre estos lugares de culto ha encendido los sentimientos nacionalistas en ambas naciones.
Este martes, por ejemplo, se registraron enfrentamientos alrededor de los templos de Ta Kwai (también conocido como Ta Krabei) y Ta Muen Thom, ambos cerca de la divisoria entre la provincia tailandesa de Surin y la camboyana de Oddar Meanchey, según el Ejército tailandés.
De escaso valor estratégico desde el punto de vista militar, el dominio sobre estos centros religiosos se ha tornado en un asunto de peso patriótico.
«Aunque ninguno de los dos países desea una guerra a gran escala, ambos consideran que los templos en disputa y el territorio circundante son importantes para sus historias e identidades nacionales, y la política interna en ambos países exacerba estas tensiones», apunta en un comentario enviado a EFE Tom Pepinsky, experto en el Sudeste Asiático de la Universidad de Cornell.
El precedente de Preah Vihear
Uno de los precedentes más significativos de esta disputa soberana es el control sobre el templo de Preah Vihear, un gran complejo religioso construido en la cima de un acantilado de 525 metros que hace de frontera natural entre ambos países.
Reclamado por Tailandia y Camboya, en 1962 la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya dictaminó que el templo, declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 2008, se encuentra sobre terreno camboyano.
Bangkok acató entonces aquella decisión, pero mantuvo su reclamación sobre el terreno adyacente, ya que la única vía de acceso terrestre era a través de carreteras procedentes de Tailandia.
La fricciones sobre estas reivindicaciones territoriales explotaron en conflictos en 2008 y en 2011, que dejaron más de una treintena de fallecidos.
Nom Pen recurrió de nuevo a La Haya, que en 2013 volvió a dar la razón a la parte camboyana.
El pasado junio, antes de que estallara de pleno el conflicto armado, Camboya pidió la intervención de la CIJ para resolver la disputa fronteriza con Tailandia, mientras Bangkok rechaza acudir a la justicia internacional y prefiere resolver el desacuerdo mediante mecanismos bilaterales.
Disputa histórica
La disputa entre los países vecinos se remonta al acuerdo sellado en marzo de 1907 entre el entonces Reino de Siam (actual Tailandia) y Francia (que ocupaba el territorio que ahora es Camboya) para intercambiar el control de algunas regiones y establecer una línea que definiera la frontera entre ambas naciones.
Sin embargo, según las autoridades tailandesas, la demarcación real de la frontera se desviaba del texto de aquel tratado, incluido el territorio alrededor del templo de Preah Vihear y otros puntos fronterizos.
Una discordia que se arrastra hasta la actualidad y que ha provocado varios enfrentamientos entre los países vecinos, exacerbados en momentos de debilidad política y económica, como es el caso actual.
El Ejecutivo tailandés de Anutin Charnvirakul, con minoría en el Parlamento y quien se comprometió a dejar el poder a finales de enero para celebrar elecciones anticipadas, ha sido objeto de críticas por su supuesta falta de previsión en las catastróficas inundaciones que han azotado el sur del país.
Por su parte, el Gobierno de Camboya, con estabilidad ficticia tras eliminar cualquier atisbo de oposición política desde 2018, ha visto aumentar la presión de la comunidad internacional por los centros de estafa en línea que proliferan en su territorio.
«El Ejército tailandés, que siempre ha sido un actor político influyente, disfruta de las arengas patrióticas después de décadas de alternancia entre Gobiernos civiles y militares. Y el relativamente nuevo líder Hun Manet en Camboya es licenciado de (la prestigiosa academia militar de EE.UU.) West Point y no permitirá retos a la soberanía nacional», añade Pepinsky. EFE
nc/pav/jgb
(foto)(vídeo)