Ucrania empieza a encender las calefacciones pese a los bombardeos rusos contra la energía
Rostyslav Averchuk
Leópolis (Ucrania), 6 nov (EFE).- Tras un retraso provocado por los ataques rusos contra la infraestructura de producción de gas del país, Ucrania ha comenzado a activar la calefacción centralizada en medio de temores a que nuevos bombardeos puedan dejar a muchos ucranianos sin gas ni calefacción este invierno.
En la ciudad occidental de Leópolis, los radiadores comienzan por fin a calentarse, tres semanas más tarde de lo habitual, después de que los ataques rusos hayan dañado alrededor del 50 % de la capacidad de producción de gas del país.
Los hospitales y las escuelas son los primeros lugares donde se enciende la calefacción central, pero los habitantes que no cuentan con calderas propias o estufas de leña también esperan que sus apartamentos se calienten pronto.
«Aunque el clima aún no es tan frío, en el interior hace bastante frío», contó a EFE Vitalí Perejoden, un empresario de 37 años de Leópolis. «Hay 16 grados dentro, y ya resulta incómodo», añadió.
Calefacción en riesgo
El inicio tardío de la temporada de calefacción busca ahorrar gas ante los ataques rusos y los esfuerzos continuos por asegurar fondos para las importaciones.
Ucrania necesita importar 4.100 millones de metros cúbicos adicionales de gas -valorados en 1.650 millones de euros- antes de abril, según el Instituto de la Escuela de Economía de Kiev (KSE, en inglés).
Si los daños continúan, la cifra puede aumentar hasta 6.900 millones de metros cúbicos y 2.770 millones de euros, advierten los analistas.
Las limitaciones de las infraestructuras podrían impedir importar la cantidad total necesaria, lo que provocaría escasez para algunos hogares, explicó el presidente del KSE, Timofí Milovanov.
Si falla la calefacción central pero se mantiene el suministro de gas, muchos planean calentar sus casas con las estufas de las cocinas.
«No creo que suframos una pérdida prolongada y simultánea de electricidad, calefacción y gas», señaló Perejoden.
En el peor de los casos, las autoridades locales aseguran que cientos de sótanos y espacios comunes, equipados con estufas o generadores, acogerán a quienes necesiten refugio y calor.
Presión sobre la red eléctrica
Muchos de aquellos que aún tienen la calefacción apagada han recurrido a calefactores eléctricos y aires acondicionados, lo que incrementó el consumo un 25 % en octubre, según Viktor Zaichenko, jefe del operador de la red eléctrica Ukrenergo.
Zaichenko pidió a los ucranianos abrigarse más en lugar de subir los termostatos, dadas las limitaciones de una red eléctrica muy dañada.
Los cortes de luz afectan ahora a todo el país, con un 27 % de la demanda sin cubrir debido al daño en las redes de generación y distribución, que provocan cortes de luz durante varias horas al día en la mayoría de las regiones, según el Instituto KSE.
A medida que bajan las temperaturas y disminuye la producción solar, los déficit energéticos empeorarán.
Las regiones del frente y las más cercanas a Rusia sufrirán más, por los ataques más intensos y la escasez de alternativas, explicó a EFE Volodímir Omelchenko, experto energético del Centro Razumkov.
La ansiedad es alta en áreas como Cherníguiv, Sumi y Járkov, especialmente entre quienes no pueden permitirse dispositivos de respaldo como generadores.
Sin embargo, el duro invierno de 2022-2023, cuando muchos solo tenían electricidad, agua y calefacción unas pocas horas al día, alimenta la esperanza de evitar una catástrofe.
«No espero grandes problemas; sobrevivimos al invierno 2022-23, que fue brutal», dijo a EFE Daria Novitska, una profesora de 31 años de Járkov. «La ciudad está preparando opciones alternativas para los residentes», añadió.
Defensa ante los ataques rusos
La situación sería mucho peor sin las protecciones de hormigón y acero construidas en los últimos años alrededor de la infraestructura clave.
De 74 transformadores críticos protegidos, solo uno fue alcanzado por un misil recientemente, mientras que muchos otros han resistido hasta 15 impactos en un solo ataque, según determinó esta semana una comisión parlamentaria.
«Sin esas protecciones, Ucrania ya habría sufrido apagones totales hace tiempo, paralizando la economía», explicó Omelchenko, quien señaló que otras 45 estructuras están actualmente en construcción.
La situación es más grave en las plantas generadoras de energía y en los elementos menores de la red, cuya reconstrucción costaría entre 2.100 y 3.600 millones de euros, según el KSE.
Si todas las plantas térmicas de Kiev fueran destruidas y las temperaturas se mantuvieran por debajo de 10 ºC bajo cero durante una semana, sería necesaria una evacuación completa de la capital, advirtió Oleksandr Jarchenko, director del Centro de Investigación de la Industria Energética.
Pero confía en que eso no ocurrirá. «Las fortificaciones, las defensas antiaéreas y las rápidas reparaciones de nuestros ingenieros —incluidas las del sistema de calefacción— garantizarán que Rusia fracase», escribió en su cuenta de Facebook. EFE
ra/cae/pddp
(Foto)(Vídeo)