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Pacto migratorio con Turquía, el tapón que redujo la llegada de refugiados

Lara Villalón

Estambul, 18 mar (EFE).- El acuerdo migratorio cerrado hace ahora cinco años entre Turquía y la UE ha servido más como “tapón” para evitar nuevas entradas de refugiados a Europa que para expulsar a quienes lograban llegar, siempre bajo la amenaza turca de abrir la frontera si Bruselas no cumplía su parte del trato.

Desde que se firmó el pacto, el 18 de marzo de 2016, el número de migrantes que han intentado cruzar desde la costa turca a las islas griegas se ha reducido drásticamente: desde los 850.000 en 2015 se pasó a 30.000 en 2017 y a 10.000 el pasado año, una cifra también influida por la pandemia.

“Turquía ha hecho mucho para detener la emigración a Grecia. Con las ayudas recibidas bajo el acuerdo ha ampliado sus equipos de guardacostas, radares, etc. Si antes cruzaban unas 10.000 personas al mes, ahora rondan los 1.000”, señala a Efe Metin Çorabatir, presidente del centro de investigación migratoria IGAM.

En los dos primeros meses de 2021, solo 780 personas han llegado de Turquía a Grecia, según Naciones Unidas.

MENOS LLEGADAS Y POCAS EXPULSIONES

El pacto incluye un sistema para reasentar a un refugiado sirio en un país de la UE por cada migrante que Grecia devuelva a Turquía.

Sin embargo, las cifras oficiales de la devolución de ese pacto “uno por uno” son minúsculas: en cinco años sólo se han devuelto 2.139 personas, entre ellos 748 de Pakistán, 412 sirios, 204 argelinos, 151 afganos, 134 iraquíes y 105 bangladesíes.

Por su parte, los países de la UE han acogido en este tiempo, por diversos mecanismos, a unos 28.000 refugiados sirios que estaban asilados en Turquía.

Esto es así porque “todos los migrantes que llegan a las costas griegas solicitan asilo y el sistema es muy lento”, explica Çorabatir.

Ante las dudas legales sobre cómo encara este acuerdo en el derecho de asilo, la Unión Europea insistió desde el principio en que no habría expulsiones colectivas ni devoluciones en caliente, y que se estudiaría cada demanda de asilo de manera individual.

“Además, Grecia recibe más apoyo de la UE por tener más refugiados, pero así, sus condiciones de vida son peores y esto también ha desalentado a los migrantes, posiblemente un efecto buscado”, agrega ese experto.

CRÍTICAS DE ONG

El pacto y el sistema “uno por uno” ha sido criticado por ONG europeas, ya que vincula la aceptación de sirios en Europa al número de quienes, infructuosamente, intentan cruzar a Grecia ilegalmente.

“Turquía no es segura para los refugiados y solicitantes de asilo. El país incluso ha devuelto a personas a Siria. Los líderes de la UE deben intensificar los esfuerzos de solidaridad y aumentar las reubicaciones a otros estados miembros”, ha denunciado la organización Amnistía Internacional en un reciente comunicado.

Según datos de la Comisión Europea, la EU ha entregado a Turquía unos 6.000 millones de euros para cubrir las necesidades básicas y apoyar a los refugiados hasta 2022.

QUEJAS TURCAS…

Ankara ha criticado que los envíos de la UE vayan destinado a proyectos concretos mientras que Turquía gasta ingentes sumas en gestionar la acogida de 3,7 millones de refugiados sirios y cerca de 400.000 migrantes provenientes de otros países en conflicto.

Metin Çorabatir afirma que los 6.000 millones que la UE ha enviado han servido “en parte para financiar proyectos”, como los 1,7 millones para las tarjetas de débito que permiten a las familias más necesitadas gastar 18 euros por persona.

Aparte de la financiación, el acuerdo preveía avanzar en un acuerdo para que los ciudadanos turcos pudieran viajar a la UE sin visado, algo que no se ha materializado.

“Turquía ha cumplido desde 2016 con todas sus responsabilidades. La Unión Europea no ha cumplido, no pudo, no quiso”, se quejó esta semana el ministro turco de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu.

…Y AMENAZAS CUMPLIDAS

Tras años amenazando con “abrir las puertas” e inundar Europa con refugiados, el presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, anunció en febrero de 2020 que dejaba expedita la frontera terrestre con la UE.

Ese anuncio provocó que miles de migrantes se desplazaran, incluso con ayuda más o menos oficial turca, desde otras zonas de Turquía hacia la frontera griega.

La tensión explotó en los pasos fronterizos, con los refugiados atrapados entre Turquía, que los empujaba a cruzar y Grecia, que desplegó un fuerte dispositivo de antidisturbios para impedir el paso a toda costa.

El Ministerio del Interior turco aseguró que unas 130.000 personas cruzaron a Grecia en las tres semanas que duró el conflicto, mientras que Atenas redujo la cifra a unos 9.000.

“La situación de los sirios es estable. Cuando el Gobierno abrió la frontera fueron en su mayoría afganos y bangladesíes quienes intentaron cruzar. Los sirios no querían arriesgar su situación en Turquía”, asegura Çorabatir.

Pese a las críticas, la amenaza y la tensa relación que mantienen debido a diversos conflictos, la UE y Turquía parecen dispuestos a renovar el pacto, y se espera que el tema se aborde en la cumbre europea de la semana que viene. EFE

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