Acaban los testimonios de las víctimas en el juicio del atentado de Bruselas
Bruselas, 3 abr (EFE).- El juicio de los atentados de Bruselas de 2016 concluyó hoy la fase de los testimonios de las víctimas de esos ataques, que provocaron 32 fallecidos y cerca de 300 heridos, y el proceso se adentra ahora en una nueva etapa de interrogatorios a los acusados.
La presidenta del tribunal, la jueza Laurence Massart, anunció en la audiencia de hoy que los imputados empezarán a declarar a partir de este miércoles, y no hoy por la tarde, tal y como estaba previsto.
La magistrada Massart explicó que la sala necesita reorganizarse tras la baja por enfermedad del vicepresidente del tribunal, Marc Vanwelkenhuyzen, que será reemplazado para lo que queda de juicio por su suplente, Catherine Ramaekers.
La jueza señaló que los interrogatorios a los acusados se basarán en una mezcla de «preguntas de carácter individual» con otras de tipo más transversal, centradas «en los hechos».
«Deseo que sea algo dinámico para entender quién es quién, quién hizo qué y quién estuvo dónde», aseveró Massart, que preguntó a los acusados presentes en la sala si tenían la intención de tomar la palabra.
El acusado Salah Abdeslam, el único superviviente de los atentados de París de 2015 que causaron 130 muertos, evitó aclarar a la jueza si declarará, mientras que Sofien Ayari, Ali El Haddad Asufi, Bilal El Makhoukhi, Hervé Bayingana Muhirwa y los hermanos Ibrahim y Smail Farisi mostraron su intención de tomar la palabra.
En la sesión de este lunes, seis supervivientes de los atentados de Bruselas del 22 de marzo de 2016 cerraron la fase de los testimonios de las víctimas.
Una víctima del ataque a la estación de metro de Maelbeek de Bruselas, donde murieron 16 personas, denunció que el Estado belga no le ha reembolsado ni las visitas al psicólogo ni los medicamentos que ha tenido que comprar por culpa de los trastornos provocados a raíz del atentado.
Durante su declaración, la víctima sacó del bolsillo un fajo con los billetes de transporte público que ha comprado desde que vivió el ataque, y que ha decidido conservar como «un recuerdo de lo difícil que es usar el metro» para ella.
Esta superviviente, de nacionalidad rumana, imputó a los trastornos causados tras el atentado el hecho de que perdiera el empleo que ella tenía hasta entonces en la Comisión Europea, cuya sede está a unos 200 metros de la estación atacada.
Otra víctima del atentado en la parada de metro de Maelbeek describió ante el tribunal «la bola de fuego que impregnaba toda la estación» tras la detonación de la bomba.
«En ese momento me tiré al suelo para protegerme de la explosión, pensé que estaba viviendo los últimos momentos de mi vida», aseveró conmovido este superviviente, que necesitó el apoyo emocional de un perro para declarar.
Durante su intervención, se dirigió a los acusados, que le escuchaban atentos: «¿Por qué tanto odio hacia hombres y mujeres que no les habían hecho nada a ustedes? ¿Por qué este gran odio y violencia? Estos actos me robaron unos cuántos años de mi vida, pero no me han robado ni el corazón ni el alma».
Por su parte, una trabajadora de la aerolínea Brussels Airlines describió el caos que vivió en la zona de los mostradores de la terminal del aeropuerto de Zaventem, a las afueras de Bruselas, que fue el primer objetivo atacado, con dos explosiones que provocaron otros 16 fallecidos.
Un testimonio similar al de Karen Northshield, conocida por haber escrito en 2021 el libro «Dans le souffle de la bombe» («En la explosión de la bomba», editorial Kennes), quien detalló la semana pasada al tribunal cómo los atentados en el aeropuerto de Zaventem cambiaron su vida. Hasta entonces, era una nadadora campeona en torneos nacionales.
Según Northshield, de nacionalidad belga y estadounidense, los médicos le dieron «cero posibilidades de sobrevivir» cuando llegó herida al hospital, donde pasó 79 días en cuidados intensivos, muchos de ellos en coma.
Después, explicó que estuvo casi cuatro años visitando hospitales de forma regular para someterse a intervenciones y tratamientos.
«Tenía 30 años cuando mi vida explotó, llevo un combate que nunca debió ser el mío», expuso Northshield, a quien la bomba le lesionó gravemente la cadera y la pierna izquierda.
«Cada día siento la explosión de esta bomba y las llamas en mi cuerpo, cada día que tengo que vivir con mis discapacidades y traumas sin descanso, cada día tengo que domar mi cuerpo y vivir con una imagen distorsionada de mí misma», sentenció.
Los atentados de Bruselas de 2016 fueron reivindicados por la organización terrorista Estado Islámico y, en este juicio, seis de los diez acusados ya han sido condenados en Francia por su participación en 2015 en los ataques de París. EFE
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