
Activista keniano acusado de terrorismo denuncia intento del Gobierno para silenciarlo
Nairobi, 21 jul (EFE).- El reconocido activista keniano Boniface Mwangi afirmó este lunes que su arresto por cargos de terrorismo fue un intento deliberado del Gobierno del presidente William Ruto para silenciar su labor en defensa de los derechos humanos y la lucha contra la corrupción.
«Los dictadores de África Oriental comparten un mismo manual: si eres muy visible pueden arrestarte con cargos de terrorismo. Pueden convencer al tribunal y al país de que debes permanecer en prisión», denunció Mwangi en una entrevista con EFE.
El activista, fotoperiodista y político, fue detenido por la Policía el pasado sábado por presunta implicación en la facilitación de «actividades terroristas» durante las protestas del 25 de junio, cuando miles de kenianos salieron a las calles para conmemorar el primer aniversario de las manifestaciones antigubernamentales de 2024.
No obstante, este lunes la Fiscalía retiró los cargos por terrorismo y liberó a Mwangi bajo fianza, aunque todavía debe enfrentar una acusación por «posesión ilegal de municiones»: una bala de fogueo y dos botes de gas lacrimógeno, que él describió como piezas de «memorabilia» de protestas en las que participó.
Mwangi fue arrestado un día después de presentar una demanda, junto con la periodista y activista ugandesa Agather Atuhaire, ante el Tribunal de Justicia del Este de África (EACJ) contra los gobiernos de Tanzania, Uganda y Kenia por violaciones de derechos humanos.
«Nuestro trabajo es exponer la podredumbre en el país, pero ellos hacen creer que nosotros somos el problema», lamentó.
El precio a pagar
Mwangi reveló a EFE que el Gobierno intento ‘comprarle’ invitándole a la State House (la sede de la Presidencia keniana) y ofreciéndole dinero, e incluso un trabajo, pero, según dijo, rechazó todo, y ahora debe soportar que «pongan su vida patas arriba».
«Es un precio que estoy dispuesto a pagar. Cuando vas a la guerra, debes calcular el coste. Han estado tratando de encontrar una forma de matarme. Silenciarme, idealmente, es matarme. Aún no han encontrado cómo», remarcó.
No obstante, afirmó que su muerte no frenaría el movimiento: «No creo que matarme vaya a detener la revolución. La revolución ya está aquí. Es una revolución en las urnas. Así que ‘Ruto debe irse’, su régimen y todos los que representan su ideología», sentenció.
Un comunicado firmado por 21 organizaciones derechos humanos -entre ellas la Comisión de Derechos Humanos de Kenia (KHRC) y Amnistía Internacional (AI)- afirmaron este lunes que el arresto de Mwangi se produjo tras “semanas de campañas de desinformación en línea coordinadas y bien financiadas” contra él y otros defensores.
«Ruto se va a ir»
Mwangi también criticó la pasividad de la comunidad internacional ante las «tácticas de intimidación» para asustar a los jóvenes y evitar futuras protestas, ya que los cargos por terrorismo te impiden obtener pasaportes o visas.
«La comunidad internacional es un perro faldero de Ruto. Lo siguen a donde vaya. No hacen nada, no tienen ningún efecto. Solo mandan comunicados, condenas enérgicas, pensamientos y oraciones. Es un perrito que ladra pero no muerde», definió.
El activista cree que la represión de las voces disidentes refleja el temor del Gobierno ante un cambio inevitable.
«Tienen miedo. Están perdiendo. El momento del cambio ha llegado para este país. Así que no hay nada que Ruto pueda hacer para salvarse. Se va a ir», concluyó.
Las manifestaciones del pasado 25 de junio -por las que la Policía imputó a Mwangi- fueron duramente reprimidas por las fuerzas de seguridad y dejaron un saldo de 19 muertos y 531 heridos, según la KNCHR. EFE
aam/pga/pddp
(foto)