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Los hoteles de Buenos Aires enfrentan la larga noche del covid

Vista del lobby vacío del Hotel Alpino, en Buenos Aires, el 15 de junio de 2021 afp_tickers

Cuando comenzó la cuarentena por el covid-19 en Buenos Aires, Daniel Tenenbaum se instaló en su hotel vacío para protegerlo de alguna eventual invasión. Otros hoteleros tapiaron ventanas y puertas. Quince meses más tarde, con las fronteras aún cerradas, todos sufren la falta de huéspedes.

Pese a la reapertura que hicieron entre octubre y diciembre pasados, los dueños de hoteles en Buenos Aires no perciben mayores cambios en su nueva realidad de habitaciones vacías, pasillos de luces apagadas y silencio en el lobby.

“La situación de la hotelería en Argentina, y en especial en Buenos Aires, es desastrosa. Son 15 meses de no trabajar, de tener las empresas completamente cerradas”, describe a la AFP Gabriela Akrabian, presidenta de la Cámara de Hoteles y dueña del Hotel Wilton, de 97 habitaciones, en el tradicional barrio de Recoleta.

“Estamos totalmente desesperanzados porque sabemos que ya no se trata de esperar a la semana que viene sino que nuestro horizonte es ver qué sucede en octubre” cuando se acerque la primavera austral y con el avance de la vacunación se pueda pensar en una apertura a los viajeros, añade.

El sector figura como el más golpeado en Argentina. En el primer trimestre de 2021, la economía creció 2,5% interanual, pero hoteles y restaurantes anotaron una caída de 35,5% interanual.

En Buenos Aires, una ciudad de tres millones de habitantes reconocida mundialmente por su intensa actividad nocturna y cultural, hay cerca de 900 establecimientos hoteleros, de los cuales 70% están cerrados, según la Asociación de Hoteles, que estima que su actividad depende fundamentalmente de los turistas extranjeros y de los eventos.

“Buenos Aires era el mayor centro de convenciones de América Latina”, afirma Akrabian, al evocar los múltiples congresos médicos que alojó la ciudad, así como grandes eventos culturales como la Feria del Libro, cancelada por dos años consecutivos, o el festival de música Lollapalooza.

– Sin trabajo para porteros y mucamas –

Los hoteles en funcionamiento tienen una ocupación promedio de 10% y la mayor parte de su personal en suspensión con pago parcial de sueldos.

Dueño del Hotel Alpino, inaugurado por su padre en 1979 en el barrio de Palermo, el de mayor vida nocturna en Buenos Aires, Tenenbaum está solo con un empleado en el edificio. De 35 habitaciones, apenas una está ocupada.

Debido a los protocolos sanitarios, “la función del portero dejó de tener sentido, pues no se puede acompañar a los pasajeros con las valijas. Cuando alguien está alojado nadie puede entrar a la habitación, por lo que el trabajo de las mucamas disminuyó increíblemente”, refiere Tenenbaum.

“En medio de la irrealidad de todo esto, no se puede despedir. Tampoco estaría bien despedir, porque una persona que uno despide en esta situación queda completamente en la lona (ndlr: en la calle, sin recursos)”, reflexiona.

Más desolado aún luce el barrio de San Telmo, el antiguo casco colonial de la ciudad, donde desde 2012 la familia Pellegrino tiene el Hotel Kenton Palace, de 82 habitaciones.

“En los alrededores hay muchos negocios cerrados. Esto ha sido muy difícil porque no solamente nosotros, sino que también los empleos indirectos han tenido dificultades: los de la verdulería, los de los productos de limpieza, el del quiosco de los diarios, los choferes…”, enumera Mabel Carolina Vega, vicepresidenta y financiera administrativa del Kenton Palace.

– “Renacer” –

Pero pese a todo, muchos han decidido mantener sus hoteles abiertos. Para ello han tenido apoyo del Estado, con ayudas para pagar salarios y exenciones impositivas, y su voluntad de superar el momento adverso.

Antes de la pandemia, que en Argentina ha causado más de 90.000 muertes, los propietarios del Kenton Palace tenían planeado construir otro hotel en Bariloche, el centro de esquí al pie de los Andes donde está el primero que tuvieron los Pellegrino en 2004.

“Eso fue lo que nos ayudó, porque ese dinero ahorrado (para el nuevo hotel) se destinó a sostener a nuestra gente”, 90 empleados entre Bariloche y Buenos Aires, señala Vega.

También recibieron apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo y ahora un préstamo del estatal Banco Nación.

“Los hoteleros pensamos a largo plazo y tenemos la fantasía, no sé si real o no, de que vamos a salir de esto”, afirma Tenenbaum.

Akrabian también lo cree. “La hotelería era una actividad que estaba en auge, que venía en crecimiento, que trabajaba bien. Hacía muchos aportes, pagaba muchos impuestos y cuando esto termine va a volver, va a renacer”, asegura.

SWI swissinfo.ch - unidad empresarial de la sociedad suiza de radio y televisión SRG SSR

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