Amnistía Internacional denuncia la violencia estatal contra las mujeres en Cuba
Madrid, 26 nov (EFE).- Amnistía Internacional (AI) denunció este miércoles la represión del Estado cubano contra mujeres defensoras de derechos humanos, activistas y periodistas, y exigió al Gobierno que preside Miguel Díaz-Canel «poner fin a las prácticas autoritarias y a la violencia de género estatal».
En su informe «Nos quieren calladas, pero seguimos resistiendo: prácticas autoritarias y violencia estatal contra las mujeres en Cuba», la organización recoge 52 testimonios de violencia de género ejercida por agentes estatales entre 2014 y 2025.
Entre los abusos documentados figuran desnudos forzados, registros corporales invasivos, estigmatización por género, edad y orientación sexual, así como el uso de la maternidad, las labores de cuidado y las amenazas contra la familia, lo que la ONG califica como «violencia estatal por razones de género».
«No es la represión tradicional», dice a EFE la investigadora regional para el Caribe de AI y autora del informe, Johana Cilano Peláez, quien afirma que los testimonios muestran que el Estado cubano «utiliza el rol maternal para intentar que las mujeres abandonen el activismo».
«A muchas madres y esposas de personas presas por acciones políticas las han obligado a desnudarse para poder acceder a visitas», añade Cilano Peláez.
Las activistas también reciben amenazas de «negación de alimentos, medicinas, visitas, llamadas telefónicas y penas mayores para sus hijos detenidos» si continúan con su labor, explica la investigadora.
Violencia estatal basada en género
Amnistía denuncia además «la subordinación del sistema judicial al poder político», la falta de mecanismos de denuncia y reparación, y la inexistencia de una ley integral contra la violencia de género, «factores que perpetúan la impunidad», según la ONG.
Cilano Peláez subraya que la represión no afecta por igual a todas las mujeres, dado que la violencia institucional se cruza con género, raza y nivel socioeconómico.
«Las mujeres negras sufrían procesos más agravados y la violencia física llegaba antes que en el caso de las mujeres blancas. También vimos que activistas de barrios más empobrecidos o alejados de la capital eran más vulnerables», señala.
«Denunciar siempre vale la pena»
Uno de los testimonios incluidos en el informe de AI es el de la periodista y fotógrafa cubana exiliada en España Luz Escobar, quien relata a EFE que, desde que comenzó a trabajar en el diario cubano 14ymedio, fue objeto de represión sistemática: vigilancia constante, prohibiciones de salida del país, cortes de internet, detenciones arbitrarias y hostigamiento en la vía pública.
Escobar y su familia decidieron salir de Cuba cuando la represión llegó a sus dos hijas menores, con presencia de agentes en la escuela a la que iban, hostigamiento a docentes y padres, e intentos de «aislarlas socialmente».
Aunque se vio obligada a abandonar el país, Escobar aconseja a quienes siguen ejerciendo el periodismo y el activismo en Cuba que no guarden silencio: «Denunciar siempre vale la pena. El silencio no te protege: solo te aísla. Hablar y no dejarse intimidar es la única manera de romper el cerco que intentan imponernos», afirma.
Un llamado a la acción internacional
Junto con el informe, Amnistía lanzó una petición internacional para exigir al presidente Díaz-Canel y a las autoridades cubanas el fin del hostigamiento y la adopción urgente de una ley integral contra la violencia de género.
AI reclama medidas específicas de protección para las mujeres defensoras de derechos humanos y una vigilancia sostenida de la comunidad internacional.
«Lo que vimos es que la represión contra las mujeres es sistemática y diferenciada. El Estado instrumentaliza la maternidad y castiga con más dureza a las que tienen menos visibilidad o recursos. Por eso se necesita una acción internacional sostenida», concluye Cilano Peláez. EFE
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