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Andréi Beloúsov, un tecnócrata como ministro de Defensa

Moscú, 14 may (EFE).- El nuevo ministro de Defensa de Rusia, Andréi Beloúsov, es un tecnócrata que no marcará la estrategia a seguir en el campo de batalla en Ucrania, sino que deberá contribuir a la victoria en esa guerra de desgaste al modernizar la industria militar de su país.

Beloúsov, que ha ejercido desde enero de 2020 de viceprimer ministro primero en el ejecutivo de Mijaíl Mishustin, dirigirá ahora una cartera con un gasto en defensa (6,7 % del Producto Interior Bruto) que se acerca a los niveles de la Unión Soviética en los últimos años de la Guerra Fría.

El economista de formación, que sustituye en el cargo a otro civil, Serguéi Shoigú, que dirigía la cartera desde 2012, gestionará más de un tercio del presupuesto estatal, por lo que la ausencia de manchas de corrupción en su currículum fue clave para su nombramiento.

Beloúsov es un ‘apparatchik’ que deberá liderar una nueva campaña de rearme del Ejército ruso, ya que el Kremlin ha concluido que la victoria en Ucrania depende de la innovación y del suministro de armamento moderno.

El país, que ha apostado en Ucrania por una táctica de tierra quemada, necesita más tanques, más aviones, más proyectiles y, especialmente, más drones.

Asesor económico de Putin

Hijo de un eminente economista soviético, Beloúsov encabezó el centro de análisis macroeconómico y trabajó como asesor del jefe del Gobierno hasta 2006, cuando fue designado viceministro de Economía y Comercio.

Ejercería brevemente como titular de Economía coincidiendo con el retorno de Putin a la Presidencia (2012) tras un paréntesis de cuatro años como primer ministro.

En los siguientes siete años, hasta 2020, sería uno de los asesores económicos del presidente, que en enero de ese año le nombró mano derecha de Mishustin.

Beloúsov, de 65 años, es un firme creyente en el papel del Estado en la economía y es conocido por su animadversión hacia los oligarcas.

Crimea y sanciones occidentales

Según la prensa independiente, Beloúsov fue casi el único miembro del aparato económico del Gobierno y de la administración presidencial que apoyó la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014.

Ese respaldo le convirtió en un colaborador muy cercano de Putin, quien le nombró primer ministro interino cuando Mishustin enfermó de coronavirus en abril de 2020.

Durante estos últimos cuatro años se encargó de coordinar la implementación de los planes nacionales en medio de secuelas de la epidemia del covid-19 y el impacto de las sanciones internacionales por la guerra.

También ha encabezado los consejos de dirección de dos de las principales corporaciones estatales del país, la petrolera Rosneft y Ferrocarriles de Rusia.

Debido a la intervención militar en Ucrania, Beloúsov ha sido objeto de sanciones por parte de Estados Unidos y la Unión Europea.

Gestionar una economía de guerra

La llegada de Beloúsov al cargo representa, según los expertos, el paso definitivo de Rusia a una economía de guerra en la que la industria militar será la locomotora del desarrollo nacional.

La economía de guerra, cuyo objetivo primordial es la victoria en la contienda, es la que determina ahora los planes nacionales, los nombramientos y la distribución de los recursos del Estado.

Según los expertos, el ascenso de Beloúsov está directamente relacionado con la honda preocupación de Putin sobre la malversación de fondos asignados a defensa y las luchas intestinas entre los generales y los directivos de las fábricas de armamento.

«No tiene ninguna mancha en su biografía, no tiene casas en Niza, ni yates ni cuentas bancarias», comentó un economista que trabajó para el Gobierno en declaraciones al portal digital Meduza.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, admitió que Beloúsov deberá conseguir que la gestión del presupuesto en defensa se enmarque en la política económica estatal y no repercuta en el bienestar de los ciudadanos.

El fabricante de drones

Otro de los desafíos del nuevo ministro de Defensa, según Peskov, será la introducción de las nuevas tecnologías en las Fuerzas Armadas y la industria militar, aquejadas de anacronismo soviético en materia de diseño y planificación.

Precisamente, Beloúsov ha coordinado desde su puesto en el Gobierno la fabricación de drones -incluido la instrucción de diseñadores y operadores- y la asignación de ingentes recursos a la lucha radioelectrónica, aspectos en los que Kiev lleva ventaja.

El nuevo ministro anunció a principios de 2023 el programa Sistemas de Aviación No Tripulados, que contemplaba la concesión de casi 7.000 millones de dólares para la producción de 32.000 drones anuales hasta 2030.

Al respecto, Putin admitió abiertamente hace unos días el atraso en ese terreno de Rusia, que ha tenido que importar drones de países como Irán.EFE

mos/rf

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