Cuba tiene en Yordan Álvarez a su mejor estandarte en el béisbol mayor
Juan Carlos Espinosa
La Habana, 4 oct (EFE).- Yordan Álvarez (Las Tunas, 1997) lo ha vuelto a hacer: el cubano ha firmado este año con los Astros en el béisbol de las Grandes Ligas una temporada regular de antología que genera sensaciones similares a las de 2021, cuando se consagró como el más valioso (MVP) de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
El camino de Álvarez no ha sido nada sencillo. Una lesión en la mano derecha en junio pasado frustró una racha que lo puso en la terna de posible MVP de la Liga Americana.
En sus primeros 61 partidos promedió un OPS –el promedio de embasado y la potencia de un bateador– de 1.064, se cataloga como completos a quienes superan 1.000. Además de que fue considerado el mejor jugador de la Americana en junio.
Tras dos meses de parón e irregularidad, ahora se sienta en la cima en un equipo que supera las 100 victorias esta temporada, el mejor récord de su conferencia y único equipo en tener esa cifra junto con los Dodgers de Los Ángeles (Liga Nacional).
“Yordan y (José) Abreu (de los Medias Blancas de Chicago) han tenido muy buena temporada, pero por OPS, Álvarez debería ser considerado el mejor”, afirma el periodista Francys Romero.
Daniel de Malas, CEO de la web cubana Swing Completo, coincide con Romero: “Yordan indiscutiblemente. Abreu ha tenido menos sencillos, está muy por debajo de sus propios estándares”.
En la semana del 19 al 25 de septiembre, la página oficial de las Grandes Ligas puso a Álvarez en la segunda posición del ‘power ránking’ de bateadores, solo por detrás de Aaron Judge, de los Yanquis.
Para entender el meteórico ascenso de Álvarez, que debutó en 2019 en las Grandes Ligas como bateador designado y jardinero izquierdo, basta con mirar sus años como pelotero en la Serie Nacional, la liga cubana de béisbol.
La estrella de los Astros era un desconocido que debutó en los Leñadores de Las Tunas a los 16 años.
En casi 80 partidos en el circuito cubano logró un aceptable promedio de bateo de .274 y una carrera. Pero Álvarez descubrió el poder de sus brazos tras migrar de la isla en 2015.
Su deserción, tras dos temporadas con los Leñadores, tuvo lugar en un año marcado por el éxodo de peloteros, un mal endémico del país caribeño: 150 dejaron atrás la isla en busca de mejores oportunidades.
Tomó una ruta que ya está escrita en piedra para los talentos cubanos que salieron sin el visto bueno del Gobierno: República Dominicana.
Al desertar y tras un paso por la liga de desarrollo de la MLB, Álvarez debutó en 2019 con Astros y se convirtió en el pelotero que logró en menor tiempo las 51 carreras impulsadas en sus primeros 45 juegos.
Además, se alzó con el título de mejor novato en la Liga Americana por decisión unánime. Fue el quinto cubano en alcanzarlo.
Sin embargo, en 2020 las lesiones lo apartaron de los diamantes y detuvieron una racha al alza en su corta carrera.
Ni en 2019 ni en 2021, sus mejores años antes de este, Álvarez ha podido ganar la Serie Mundial. En ambas ocasiones su equipo ha llegado al Clásico de Otoño para quedar segundo.
Por lo que esta postemporada podría marcar un antes y un después para el beisbolista cubano. EFE
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