
Bruselas abre el miércoles la puerta a la batalla por el nuevo presupuesto de la UE
Antonio Suárez-Bustamante
Bruselas, 13 jul (EFE).- La Comisión Europea presentará este miércoles su propuesta para el presupuesto de la UE a largo plazo y abrirá la puerta a unas negociaciones largas y complejas que cambiarán la estructura histórica de las cuentas y en las que se disputará cada décima de gasto bajo la amenaza de recortes de fondos regionales o agrícolas.
El Marco Financiero Plurianual (MFP) asciende actualmente a 1,2 billones de euros, una cantidad que sube hasta 2 billones con el fondo de recuperación postpandemia, un instrumento temporal que con sus 800.000 millones lleva años regando dinero a los Estados miembros pero que muchas capitales descartan reeditar.
Su previsible final en 2026 dejará al bloque sin una importante bazuca de ayudas en un momento de retos crecientes y nuevos gastos que ponen presión sobre unas cuentas en las que no cabe esperar grandes incrementos, ha advertido Bruselas.
Eulàlia Rubio, investigadora principal sobre asuntos económicos europeos del Instituto Delors, incide en conversación con EFE en que el tamaño actual del presupuesto comunitario, un poco más del 1 % del PIB conjunto es «demasiado bajo» pero esta vez es «más flagrante» porque con el fondo anticrisis el bloque se ha «acostumbrado» a un 2 %.
«Hay que pagar los intereses de la deuda y hay muchas demandas de más gasto que esta vez son muy urgentes e imperiosas», recuerda.
El club quiere multiplicar el gasto en defensa, también invertir en la competitividad económica (se creará un fondo nuevo a este segundo ámbito), y a esto se suma el pago de hasta 30.000 millones anuales en intereses por la deuda del fondo de la pandemia.
Frugales contra amigos de la Cohesión
Por tanto, la UE está obligada a buscar la «cuadratura del círculo», como advirtió la propia Comisión, a pesar de que los países ricos y sobre todo Alemania «no están para nada dispuestos» a aumentar su contribución a las cuentas europeas, recuerda Rubio.
En efecto, Berlín enfatizó en un documento que «no hay razones» para aumentar el presupuesto y también rechazó dar continuidad al fondo de recuperación. El Gobierno de Friedrich Mertz lidera el grupo de socios llamados ‘los frugales’, históricamente contrarios a un mayor presupuesto.
Conforman este frente otros como Países Bajos, Austria y los nórdicos. Dinamarca ha proclamando su salida del grupo, pero sigue rechazando un presupuesto mayor y sólo contempla nueva deuda para defensa.
La postura de estos países choca frontalmente con un número elevado de socios, entre ellos España, Francia o Polonia que defienden unas dotaciones fuertes para programas emblemáticos como la Política de Cohesión o la Política Agrícola Común (PAC).
Estos dos instrumentos representan dos tercios de la cuentas (unos 370.000 millones cada uno) pero que sobrevuela la amenaza de recortes en cada negociación presupuestaria y especialmente en la situación actual, que exige liberar recursos para otras prioridades.
Planes nacionales…y regionales
Con este contexto, la Comisión Europea que dirige Ursula von der Leyen sigue ultimando con suma confidencialidad los detalles de las futuras cuentas. La alemana ha asumido el liderazgo del expediente (no hay un vicepresidente de Presupuestos y el comisario del ramo, Piotr Serafin, responde directamente ante ella), más después de que el tema se entremezclara con la moción de censura que superó esta misma semana.
Así, varias fuentes consultadas por EFE sostienen que Bruselas seguirá con su idea de aglutinar varios instrumentos en un «fondo único» cuyos recursos tendrán que absorber los Estados miembros a través de planes nacionales de reformas en un sistema similar al del plan de recuperación.
Bruselas quería agrupar en este nuevo fondo tanto los fondos de Cohesión como las ayudas agrícolas, pero las fuentes coinciden en señalar que la PAC estará finalmente fuera y este nuevo sistema se aplicará principalmente a los fondos del Feder, dedicados al desarrollo regional.
Los socialistas aseguran, por su parte, haber arrancado a Von der Leyen el compromiso de mantener fuera también el Fondo Social Europeo, el programa de ayudas contra el desempleo.
Además, la idea de vehicular estos recursos con planes nacionales hizo saltar las alarmas de una posible centralización de los fondos que se encontró con una fuerte oposición las regiones del bloque y también de los eurodiputados.
Tras estas críticas, Von der Leyen garantizó un «papel central» de la Política de Cohesión en el nuevo marco presupuestario y la institución que dirige habla ahora de planes nacionales «y regionales».
«La Comisión ha entendido que hay una oposición muy clara y que hay que garantizar el rol de las regiones», resume la investigadora principal del Instituto Delors. EFE
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