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La covid causa en Hungría la mayor caída de población en tiempos de paz

Marcelo Nagy

Budapest, 7 feb (EFE).- Hungría sufrió en 2021 la caída de población más pronunciada desde 1876, si se tienen en cuenta sólo los años de paz, debido al impacto de la pandemia en un país donde ya existían problemas de salud pública y donde los expertos creen que no hubo suficientes medidas de precaución.

Según datos preliminares oficiales, un total de 153.000 personas fallecieron en Hungría el año pasado, el dato más alto desde el fin de la II Guerra Mundial.

Un total de 29.649 personas murieron por la covid, lo que pone al país centroeuropeo como el cuarto del mundo con mayor tasa de mortalidad en relación a su población, tras Perú, Bulgaria y Bosnia, según datos de las plataformas Worldometers y Our World in Data.

POCOS CASOS, MUCHOS MUERTOS

Aunque la incidencia de casos ha estado desde el principio de la pandemia por debajo de la media de la Unión Europea, la tasa de fatalidad (la relación entre el número de muertos y de infecciones) ha sido siempre muy elevada y actualmente es cuatro veces más alta que el promedio comunitario y el cuarto más alto entre los 27 socios.

La alta mortalidad en 2021 no quedó compensada ni siquiera por los 93.000 nacimientos ese año, la cifra más alta en una década.

Así, la población de Hungría cayó en 2021 en 60.000 personas, el descenso más pronunciado desde 1876, cuando empezaron a registrarse estadísticas demográficas, considerando sólo los periodos de paz.

Esa caída de la población ha agravado el crónico problema demográfico de Hungría, un país para el que las proyecciones prevén que en 2040 haya perdido un millón de habitantes, el 10 % de su población actual.

ESCASEZ DE MEDIDAS…

La especialmente alta mortalidad debido a la covid se debe, según los expertos, a que las autoridades no tomaron suficientes medidas.

“El Gobierno húngaro no quiso tomar decisiones impopulares y sólo estuvo motivado por su interés político”, explica a Efe Zsombor Kunetz, médico y experto en sanidad, que relaciona esa inacción con las elecciones generales que el país celebrará el próximo abril.

Así, en 2021 ya no se aplicaron confinamientos, ni siquiera en momentos cuando la incidencia de contagios duplicaba la de 2020, y la principal medida fue el uso de mascarillas en espacios cerrados y el transporte.

De hecho, Hungría fue el único país entre los que acogió partidos de la Eurocopa que permitió que los estadios estuvieran llenos, mientras el resto limitó el aforo.

…Y MALA SALUD PÚBLICA

La elevada mortalidad tuvo también que ver con la mala situación de salud pública.

Gábor Zacher, profesor en la Universidad de Medicina Semmelweis de Budapest, explicó recientemente al portal informativo Portfolio que “el estado de salud de los húngaros es uno de los peores en la UE” y mencionó como factores de riesgo los altos números de casos de cáncer, de obesidad y de diabetes.

En 2019, la esperanza de vida media en Hungría era de 76,5 años, casi cinco menos que en el conjunto de la Unión Europea.

Además, la saturación de los hospitales debido a los ingresos de pacientes por covid afectó negativamente al tratamiento de otras patologías.

Kunetz asegura que “unos 500.000 húngaros con enfermedades de diferente gravedad quedaron sin tratamiento”.

Explica, por ejemplo, que ya en 2020 hubo 5.000 personas menos tratadas con cáncer y que la tendencia seguramente no cambió en 2021, a pesar de que todavía no se han publicado datos.

Según datos de Eurotransplant, el número de trasplantes en Hungría ya disminuyó un 30 % en 2020, respecto al año anterior.

LA CULPA, DEL CIUDADANO

Ante esos datos, el Gobierno ha modificado su discurso.

En septiembre de 2020, cuando la tasa de mortalidad aún estaba por debajo de la media europea, el primer ministro, el ultranacionalista Viktor Orbán, aseguraba que el número de muertos era una prueba del éxito de la estrategia del Gobierno.

Ahora, el ministro de Gobernación, Gergely Gulyás, ha llegado a achacar la elevada mortalidad a que “la sociedad húngara no está en buenas condiciones en lo que se refiere a la forma de vida saludable”.

El Ejecutivo ha insistido en trasladar la responsabilidad a los ciudadanos argumentando que la mejor protección es la vacunación, y que eso es una decisión individual de cada persona.

El ritmo de vacunación, que avanzó muy rápido al principio, se ha estancado y es actualmente del 63 %.

La oposición, por su parte, culpa al Ejecutivo de los 40.000 muertos que ha dejado la covid en Hungría desde que empezó la pandemia.

“Este número demuestra que la gestión de la pandemia del Gobierno de Orbán ha fracasado”, aseguró recientemente el candidato conjunto de la oposición, Péter Márki-Zay, que en los comicios del 3 de abril tratará derrocar al Gobierno, en el poder desde 2010. EFE

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(Recursos de archivo www.lafototeca.com Cód: 12480972, 1178974, 13987727)

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