Cortes de electricidad en el norte de Sudán tras ataque con drones de los paramilitares
Jartum, 13 nov (EFE).- La ciudad de Merowe, en el norte de Sudán, experimentó este jueves importantes cortes de electricidad después de que el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) lanzara una andanada de drones contra varias instalaciones de la estratégica localidad, un ataque que el Ejército sudanés afirmó haber interceptado.
«Las defensas terrestres interceptaron varios drones suicidas lanzados por la milicia rebelde Fuerzas de Apoyo Rápido. Los drones iban dirigidos contra el cuartel general de la 19ª División de Infantería, el aeropuerto y la presa de Merowe, en el estado Norte», raramente atacado por las FAR, dijo el Ejército en un comunicado.
La nota indicó que «el fuego antiaéreo terrestre interceptó y derribó todos los drones antes de que alcanzaran sus objetivos», aunque residentes de Merowe consultados por EFE indicaron que el suministro eléctrico de la ciudad lleva cortado más de tres horas y aún no se ha restablecido.
Desde principios de este año, los paramilitares han lanzado decenas de ataques contra instalaciones vitales en zonas septentrionales del país controladas por el Ejército y alejadas de las líneas de frente como Merowe o Port Sudán, que tras el estallido del conflicto en abril de 2023 se convirtió en la capital provisional del país.
Los ataques contra esas zonas, y dirigidos contra instalaciones civiles para interrumpir los servicios en zonas consideradas seguras del país, empezaron después de que el Ejército sudanés recuperara a finales de mayo pasado Jartum, la capital de Sudán capturada por las FAR desde el inicio de la guerra.
En particular, los paramilitares también han tenido en múltiples ocasiones como objetivo la presa de Merowe, ubicada en el río Nilo a unos 350 kilómetros al norte de la capital y que alimenta las centrales del norte y el este del país como Port Sudán.
Estas acciones se producen después de que las FAR capturaran a finales de octubre la estratégica ciudad de Al Fasher, el que era el último reducto del Ejército en la vasta región occidental sudanesa de Darfur, y lograran consolidar su dominio en esta zona.
La caída de Al Fasher supone que el país queda dividido militarmente entre oeste (FAR) y este (Fuerzas Armadas), pero los paramilitares han emprendido una gran ofensiva en la región adyacente a Darfur de Kordofán, más al este, para ganar terreno al Ejército en el centro de Sudán.
Todo esto sucede en un momento en el que las FAR han aceptado una propuesta de tregua humanitaria presentada por Estados Unidos, a la que el Gobierno sudanés todavía no ha respondido oficialmente pese a que la cúpula militar insiste en que seguirán luchando contra los rebeldes.
La guerra en Sudán ha provocado la muerte de decenas de miles de personas, ha desplazado a más de 13 millones y ha convertido al país en el escenario de la peor catástrofe humanitaria del planeta, según la ONU, ya que más de la mitad de la población sufre inseguridad alimentaria aguda. EFE
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