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Brasil celebra en Locarno y ruge por su apaleada democracia

Mujer atada y con la cabeza tapada.
Sol Miranda en una escena de ‘Regla 34’. En el mundo real, es la industria cinematográfica brasileña la que se está asfixiando. Esquina Filmes

La película ‘Regla 34’, de Julia Murat, se llevó el premio principal del Festival de Locarno, el Leopardo de Oro. swissinfo.ch habló con la directora, que considera su premio como una victoria para el "castigado sector cultural" de su país.

“¡Fora Bolsonaro!” Con las palabras “¡Fuera Bolsonaro!” La actriz Sol Miranda utilizó el desafiante canto de la oposición brasileña para cerrar su discurso de agradecimiento tras recibir el Leopardo de Oro, en el Festival de Cine de Locarno de este año por la película Regla 34 (Regra 34).

Para la directora Julia Murat y su equipo -todos presentes en Locarno- era esencial adoptar una postura política, al igual que lo hicieron muchos otros artistas e intérpretes brasileños en eventos internacionales de alto nivel.

Murat explica a swissinfo.ch que el gobierno ultraconservador de Jair Bolsonaro lleva adelante una política explícita de desmantelamiento del sector cultural del país. “No se necesita la censura ni las otras herramientas autoritarias habituales; simplemente se asfixia financieramente [al sector cultural]”, argumenta.

Julia Murat
Julia Murat se dirige al público en la Piazza Grande durante la ceremonia de entrega de premios del Festival de Cine de Locarno. © Festival Del Film / Ti-press / Massimo Pedrazzini

Cerrar el grifo

La industria cinematográfica, en particular, está arruinada.  De momento, la única red de seguridad para la producción del cine nacional son las empresas internacionales de streaming.

“Todas las personas que conozco trabajan ahora mismo para Netflix”, relata Murat y acota: “Para los equipos técnicos es una bonanza de empleos, hay mucho trabajo”.

“Me pregunto cuánto durará esta situación, porque Netflix, Amazon y HBO están cambiando sus modelos de producción, así que incluso este pequeño respiro puede durar poco”.

Aun así, para los profesionales creativos el panorama es fatal. “Las productoras más pequeñas e independientes están cerrando sus puertas”, argumenta. “Hace más de un año que no tengo sueldo. Mi productora (Esquina Filmes) está en quiebra y los propietarios o socios de otras empresas están haciendo producción ejecutiva para empresas de streaming para sobrevivir”.

Brasil había vivido un boom de la producción audiovisual desde principios de la década de 2000, gracias a un mecanismo por el que los proyectos respaldados por la Agencia Federal de Cine podían recaudar fondos a través de empresas privadas y particulares, las que luego podían deducir el importe como créditos fiscales. Desde que Bolsonaro asumió la presidencia en 2019, todas las presentaciones de películas para el aval federal se han paralizado. Regla 34 pudo seguir adelante solamente porque estaba en el último lote de proyectos a procesar después de ser presentado en 2017.

Los cinco años que transcurrieron entre la presentación de su película para obtener financiación y su triunfo en Locarno fueron un largo y escabroso camino. “Terminamos el rodaje una semana antes de que el confinamiento por COVID golpeara a Río de Janeiro”, relata Murat. La pandemia no fue el único obstáculo, pues de golpe no había posibilidades de recaudar dinero para la postproducción en Brasil. Una “milagrosa” subvención del Festival de Cine de GotemburgoEnlace externo (Suecia) para cineastas de “países donde la democracia está en peligro”, salvó la situación.

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Todo es porno

‘La Regla 34’, título de la película, es un concepto de Internet que afirma que todo en la vida real, aunque sea inventado, tiene su correspondiente representación pornográfica. La sinopsis oficial de la película – “Simone, joven estudiante de derecho cuyos deseos sexuales la llevan a un mundo de violencia y erotismo”- excluye todos los matices que la convierten en una película impresionante, dura en todas sus aristas. Simone es una mujer negra. Sus deseos sexuales se introducen cada vez más en las prácticas sadomasoquistas (BDSM), mientras que su refinado personaje de aprendiz de abogado público se enfrenta a diario a casos atroces de violencia misógina, doméstica o de otro tipo.

El simple dualismo del dolor y el placer, o la humillación y la venganza, no son suficientes para explicar o saciar los impulsos de Simone. Los retos que encuentra en el mundo legal son más complicados, incluyendo cómo el Estado puede proteger a sus ciudadanos sin producir aún más violencia a las víctimas. Otra cuestión es si la prostitución debería estar prohibida. La desigualdad, el racismo, la injusticia, el machismo, el miedo y la silenciosa desesperación se infiltran en casi todos los diálogos, como sucede día a día en la vida de cada mujer negra en Brasil.

La idea inicial de la película no tenía nada que ver con su forma final. Simone ni siquiera existía, explica Murat: “Quería investigar el universo de la pornografía porque era un mundo que no conocía y sobre el que tenía muchos prejuicios, y no me considero para nada una moralista”.

La directora contó que más tarde un socio comercial le mostró una entrevista con la famosa actriz porno Sasha Grey. “Para ella, la pornografía consiste en superar las fronteras para ampliar los límites de tu cuerpo, de tus deseos, de tus pensamientos. Ese fue el momento en el que la historia de la película realmente se puso en marcha para mí”.

Ganadores con la estatuilla del Leopardo de oro.
Y los ganadores son (de izquierda a derecha): la actriz Sol Miranda, la directora Julia Murat, Tatiana Leite (productora), Isabela Mariotto (actriz) y Gabriel Bertolini (asistente de dirección). © Locarno Film Festival / Ti-press / Samuel Golay

Política para ser, o no ser

Su victoria en Locarno fue primero una sorpresa total para los críticos, los participantes, el público e incluso el equipo de la película.

Regla 34 tuvo una aceptación bastante buena en el Festival a pesar de, o gracias a, los primeros minutos de la película, que escandalizaron a las mentes más puritanas. Fue un buen comienzo, ya que, después de todo, no hubo grandes sobresaltos en el programa de este año. Sin embargo, los eruditos en cine que asistieron no consideraron el filme como un serio aspirante al premio principal, aunque no por falta de méritos.

Teniendo en cuenta el programa de Locarno, en el que películas altamente politizadas marcan la pauta abordando debates de actualidad como la descolonización, los “nuevos fascismos” o el auge de las democracias antiliberales, Regla 34 muestra su política en el trasfondo. No habla de dictadores, represión política o censura, pero su trama discurre sobre un fondo de violencia permanente.

Ese fue también el mensaje en el discurso de aceptación de Sol Miranda, la actriz que interpreta a Simone pero que en la vida real es también una educadora y una madre que creció en una favela. En las próximas elecciones generales brasileñas se postula como candidata a diputada federal, en la misma boleta que el expresidente de izquierda Lula.

El modelo e inspiración de Miranda es Marielle Franco, la concejala de Río de Janeiro que fue asesinada por milicianos en 2018. La investigación criminal sigue sin ser concluyente, pero Miranda es una de las varias mujeres pobres, negras y marginadas que trabajaron con Franco y se presentaron como candidatas tras su muerte.

“Aun así, todavía no es una historia de éxito”, dice Miranda, “es una lucha constante e interminable”. La campaña electoral de este año registró un número récord de mujeres que se incorporaron a la carrera, pero solamente representan el 33% de los candidatos.

El Leopardo de Oro, sin embargo, ha puesto los ánimos más optimistas. Murat se emociona al contar que, tras ser nominada para competir en Locarno, un miembro del grupo de WhatsApp del equipo de la película, soñando con ganar el Leopardo, lo rebautizó como “Nada es imposible”. Mientras swissinfo.ch hablaba con la directora lo rebautizaron de nuevo, esta vez “Todo es posible”.

Escena de Regla 34: personas de fiesta.
Otra celebración, en una escena de ‘Regla 34’, cuando ganar un premio internacional era todavía impensable. Esquina Filmes

Editado por Mark Livingston/gw

Adaptado del inglés por Norma Domínguez

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