El erotismo estético en el arte moderno

La Fundación Beyeler, de Basilea, dedica hasta fines de febrero una exposición al tema del erotismo, fuente de inspiración casi inagotable para generaciones de artistas.
Con más de 200 obras, la muestra ‘Eros en el arte moderno’ ofrece un vasto panorama de las imágenes del deseo que cultivaron los más destacados artistas desde 1870 hasta nuestros días.
«El Eros ha sido siempre uno de los temas centrales del arte. Además, muchas veces se considera la creación artística misma como un acto erótico, un acto que libera un instinto vital», señala Philippe Büttner, curador de la exposición.
Era inevitable que esta pulsión capaz de hacer perder la razón a más de uno desde tiempos ancestrales se convirtiera en una fuente preciosa de inspiración para los artistas. El arte detentó durante siglos una especie de monopolio de la imagen erótica, prohibida en la sociedad occidental.
Para derribar los límites impuestos por los defensores de las buenas costumbres, pintores y escultores contrabandearon sus visiones eróticas en escenas históricas o mitológicas. O se inclinaron por representar la anatomía humana como si se tratara de una mera observación de la naturaleza, de una investigación médica, de un estudio científico.
Y cuando ni siquiera estos tapujos eran suficientes , muchos artistas daban rienda suelta a sus ‘impulsos vitales’ en dibujos y lienzos que sólo tenía el privilegio de admirar un círculo restringido de personas, amigos y clientes fieles.
Erotismo no transgresivo
Para mostrar la fascinación irresistible que ejerció el erotismo sobre generaciones de artistas, la Fundación Beyeler reunió más de 200 obras realizadas desde finales del siglo XIX hasta hoy. La muestra no se propone presentar las obras más eróticas del arte moderno, sino el arte erótico de los mejores artistas modernos.
Los responsables de la pinacoteca basilense no pudieron resistir a la tentación de presentar los trabajos de los representantes más destacados del arte del último siglo y medio: desde Manet, Rodin, Cézanne, Dégas, Klimt, Picasso, Dalí… hasta Hockney, Koons y Rist.
No cabe duda de que la Fundación Beyeler es uno de los pocos museos europeos que puede exponer cada año lo mejor de los mejor de las colecciones públicas y privadas.
Si contemplamos las obras seleccionadas, observamos que la muestra se limita al ámbito más bien ‘decente’ del erotismo, fundamentalmente heterosexual y poco transgresivo, apto para un público adulto y burgués, como el de la Fundación Beyeler. No es casual que casi todas las obras expuestas no hayan escandalizado al público ni siquiera en el momento de su creación. Y de eso hace ya muchos decenios.
Erotismo estético
«No queríamos mostrar la sexualidad, sino el componente erótico del arte en una gran variedad de estilos y de investigaciones. El erotismo que aparece en estas obras es, por consiguiente, muchas veces solamente alusivo», explica Philippe Büttner.
La exposición da prioridad a un erotismo sumamente estético, en el que las figuras representadas consumen poco sexo. La sexualidad está más bien en la mirada del artista, nace de su relación creativa con el objeto retratado.
La muestra concebida de forma cronológica, como suele ser habitual en la Fundación Beyeler, ofrece un resumen casi didáctico de la evolución de las corrientes y de los estilos del arte moderno.
En el centro está la figura femenina, idealizada por la armonía impresionista de Pierre-Auguste Renoir, Edgar Dégas o Pierre Bonnard; por las formas geométricas de Picasso o Fernand Léger; por las tonalidades cromáticas y fuertes de los expresionistas Ernst Ludwig Kirchner o Egon Schiele.
En el Surrealismo el erotismo adquiere una nueva dimensión en la que los sueños y la búsqueda del inconsciente rompen con todas las convenciones, como en ‘El gran masturbador’, de Salvador Dalí, o en ‘Gradiva’, de André Masson.
Redescubrimiento del cuerpo humano
Desde entonces, el Eros en el arte adquiere múltiples representaciones: las obras estilizan detalles del cuerpo humano que se reducen en numerosas variaciones a una concepción más bien abstracta del deseo y de la sexualidad.
En los últimos decenios han sido, sobre todo, los grandes fotógrafos del erotismo, como Helmut Newton o Robert Mapplethorpe, quienes revalorizaron la desnudez y el erotismo. La imagen erótica se convierte a menudo en figurativa también en la pintura, como si los artistas redescubrieran el cuerpo humano.
Después de varios siglos, el desnudo masculino logra vencer los últimos obstáculos solamente en los años 70 y hace su aparición pública en el arte. Es sobre todo una nueva generación de mujeres artistas, comenzando por Louise Bourgeois, quienes introducen este nuevo componente en el arte erótico, muchas veces acompañado de un toque de ironía.
swissinfo, Armando Mombelli, Basilea
(Traducción del italiano: Belén Couceiro)
La exposición ‘Eros en el arte moderno’, realizada en colaboración con el BA-CA Kunstforum de Viena, permanecerá abierta al público hasta el 19 de febrero de 2007.
La muestra propone 200 obras de unos cincuenta de los máximos representantes del arte moderno y contemporáneo, realizadas desde 1870 hasta nuestros días.
A petición de los responsables del museo, las personas menores de 16 años deberán visitar la exposición solamente acompañados por un adulto.
La Fundación Beyeler nació en 1997 en Riehen, en el semicantón de Basilea-Ciudad, por iniciativa del galerista y coleccionista de arte Ernst Beyeler.
El centro cultural, obra del arquitecto italiano Renzo Piano, es el museo de arte que atrae al mayor número de visitantes en Suiza; cada año lo visitan más de 300.000 personas.
Además de una exposición permanente que cuenta con cerca de 200 obras maestras de los representantes más importantes del arte moderno y contemporáneo, la Fundación presenta cada año entre 4 y 6 muestras al público.

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