
Denver es un caos, pero todavía recibe a migrantes sin limitaciones
Francisco Miraval
Denver (EE.UU.), 4 ene (EFE).- A pesar de afrontar una crisis humanitaria por la llegada masiva de inmigrantes enviados por gobernadores republicanos de estados fronterizos, la ciudad estadounidense de Denver aún no ha impuesto limitaciones a estos extranjeros, en gran parte venezolanos, como sí han hecho Chicago y Nueva York.
El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, y su colega neoyorquino, Eric Adams, decretaron a finales del año pasado restricciones para los autobuses repletos de migrantes que les envía principalmente el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott.
Sin embargo, el alcalde de Denver, el demócrata Mike Johnston, mantiene las puertas abiertas a los migrantes, aunque sabe que la situación es financieramente «insostenible» para la ciudad.
Desde noviembre de 2022 hasta ahora, Denver ha destinado casi 40 millones de dólares en fondos propios para proveer de alojamiento, comida y servicios básicos a los recién llegados y la cifra que se necesita para este año puede llegar a 180 millones de dólares casi el 5 % del presupuesto anual de la ciudad, según su alcalde.
La tensión social y financiera en la capital de Colorado es evidente.
Cuando la venezolana Andreína llegó a Denver en los últimos días de diciembre junto a su familia, no anticipó pasar el Año Nuevo en un improvisado campamento del centro de la ciudad junto a otras 300 familias venezolanas.
«Necesito ayuda con alimentos. No tengo auto y no puedo llamar a los bancos de comida porque no tengo teléfono que funcione en Estados Unidos», dijo a EFE Andreína, quien pidió no usar su apellido.
El venezolano Gabriel, casado y con un hijo pequeño, llegó a Denver el 1 de enero en un autobús proveniente de Texas en el que también viajaban otros 60 compatriotas suyos.
«¿Quién me puede ayudar? Necesito un mercado para mi hijo. Una donación de alimentos. Estamos sin trabajo», comentó Gabriel a EFE.
Por lo menos 36.000 migrantes se han instalado en Denver desde que a mediados de 2022 comenzaron a llegar los llamados «buses fantasmas» y aviones desde Texas con los inmigrantes, que en muchos casos no saben al abordarlos cuál será su destino.
Legisladores federales y estatales del Partido Demócrata han pedido a la Agencia Federal de Administración de Emergencias (FEMA) la activación en Denver del Programa de Alojamientos y Servicios, pero mientras esa ayuda se decide los concejales de Denver donaron 330.000 dólares para ayudar a decenas de niños venezolanos que duermen en la calle.
«En vez de comprar muebles para nuestras oficinas o irnos de viaje, decidimos usar nuestros fondos para esto», expresó la concejala Amanda Sandoval, del Distrito 1, donde se concentran los campamentos de venezolanos.
Además el Concejo municipal aprobó un contrato de 1,4 millones de dólares para suministrar alimentos a los inmigrantes alojados en albergues de la ciudad y negoció con éxito un subsidio de 1,6 millones de dólares para proveerlos de alojamiento, que se suma a otros 1,4 millones de dólares recientemente aprobados para que la Archidiócesis de Denver aloje a migrantes.
Este subsidio se gestionó debido al «amontonamiento de ropa, muebles y bolsas de basura» en los campamentos de venezolanos en Denver, hasta el punto de que «esos lugares ya no son seguros», afirmó este miércoles Jon Ewing, portavoz del Departamento de Servicios Humanos de Denver.
«Es inhumano. No es bueno para las personas que se quedan allí. Esta semana hará frío. Buscaremos que tengan un techo sobre sus cabezas. Eso también nos facilitará trabajar con ellos y llevarlos a una mejor solución», agregó.
En la actualidad, dijo Ewing, Denver provee alojamiento a unos 4.500 inmigrantes y se espera que varios cientos más sean trasladados a albergues municipales en los próximos días. Pero, aún con los fondos disponibles, el proyecto no duraría más de un mes, según el portavoz.
Por otro lado, las organizaciones de ayuda comunitaria (bancos de comida, iglesias, centros comunitarios) ya no cuentan con los recursos para ofrecer servicios a los recién llegados.
Abbott «está decidido a seguir sembrando el caos», dijo el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, sobre los envíos de inmigrantes desde Texas a estados o ciudades gobernados por demócratas.
Jonhson impuso en noviembre pasado restricciones a los autobuses y aviones con inmigrantes enviados desde Texas, una medida también tomada por el alcalde de Nueva York, una ciudad que llegó a recibir hasta 14 autobuses diarios, sumando en total unos 160.000 migrantes en poco más de un año. EFE
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