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Día 13 de la COP30: tiempo de prórroga, un año más

Redacción Medioambiente, 22 nov (EFE).- Un año más, la cumbre climática de la ONU (COP30) ha tenido que parar el reloj para seguir negociando un día después de la fecha de su clausura. La fuerte oposición de los países árabes a cualquier mención a los combustibles fósiles en el acuerdo que deben firmar todas las partes es la clave de este bloqueo. Las negociaciones se han extendido en Belém (Brasil) hasta esta madrugada sin aparentes avances.

Como aviso a navegantes queda recordar la clausura, con treinta horas de retraso, de la anterior COP29, celebrada en Bakú (Azerbaiyán) el año pasado. El acuerdo final de aquella cumbre no incluyó ninguna mención explícita o un avance sobre la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.

Un tema: Los combustibles fósiles no estaban incluidos en los objetivos de la COP30. El avance de los compromisos financieros, los planes de acción nacionales (conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), y una llamada a evitar el calentamiento a 1,5 grados eran los temas que capitalizaban la agenda.

Sin embargo, varios países, activistas y manifestantes – “El liderazgo climático no está hecho de petróleo”, se leía en algunas pancartas estos días – han intentado incluir en el borrador final un plan de transición para dejar atrás los combustibles fósiles.

Después de que en la COP28 de Dubái, en 2023, se incluyera por primera vez en el documento final la necesidad de reducir los combustibles fósiles por su responsabilidad en el cambio climático y que en Bakú se silenciara este hecho, muchos países presentes en Belém no quieren que se obvie “el elefante en la habitación”.

Un informe: Más que un informe hay que hablar del borrador de resolución que André Corrêa do Lago, presidente brasileño de la COP30, puso sobre la mesa en la madrugada del viernes 21. Si el jueves un incendio fortuito quemó algunas zonas comunes de la cumbre, el texto presentado ayer, que eludía concretar una hoja de ruta para poner fin a los combustibles fósiles, provocó una llamarada de indignación en gran parte de los representantes políticos y sociales que esperaban otro tipo de ‘Mutirão’ (palabra estrella en la reunión que remite al esfuerzo colectivo).

Una declaración: La “Declaración de Belém sobre la transición hacia la eliminación de los combustibles fósiles”. Se trata de una iniciativa impulsada por el Gobierno colombiano a la que se han adherido más de 20 países, que compromete a los firmantes a “trabajar colectivamente hacia una transición justa, ordenada y equitativa” para abandonar los combustibles fósiles, alineada con los caminos consistentes “en limitar el aumento global de la temperatura a 1,5 grados centígrados”.

A la declaración política presentada ayer se ha sumado países como Chile, España, México, Bélgica y Dinamarca, entre otros.

Un personaje: A estas alturas y después de casi dos semanas de conferencia – la cita tuvo un aperitivo con la cumbre de líderes el 6 y 7 de noviembre – , los pueblos indígenas, presentes en este encuentro en la Amazonía brasileña, han protagonizado con sus protestas y demandas la COP30. Más que un personaje han sido el colectivo que ha recordado a los asistentes que el cambio climático no conoce razas, límites ni fronteras.

Una imagen: Las fotografías de la discusión, en el interior de la reunión Mutirao, de los ministros de Francia, Irlanda y España, junto de la presidencia danesa, Lars Aagaard, con la representante de Arabia Saudí, Noura Alissa, a cuenta de los combustibles fósiles. EFE

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