Día 2 de la COP30: un clima optimista y la esperanza de negociaciones fluidas
Redacción Medioambiente, 11 nov (EFE).- La COP30 de Belém (Brasil) ha comenzado con optimismo tras la aprobación por consenso de la agenda: algo que no había ocurrido en las cuatro citas climáticas anteriores y que abre perspectivas de que las negociaciones avancen de manera fluida durante las dos semanas previstas para este foro.
Además de los contactos en diversos asuntos relacionados con la financiación climática, las jornadas temáticas de este martes continuarán centradas en adaptación, ciudades, infraestructura, agua, residuos, gobiernos locales, bioeconomía, economía circular, ciencia, tecnología e inteligencia artificial: una de las iniciativas que hoy se presenta es un Instituto de Inteligencia Artificial para el Clima que busca incorporar las últimas innovaciones del sector.
Un tema: España y Alemania canalizan ya un fondo de 100 millones de dólares gestionado por los bancos de desarrollo multilaterales que concederá créditos baratos para proyectos de resiliencia ante el cambio climático en países en desarrollo. Se trata del programa Acelerando Inversiones en Resiliencia e Innovaciones para Economías Sustentables (ARISE). La directora ejecutiva de la COP30, Ana Toni, se ha felicitado por lo que considera «exactamente el tipo de ejemplo que queríamos en esta COP: anuncios destinados a la aplicación (de los compromisos climáticos) y que fortalecen el multilateralismo» .
Un informe: Una de las claves de esta cumbre es la presentación de los informes de reducción de emisiones contaminantes, los NDC por sus siglas en inglés. Un total de 113 países los han presentado al comienzo de la cumbre: sus emisiones representan el 69 % del total. Si se cumplen las metas planteadas en estos informes, según los cálculos de la ONU se reducirán en un 12 % en 2035 respecto a los niveles de 2019, aunque el porcentaje parece insuficiente para limitar el aumento global de temperaturas en 1,5 ºC como plantea el Acuerdo de París.
Una declaración: El alto comisionado de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, ha asegurado que existe una «relación muy clara» entre la crisis climática y los conflictos bélicos. «La crisis climática, especialmente en comunidades muy pobres, priva a las personas de lo más básico: de agua, de alimentos, de alimento para su ganado y de sus cosechas. Esto muy a menudo enfrenta a las comunidades entre sí y, con frecuencia, se convierte en un conflicto étnico o religioso».
Un personaje: Mukhtar Babayev, el presidente de la cumbre anterior.La COP29 organizada en Bakú (Azerbaiyán) entregó el testigo a Brasil con un llamamiento urgente a actuar «con ambición y realismo» cumpliendo con la hoja de ruta acordada hace un año, que pretende triplicar la financiación destinada a las exigencias climáticas de 300.000 millones de dólares anuales a 1,3 billones para 2035.
Una imagen: La de la flotilla amazónica Yaku Mama, apoyada por una coalición de más de sesenta organizaciones indígenas iberoamericanas e indonesias, que ya ha llegado a Belém tras recorrer más de 3.000 kilómetros por los ríos Napo y Amazonas tras casi un mes de navegación por Ecuador, Perú, Colombia y Brasil para recordar que lo que está en juego no son sólo conceptos abstractos sobre el medioambiente y el bienestar humano sino los territorios en los que habitan y la continuidad de su modo de vida. La Cumbre de los Pueblos reúne a sus principales líderes. EFE
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