¿Problemas? A quién pueden dirigirse los suizos residentes en el extranjero
Cada año, 30 000 suizos dejan su patria atrás. Se enfrentan a retos antes, durante y después de la emigración. Soliswiss está ahí para ayudarles. La cooperativa que también interviene financieramente en caso de emergencia.
La cuenta bancaria está cancelada o falta el seguro médico. El sueño de vivir en el extranjero no ha hecho más que empezar. Los suizos residentes en el extranjero, tanto los que tienen pensado emigrar como los que ya lo son, se enfrentan a numerosos retos.
Buscar ayuda, apoyo o información requiere a menudo mucha investigación. Tan sólo unos pocos suizos residentes en el extranjero saben que existe una cooperativa que se ocupa de sus preocupaciones.
Ayudó con 3 200 preocupaciones
Soliswiss se fundó en 1958 como “Cooperativa del Fondo de Solidaridad de la Quinta Suiza”. A diferencia de la Organización de Suizos en el Extranjero (OSE), que trabaja sobre todo por los intereses políticos de la Quinta Suiza, la idea básica de la cooperativa era amortiguar las inseguridades financieras. Ayuda para la autoayuda en forma de dinero que un cooperativista puede solicitar en tiempos de necesidad.
No obstante, aparte de la pandemia de la COVID, esta idea primaria de solidaridad ha disminuido en los últimos 65 años, afirma Nicole Töpperwien, directora General de Soliswiss.
En su lugar, se ha pasado a asesorar a personas que pretenden emigrar, a los que regresan, a trotamundos o a pensionistas que desean pasar su jubilación en el extranjero.
“En 2022 atendimos 3 200 solicitudes”, señala Töpperwien. Los no afiliados también pueden beneficiarse de nuestra oferta, pero tienen que pagar. “Soliswiss ayuda, asesora, muestra posibles soluciones y crea redes”, destaca el último informe anual.
Este servicio lo prestan seis empleados en la oficina. El consejo de administración está compuesto por siete miembros, todos ellos con algún tipo de experiencia con la Quinta Suiza y la emigración.
La cooperativa es cada vez más joven
El número de miembros de Soliswiss es impresionante, 4 000 en más de 130 países. “Tenemos miembros que llevan con nosotros desde la fundación”, afirma Eveline Zurwerra, responsable de comunicación de Soliswiss.
Y aunque la propia cooperativa de suizos en el extranjero llega este año a la edad de jubilación, en los últimos años se ha rejuvenecido un poco. La media de edad es ahora de 55 años.
Ese rejuvenecimiento está probablemente relacionado con los servicios ofrecidos por Soliswiss. La cooperativa se ha especializado en cuestiones relacionadas con el trabajo y las pensiones en el extranjero. Son temas que interesan cada vez a más suizos. Los numerosos seminarios web sobre estos asuntos están regularmente llenos.
Sólo pueden ser miembros de la cooperativa los ciudadanos suizos, según las reglas de la misma. Sin embargo, “se puede ser socio de Soliswiss sin tener la ciudadanía suiza”, asegura Töpperwien.
También reciben regularmente consultas de Alemania. Soliswiss no puede aceptarlos como miembros, pero les asesora a cambio de una cuota. “Los suizos siguen siendo el centro”, subraya Töpperwien.
Martin Hauser es socio de la cooperativa desde hace muchos años, exactamente desde los años noventa. “Por intuición, que no ha resultado equivocada”, dice. Soliswiss fue su red de seguridad fiable cuando era profesor universitario en Rumanía en los años noventa.
La cooperativa le asesoró bien en situaciones delicadas y también le apoyó económicamente – “ni siquiera como profesor de la Unesco me libré entonces de las agresiones y apetencias políticas locales”.
Hauser es uno de los pocos miembros de la cooperativa que asiste regularmente a la asamblea general anual. “En los últimos diez años, 50 miembros asistieron a la asamblea general más exitosa”, añade Zurwerra.
En relación con el número de socios, se trata de muy pocos, pero por la naturaleza de las cosas los socios no vuelan a Suiza especialmente con este fin. Sin embargo, algunos miembros organizan regularmente un representante para emitir su voto.
Varios millones de francos para la Quinta Suiza necesitada
Aunque la idea de solidaridad ya no es el centro que mueve la cooperativa, desde la fundación de Soliswiss se han desembolsado más de 725 000 francos suizos con cargo al fondo de ayuda. Sí entra en juego cuando los suizos residentes en el extranjero necesitan ayuda rápidamente.
A veces puede adoptar distintas formas creativas, como por ejemplo, la compra de un tuk-tuk para un miembro de la cooperativa que tras ser mordido por un cocodrilo sólo podía recorrer distancias largas con dificultad. El fondo se financia con donativos y permite a Soliswiss reaccionar con rapidez.
La cooperativa solidaria no es tan flexible a la hora de pagar indemnizaciones a tanto alzado, que se financian con reservas. Las indemnizaciones de este fondo están estrictamente reguladas. El pago requiere la pérdida de los medios de subsistencia económicos debido a una guerra, disturbios civiles o coacción política general.
“Soliswiss fue la mejor decisión de mi vida”, comparte Roger Gava en la película que celebra el 50 aniversario de Soliswiss. Había perdido su medio de vida en 2001 durante la crisis económica en Argentina.
El expatriado suizo recibió entonces ayuda financiera de la cooperativa y pudo así abandonar el país y volver a establecerse en Suiza. Hasta la fecha, se han abonado más de 9,5 millones de francos suizos en concepto de indemnización a tanto alzado.
La cooperativa para suizos residentes en el extranjero no recibe fondos federales. Y cuando entró en vigor la Ley de Suizos Residentes en el Extranjero en 2015, Soliswiss perdió la garantía de impago por parte del Gobierno.
Antes, el Estado suizo ayudaba a la cooperativa con préstamos sin intereses en caso de dificultades financieras. Desde entonces, Soliswiss ha tenido que valerse por sí misma. Con un número de socios en constante aumento y cada vez más jóvenes, eso no debería ser un problema en el futuro.
Adaptado del alemán por Carla Wolff
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