
EEUU nombra enviado especial en Libia para mantener el proceso democrático
Trípoli, 11 may (EFE).- Estados Unidos nombró a su embajador en Libia, Richard Norland, enviado especial en el país para «mantener el proceso político en marcha» hasta las próximas elecciones previstas el 24 de diciembre y garantizar la retirada de las fuerzas extranjeras, informó la secretaría de Estado.
«En su papel de enviado especial de Estados Unidos, el embajador Norland dirigirá los esfuerzos diplomáticos con el fin de promover el apoyo internacional para una solución política inclusiva y negociada liderada por Libia», declaró la fuente en un comunicado de prensa divulgado en Trípoli.
Norland, jefe de la misión diplomática desde agosto de 2019, deberá trabajar además en estrecha colaboración con la sociedad civil y los socios humanitarios para «fortalecer el papel de Estados Unidos en el apoyo activo al pueblo libio en su búsqueda de paz, seguridad y prosperidad duraderas en su país».
Este nombramiento, el primero para este puesto desde 2011, supone para Washington «la importancia que Estados Unidos otorga al alcance diplomático de alto nivel» y cuyas acciones deberán ser comunicadas al Congreso.
Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera al triunfo de los distintos grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
El Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), que se instaló en Trípoli en 2016 con apoyo de la ONU, recibió el apoyo militar del Ejército turco y de miles de soldados de fortuna sirios enviados desde Ankara mientras que el mariscal Jalifa Hafter, líder militar y tutor del antiguo gobierno no reconocido en el este del país, incorporó a sus filas miles de mercenarios rusos, sudaneses, chadianos y árabes.
Tanto los mercenarios rusos, chadianos y sudaneses como sus colegas sirios, además de oficiales del Ejército turco permanecen todavía en Libia pese a las continuas demandas de la misión especial de la ONU en Libia (UNSMIL).
Desde el pasado mes de marzo, el poder está en manos del Gobierno Nacional de Unidad (GNU), elegido por el Foro para el Diálogo Político de Libia (FDPL), un organismo no electo creado por la ONU al margen de los gobiernos hasta entonces enfrentados y que debe unificar el país, mantener el alto el fuego y conducirlo hasta la elecciones legislativas. EFE
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Selon plusieurs observateurs cette décision constitue un revirement américain sur le dossier libyen. Durant les années Donald Trump, les responsables américains avaient envoyé des signaux contradictoires aux deux camps rivaux : ils avaient soutenu le gouvernement Fayez el-Sarraj et encouragé, en même temps, l’offensive du maréchal Khalifa Haftar sur la capitale Tripoli.
Le président Joe Biden cherche à se différencier de l’administration précédente, notamment en ce qui concerne l’Afrique, et ambitionne plus d’efficacité dans cette crise libyenne qui dure depuis plus de dix ans. Washington avait laissé aux Européens le soins de gérer cette crise mais semble aujourd’hui résolu à y intervenir d’une manière plus directe.
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