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Los búnkeres suizos: ese mundo subterráneo olvidado

El búnker tiene siete niveles bajo tierra, el personal entraría a través de este túnel. Jo Fahy/swissinfo.ch

La ciudad suiza de Lucerna acogió el mayor búnker civil del mundo. Construido para albergar a 20 000 personas en caso de ataque nuclear, sigue preparado para una eventual catástrofe natural. 

Tras una puerta corriente, oculta en una pared de hormigón bajo un montículo de hierba entre bloques de pisos y junto a un parque infantil, se esconden 40 años de historia y un edificio de 7 pisos bajo tierra.

Zora Schelbert, mi guía dentro del búnker, empuja la pesada puerta que se cierra detrás de nosotras. Hace frío y al frente se abre un largo túnel gris inclinado hacia abajo.

Se construyó en 1976 y entonces era el refugio civil más grande del mundo: diseñado para albergar a 20 000 personas en caso de una bomba atómica. 

En 1963, en plena Guerra Fría, Suiza adoptó una política de ‘refugios para todos’, según la cual cada ciudadano debía tener su espacio en un búnker en caso de catástrofe. Así que había que construir abrigos debajo de las viviendas y bloques de pisos o pagar a las autoridades locales por un sitio en un refugio de protección civil como SonnenbergEnlace externo.

Los dos túneles del Sonnenberg en la autopista A2 se construyeron con un doble objetivo: acoger el ir y venir del tráfico, así como ofrecer refugio a decenas de miles de personas en caso de emergencia. Como unidad de apoyo logístico y técnico, en torno a los túneles se levantó un edificio de 7 pisos llamado ‘la caverna’. 

Jo Fahy/swissinfo.ch

La planta baja que aparece en este croquis (Erdgeschoss) está al nivel de los túneles de la autopista. El suelo actual está por encima del cuarto piso (4. Geschoss).

“El búnker tenía tres generadores diésel en el ala Este [a la izquierda] para suministrar electricidad a la población. El ala Oeste estaba preparada para que trabajaran 700 personas: en la estación de seguridad y las celdas, el hospital de emergencia, la cocina, la lavandería y el centro de operaciones”, según explica Schelbert.

Las dimensiones del búnker se redujeron en 2006 y en la actualidad se mantiene como refugio civil para albergar a 2 000 personas en vez de a las 20 000 iniciales.

Viviendo bajo tierra

El búnker estaba dividido en infinidad de espacios y habitaciones.

Eche un vistazo al interior en este video de 360°. Haga clic y arrastre la pantalla o incline su móvil (abra el vídeo en la aplicación de YouTubeEnlace externo para móviles).

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Los espacios hubieran sido ruidosos, superpoblados y sin ninguna privacidad. “Estaba preparado para albergar a un grupo de personas, pero al final, las propias personas hubieran sido el problema”, dice Schelbert.

También se instalaron celdas para poder hacer frente a algunos de los problemas que hubieran podido surgir al juntar en un espacio tan pequeño a miles de individuos estresados.

Después de 2006 el número de celdas aumentó y recientemente este espacio ha sido utilizado por la policía de Lucerna como complemento a sus calabozos.

Defectos desastrosos

En 1987 se llevó a cabo la ‘Operación Hormiga’: primer y único simulacro de emergencia realizado en el búnker. Durante toda una semana se cerraron los dos túneles de la autopista y en uno de ellos se instalaron los alojamientos colectivos y las camas. Y todas las partes del operativo se pusieron a prueba.

“Para bajar las camas por las rampas se utilizaron vagones pero resultó difícil descender por los estrechos pasillos”, explica Schelbert. 

Jo Fahy/swissinfo.ch

“La comunicación resultó complicada ya que no había teléfonos móviles y aparentemente tampoco contacto por radio. Para debatir sobre los problemas tenían que subir y bajar los túneles”.  

Al final solo se pudo completar una cuarta parte de la instalación prevista.

Las puertas, con un espesor de 1,5 metros y 350 000 kilos de peso, debían deslizarse por rieles y sellar los extremos de los túneles. Aunque oficialmente esta parte de la prueba funcionó, Schelbert se ha encontrado con muchas personas que participaron en la ‘Operación Hormiga’ que dicen que una de las puertas no cerraba bien. “Esto hubiera sido mortal”.

Con esta prueba, realizada justo tras el accidente de Chernóbil, se dieron cuenta de que el búnker debía prepararse con mayor rapidez.

El panorama actual

Una persona y dos ayudantes cuidan del edificio. Todos los meses hay visitas guiadas en inglésEnlace externo y recorridos en alemán. Tras la reducción del búnker en 2006, la antigua zona hospitalaria de urgencias se cerró y ahora forma parte del espacio que será utilizado para albergar a civiles en caso de emergencia, en lugar de los túneles de tráfico. 

¿Podrían 2 000 personas vivir en este espacio? “Todavía tengo mis dudas”, señala Schelbert.

“Ahora resulta fácil decir que no me uniría a ellos, porque sé cuáles son las condiciones de vida, pero tal vez terminaría aquí si ocurriera lo peor. Esperemos no tener que tomar esta decisión nunca”, añade. 

“Esperemos no tener que tomar esa decisión nunca”

La gente, hoy en día, iría a un refugio subterráneo por cuestiones distintas a las previstas cuando el búnker se creó. “Serían catástrofes naturales como corrimientos de tierra o terremotos. Ahora sabemos que en caso de catástrofe nuclear no tiene sentido instalarse durante semanas en el subsuelo [ya que la radiación se prolonga por mucho más tiempo]”.

Si se produjera un desastre natural a gran escala o un incidente importante en una central nuclear, la red de sirenas de emergenciaEnlace externo de Suiza se pondría en marcha y la gente pondría la radio o consultaría una app de emergenciaEnlace externo.

Como otras muchas personas en Suiza, Schelbert tampoco guarda en su despensa provisiones de alimentos ‘en caso de emergencia’, y eso a pesar de que en un búnker cada uno debe ocuparse de su propia comida.

“Yo no crecí con esa amenaza, pero sé que algunas personas mayores que pasaron por ello siempre están preparadas y tienen sus reservas de alimentos”, dice.

En 2011, ante la falta de espacio para albergar a toda la población, el Parlamento quiso derogar la ley de ‘refugios para todos’. Dos días después de tomar la decisión sobrevino el tsunami de Fukushima y el desastre en Japón. Y la medida fue revocada. 

¿Tienes en casa provisiones en caso de catástrofe? ¿Crees que vale la pena mantener los refugios de emergencia? Deje su comentario o contacte con la autora en FacebookEnlace externo o Twitter: @jofahyEnlace externo.

Traducción del inglés: Lupe Calvo

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