El Festival de Salzburgo arranca bajo el lema “El tiempo está fuera de quicio”
Clara Antón
Viena, 19 jul (EFE).- El prestigioso Festival de Salzburgo arranca este jueves con un amplio programa musical y lírico que, bajo el lema “El tiempo está fuera de quicio”, una frase que William Skaespeare pone en boca de Hamlet, invita a reflexionar sobre el papel del arte en el mundo actual, sacudido por múltiples crisis.
De aquí al 31 de agosto el certamen ofrecerá un total de 174 funciones de ópera, música y teatro en 15 escenarios repartidos por la histórica ciudad alpina que vio nacer a Wolfgang Amadeus Mozart.
Dos conciertos del ciclo de música sacra “Ouverture spirituelle”, con composiciones de Olivier Messiaen, Heinrich Schütz y Sofia Gubaidulina, abren el programa el jueves.
La fiesta de apertura, de entrada gratuita, se celebra durante toda la jornada del viernes en diferentes puntos de la ciudad, y por la noche se estrenará al aire libre la obra de teatro “Jedermann” de Hugo von Hofmannsthal, pieza fundamental en la tradición ya centenaria de este festival.
¿HAY RESPUESTAS EN EL ARTE LÍRICO?
La frase completa de Hamlet, que dice “El tiempo está fuera de quicio, ¡oh, maldito rencor que ha querido que yo nazca para enderezarlo!”, habla de una sensación de desorden, tanto que bien se podría aplicar a los tiempos actuales.
“Nuestra era también parece haber perdido el norte y nos cuestiona sobre nuestra forma de actuar, sobre las perspectivas y fantasías que nos permiten afrontar esta situación. ¿Cómo puede ayudarnos el arte?”, plantea el festival en su programa.
Y responde: “Las grandes obras de arte nos permiten comprender mejor las cuestiones existenciales de la humanidad” porque “nos hablan en todo momento de nosotros mismos y de lo efímero de nuestras vidas”.
Con este hilo conductor, Salzburgo estrenará cuatro producciones de óperas y presentará otras cuatro en versión concertante.
El primer estreno de este año será “Las Bodas de Fígaro” de Mozart, dirigida por el francés Raphaël Pichon y con la soprano guatelmalteca Adriana González como la condesa de Almaviva.
Le seguirán las obras de Verdi “Macbeth” y “Falstaff”, en la que actuará el bailarín español Joaquín Abella.
Tambiénes nueva la escenificación de Simon Stone de “La pasión griega” (1961), de Bohuslav Martinu.
Dirigida por el maestro Maxime Pascal y con la actuación del bajo español Gorka Culebra, esta obra, que explora un tema tan actual como los refugiados que buscan ayuda en un pueblo rico, se presenta aquí como “una súplica pesimista por la humanidad, que libra una batalla constante contra su propio egoísmo”.
MÚSICOS AMADOS Y ACLAMADOS
Entre las orquestas más amadas y aclamadas por el selecto público salzburgués volverán este año las Filarmónicas de Viena y Berlín, Le Concert des Nations y el coro Capella Nacional de Catalunya de Jordi Savall.
También actuará el greco-ruso Teodor Currentzis al frente de su Utopía, defendido a ultranza por los responsables del festival frente a las críticas que arrecian, por segundo año consecutivo, debido a que el maestro no se ha distanciado explícitamente del presidente ruso, Vladímir Putin, tras la invasión de Ucrania.
Agotadas están las entradas para los conciertos de los octogenarios argentinos Daniel Barenboim, a la batuta, y Martha Argerich, al piano, que con la West-Eastern Divan Orchestra interpretarán a Beethoven y Brahms.
Otro favorito es el director y violinista español Roberto González-Monjas, un especialista en Mozart que dirigirá a la Orquesta del Mozarteum de Salzburgo en cuatro matutinos dedicados a la música del compositor de “La Flauta Mágica”.
HOMENAJE A MAX REINHARDT, EL FUNDADOR DEL FESTIVAL
Este año, el festival homenajeará el 150 cumpleaños y el 80 aniversario de la muerte de su fundador, el innovador dramaturgo austríaco Max Reinhardt, con una recreación en realidad virtual de su producción de la ópera “Fausto” en 1933.
La idea inicial sobre la reproducción de la ciudad de “Fausto”, cuenta el certamen, era hacerlo de manera física, pero resultó imposible por razones logísticas y de planificación.
Ahora, la tecnología ha permitido reconstruirla virtualmente y, a través de una visita guiada en un centro de exposiciones, se puede revivir la escenografía original de la ópera.
El nacimiento del Festival de Salzburgo se remonta a 1920, poco después del fin de la Primera Guerra Mundial, cuando Reinhardt escenificó “Jedermann” en la plaza de la Catedral de la ciudad.
Esa representación marcó la renovación del arte teatral, pues utilizó un escenario giratorio, decoraciones escultóricas, torres laterales y escaleras como parte de la escenografía. EFE
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