Guinea-Bisáu celebra elecciones en medio de inestabilidad y con la exclusión de opositores
Bisáu, 22 nov (EFE).- Guinea-Bisáu celebra este domingo elecciones presidenciales y legislativas, que tienen lugar bajo la sombra de una inestabilidad política histórica y la exclusión de líderes opositores clave.
Esta cuarta elección simultánea en la historia del país es crucial para la democracia de una nación asolada por golpes de Estado, narcotráfico y profundas crisis socioeconómicas.
En el centro de la contienda electoral está la carrera por la Presidencia, a la que optan doce candidatos, si bien también se eligen los 102 diputados de la Asamblea Nacional Popular (Parlamento unicameral).
Si ningún candidato presidencial obtiene más del 50 % de los votos, habrá una segunda vuelta.
El presidente en funciones, Umaro Sissoco Embaló, de 53 años, busca la reelección y promete consolidar la paz y la estabilidad, aunque su retórica ha sido incendiaria durante la campaña.
Embaló proyecta la imagen de un hombre fuerte y decisivo, prometiendo continuar la “reforma de las fuerzas de defensa” y la “lucha contra el narcotráfico”.
Además, anunció que tras las elecciones arrestará a los principales líderes de la oposición, entre ellos el ex primer ministro Domingos Simões Pereira, del histórico Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), a quien se le impidió participar en los comicios y a quien acusa de intentar un golpe de Estado recientemente denunciado por las Fuerzas Armadas.
La exclusión de Pereira, por supuestas razones técnicas, fue denunciada por la oposición como una maniobra política para eliminar a la competencia más fuerte.
Uno de los principales rivales de Embaló será el candidato independiente Fernando Dias da Costa, de 46 años, diputado con experiencia como funcionario y considerado “el hombre del momento”.
Cuenta con el apoyo de una coalición que reúne al PAIGC, la Alianza Patriótica Inclusiva (API “Cabaz Grandi”) y a la mayoría de los líderes de su partido original, el Partido de la Renovación Social (PRS).
Esta alianza histórica entre antiguos adversarios representa un punto de inflexión para la democracia en Guinea-Bisáu.
Dias da Costa se presenta como un candidato del cambio, prometiendo “devolver la libertad al pueblo guineano”, asegurando que “nadie será torturado ni asesinado” bajo su gobierno, y se posiciona como el “candidato para un cambio profundo”.
Otro de los aspirantes es el expresidente José Mário Vaz (2014 ‑ 2020), de la Convergencia Nacional para la Libertad y el Desarrollo (COLIDE‑GB), que prometió liberar a “todos los presos, civiles y militares, acusados de golpe de Estado” si resultaba electo.
Afiliaciones étnicas
Según el analista político Rui Jorge Semedo, la democracia guineana «nació con el defecto de qué partidos y candidatos buscaban apoyo basado en afiliaciones étnicas o religiosas para obtener rédito político», pero «este año, la situación ha llegado demasiado lejos, incitando potencialmente al odio entre los guineanos, con consecuencias impredecibles».
Semedo argumentó que los votantes deberían priorizar a los candidatos con discursos alineados con la unidad nacional y el fortalecimiento de las instituciones, enfatizando la importancia de defender la libertad de expresión y de reunión.
El analista destacó, además, la madura reacción de la sociedad guineana, que ha “sabido resistir los discursos oportunistas y divisivos”.
Unos 966.000 votantes están registrados en más de 3.700 centros e voto distribuidos por todo el país, que abrirán a las 07:00 hora local y cierren a las 17:00 hora local (igual GMT).
Según la ley guineana, los resultados provisionales debería publicarse dentro de las 72 horas posteriores al cierre de las urnas, y la proclamación final de los resultados corresponde al Tribunal Supremo de Justicia
Se espera el despliegue de observadores de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), la Unión Africana (UA) y la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP) para supervisar los comicios.
Guinea-Bisáu es uno de los países más inestables de África, ya que, desde su independencia de Portugal en 1974, ha sufrido cuatro golpes de Estado exitosos (1980, 1998/99, 2003 y 2012).
Estas elecciones no sólo decidirán quién gobernará el país, sino que pondrán a prueba su capacidad para llevar a cabo una transición pacífica de poder, algo que únicamente se ha logrado en dos ocasiones: en 1994 y 2014. EFE
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