
Investigan una cárcel en Italia por motines, violencia sexual y colusión de agentes
Roma, 8 jul (EFE).- La Fiscalía de Patro (centro de Italia) ha abierto una investigación por los delitos de motín, resistencia a la autoridad, lesiones y daños, tras dos revueltas registradas en una prisión de la ciudad, además de graves episodios de violencia sexual entre internos y posibles actos de colusión por parte de agentes penitenciarios.
La investigación ha sacado a luz un panorama «indigno y degradante», con varios episodios «escalofriantes», según la Fiscalía, en un momento crítico para las prisiones de Italia, pues el hacinamiento supera el 130 % y cada año aumentan los suicidios, según denuncian asociaciones y organismos de defensa de los derechos de los reos.
La situación en la cárcel de La Dogaia, escenario en solo un mes de dos motines de extrema violencia, ha llevado a la Fiscalía a pedir la intervención del prefecto y del jefe de policía para reforzar la seguridad, según medios locales.
En la primera revuelta, el 4 de junio, 5 reos de nacionalidad italiana, marroquí y libia amenazaron de muerte a 6 agentes con barras metálicas, cuchillas, un destornillador, tijeras y una botella con alcohol caliente, mientras que el 5 de julio al menos 10 reclusos se atrincheraron en el módulo de seguridad y la revuelta tuvo que ser sofocada por agentes antidisturbios.
En paralelo, la Fiscalía investiga la presunta complicidad de algunos policías penitenciarios con los presos. Según la Fiscalía, solo en el último año se han incautado 41 teléfonos móviles, tres tarjetas SIM y un router, aunque se estima que hay más dispositivos en circulación y se han detectado conexiones activas hasta el 2 de julio.
Asimismo, se han descubierto dos episodios de violencia sexual calificados como «espeluznantes». En uno, un recluso brasileño de 32 años violó reiteradamente a su compañero de celda bajo amenaza con una navaja.
En el otro, dos detenidos torturaron y abusaron durante días de un joven toxicómano y homosexual, en su primer ingreso en prisión, agrediéndolo con palos, ollas con agua hirviendo y puñetazos, sometiéndolo a un régimen de terror constante.
«La situación en Dogaia está fuera de control, marcada por un índice de ilegalidad generalizado y un sistema incapaz de garantizar la seguridad y la dignidad», asegura la Fiscalía, que continúa su investigación con nuevos registros e incautaciones.
Hasta el pasado 30 de abril había 62.445 reclusos en Italia, con una capacidad reglamentaria de 51.280 plazas y una tasa de hacinamiento del 133 %, mientras que en los últimos dos años, la población penitenciaria ha aumentado en más de 5.000 personas, pero su capacidad efectiva ha disminuido en 900 plazas, según la asociación Antigone.
Debido a estas condiciones, desde 2024 se han producido 1.500 episodios de protesta, con al menos 6.000 detenidos involucrados, mientras que los 91 presos que se quitaron la vida en 2024 es la cifra más alta al menos desde el 2000, cuando comenzó su recuento, indicó la organización que se ocupa de los derechos de los presos,.
El propio jefe de Estado italiano, Sergio Mattarella, lamentó recientemente «la insostenible situación de hacinamiento, así como unas condiciones estructurales inadecuadas» e instó a adoptar medidas «urgentemente». EFE
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