Irak sigue buscando un nuevo primer ministro en difíciles negociaciones

Los partidos políticos iraquíes continuaban el lunes sus negociaciones en pos de encontrar un candidato para el cargo de primer ministro, entre las presiones de Irán y de los manifestantes, que desde hace semanas exigen un nuevo gobierno.
La noche del domingo, el presidente iraquí, Barham Saleh, indicó que había recibido la comunicación del jefe del Parlamento aceptando la renuncia del primer ministro Adel Abdel Mahdi «el 4 de diciembre», por lo cual y de acuerdo a la Constitución, el plazo para nombrar un nuevo primer ministro expirará el jueves 19.
Las negociaciones políticas son seguidas de cerca por los miles de manifestantes que durante dos meses y medio se han movilizado contra el gobierno y han subrayado que rechazarán a cualquier político del «sistema corrupto» que ha dirigido Irak desde la caída de Sadam Husein en 2003.
El futuro primer ministro también debe contar con el respaldo del poderoso vecino iraní, cada vez más influyente en Irak, hasta el punto que las negociaciones son supervisadas por el general Qasem Soleiman, de los Guardianes de la Revolución (la fuerza de élite y sostén ideológico de Teherán).
El movimiento de protesta iraquí ha sido severamente reprimido y se contabilizan 460 muertos y 25.000 heridos, pero logró forzar el 1 de diciembre la renuncia del primer ministro Adel Abdel Mahdi, quien continúa a cargo de los temas urgentes hasta el nombramiento de su sucesor.
– Un candidato «limpio» –
El primer ministro saliente había formado su gobierno gracias a dos aliados, que hoy han tomado posiciones divergentes frente a la protesta callejera.
Por un lado el líder chiíta Moqtada Sadr, que encabeza el primer bloque en el Parlamento y afirma apoyar y defender a los manifestantes que exigen el derrocamiento de todo el sistema y sus políticos.
Por otro lado, el bloque de antiguos paramilitares proiraníes comandados por Hachd al-Shaabi, que ve en las protestas una «conspiración» organizada desde el extranjero.
Entre los candidatos para dirigir el gobierno suena con fuerza el nombre de Mohamed al-Sudani, de 49 años, ex ministro y ex gobernador de una provincia del sur, opción ya rechazada por los manifestantes, que quieren un aspirante «limpio», que no haya tenido nada que ver con la política desde 2003.
«Las posibilidades de Sudani son bajas y hay un gran riesgo de que su candidatura sea rechazada» por los diputados, dijeron fuentes políticas a la AFP.
«El presidente Barham Saleh está apostando por este rechazo para poder presentar él el candidato que quiera», sin necesidad de la aprobación del Parlamento, según está contemplado en la Constitución, agregan.
Además del peso del movimiento de protesta y de Irán, las negociaciones son aún más arduas ya que el gran ayatolá Ali Sistani, líder de los chiitas iraquíes y padrino y verdugo de todos los gobiernos de Irak desde 2003, dijo que tenía la intención de mantenerse al margen en la elección del nuevo gobierno.