
Jamie Cullum el incombustible abre el Festival de Jazz de San Sebastián
Mercedes Zabaleta
San Sebastián (España), 22 jul (EFE).- Jamie Cullum ya no tiene veintitantos, como cuando publicó el disco con ese título que le encumbró a la fama, pero hoy ha vuelto a demostrar en el Kursaal, el primer plato fuerte de la 60 edición del Festival de Jazz de San Sebastián (norte), que su arrojo musical y su desparpajo escénico se mantienen en esa edad.
El escenario del auditorio donostiarra no es desconocido para el cantante británico, convertido casi en uno de los habituales en el Jazzaldia con esta su quinta visita a la cita musical donostiarra.
Este año, de aniversario redondo para el festival de jazz más antiguo de España, Cullum volverá a ser el encargado de abrir, mañana, las actuaciones gratuitas en la playa, como ya lo hizo en 2019 en esa ocasión tras la actuación de Joan Baez y también en 2013.
Cullum ha avanzado esta mañana que su actuación en el Kursaal sería «más íntima» y que la velada iría «de menos a más».
El primer punto lo ha cumplido a ratos, con algunos temas tranquilos, pero lo que ha llevado a rajatabla ha sido la segunda parte de la promesa.
El concierto ha comenzado con un I’ve got under my Skin’, de Sinatra, cantado a capela, y ha terminado con el público en pie, bailando y con ánimo de fiesta.
Tras una curiosa versión de ‘Don’t Stop the Music’, de Rihanna, que Cullum ha iniciado con el piano como instrumento de percusión, ha entrado la banda integrada por Loz Garrat, al bajo, Brad Webb, a la batería, Tom Varrall, guitarra, Roy Simmons, trompeta, Rom Richards, teclados y saxo, y Aisha Stuart, a los coros.
Para el cuarto tema, el clásico ‘What I Say’, de Ray Charles, Cullum ya se ha subido al piano y ha saltado desde él, marca de la casa y anuncio de que el tiempo de la calma se estaba acabando.
Y es que el ritmo le puede a Cullum. Brota insistente en cualquier cosa que hace sobre el escenario y necesita marcarlo constantemente, ya sea bailando, con las palmas, con las baquetas que toma prestadas un momento y en todas sus interpretaciones.
Swing y sobre todo mucha marcha han dominado dos horas de un concierto que ha colgado el cartel de completo y que ha tenido de lista de espera a pesar de que mañana la actuación en la playa es gratis.
Locuaz y divertido en constante interlocución con el público que le apoya siempre, Cullum se ha mostrado eficaz y seguro en sus temas originales y ha dejado claro que es además un excelente versionador de canciones de procedencias dispares a los que imbuye su impronta personal que esta noche ha estado atravesada de jazz clásico, sobre todo en los solos de los músicos.
Y es que Cullum es capaz de hacer suyo casi todo lo que se le pone por delante, desde ‘Singing in the Rain’ a ‘Every Body Wants To Be A Cat’, de la banda sonora de la película ‘Aristogatos’ de Disney, que ha mostrado en una versión potente y cargada de humor en la que han destacado los solos de contrabajo y de trompeta.
Entre sus temas propios han sonado ‘There are the days, al que ha dotado de un aire casi gospel, o ‘Next Year baby’, ambas de su primer álbum, ‘Twentysometings’
Como es habitual en sus conciertos, Cullum ha bajado del escenario y ha recorrido las filas de butacas mientras cantaba ‘Mankind’.
Además ha bailado con su estilo inclasificable, se ha hecho selfies con los de la primera fila e incluso se ha dejado abanicar.
Cullum ha seguido desgranando parte de su repertorio con ‘When I Get a Famous’ y ‘Work of Art’ hasta concluir en una eclosión de ritmo y sonido que ha levantado definitivamente al público de sus asientos.
‘Os espero mañana en la playa’, se ha despedido Cullum antes de volver al escenario para ofrecer un delicado ‘Gran Tonino’ solo al piano. EFE
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