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Kiríl Dmítriev, el intermediario perfecto entre Putin y Trump

Moscú, 26 nov (EFE).- El banquero Kiril Dmítriev, que participó activamente en la elaboración del plan de paz para Ucrania, se ha convertido en el perfecto intermediario entre el Kremlin y la Casa Blanca, ya que habla el lenguaje del dinero, el que mejor entiende el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

«Bajo el liderazgo del presidente (Vladímir) Putin y el presidente Trump el mundo se ha convertido hoy en un lugar mucho más seguro. ¡Histórico! ¡Épico!», escribió en X.

Dmítriev, actual jefe del fondo soberano ruso, pero de origen ucraniano, fue el encargado de preparar el terreno para el inicio a principios de año del proceso de normalización diplomática entre rusos y estadounidenses.

Además, en las últimas semanas ha ejercido de correo del zar para consensuar con los representantes de la Casa Blanca -entre los que figura un viejo amigo, Jared Kushner, yerno de Trump- una hoja de ruta para el arreglo en Ucrania.

Putin le nombró representante especial para cooperación económica e inversión con el extranjero. Su papel, muy a lo Trump, consiste en vender optimismo en tiempos de guerra. Mientras los diplomáticos hablan de cómo poner fin a los combates, él habla de la posguerra.

Rusia está dispuesta a reabrir la puerta a las compañías estadounidenses; a llevar a cabo proyectos conjuntos de inversión, lo que incluye los fondos rusos congelados; a reanudar la compra de aviones Boeing o a cooperar con Elon Musk en la conquista de Marte.

Un ucraniano licenciado por Stanford

Paradójicamente, Dmítriev nació en 1975 en Kiev, donde estudió en uno de los liceos físico-matemáticos más prestigiosos de toda la Unión Soviética.

Cuando aún no había desaparecido la URSS, fue enviado a EEUU en un intercambio de estudiantes que le llevó al estado de New Hampshire.

«Ucrania tiene una larga historia como nación independiente antes de convertirse en parte del Imperio Ruso. Ucrania tiene una fuerte tradición democrática», dijo entonces en una entrevista con una revista local, declaraciones que han envejecido muy mal.

Después cursaría otros dos años de estudios en California, donde se graduaría en la Universidad de Stanford (1996) y después también en Harvard, lo que le permitiría trabajar posteriormente en compañías como Goldman Sachs y Harvard Business School.

Sus estrechos lazos con el Kremlin

Coincidiendo con la llegada de Putin al Kremlin (2000), Dmítriev se instaló en Moscú, donde trabajó en diferentes compañías hasta que fue nombrado presidente del Fondo de Inversiones Directas (FID).

Desde entonces, se labró fama de banquero que, a diferencia de otros empresarios rusos, sabe comportarse en sociedad y habla el mismo idioma que los inversores potenciales, el inglés.

Dmítriev mantiene unas excelentes relaciones con el Kremlin, que están cimentadas también en gran medida porque su esposa es amiga íntima de una de las hijas de Putin.

Debido al deterioro de relaciones con Occidente por la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014, se lanzó a la búsqueda de nuevos socios en Oriente Medio, donde ha establecido unos contactos que se han mostrado muy útiles en la actualidad.

La vacuna contra el COVID-19

Con la crisis provocada por la epidemia del COVID-19, Dmítriev, cuyos padres eran biólogos, recibió un encargo directo del Kremlin: dirigir el desarrollo de la vacuna rusa, Sputnik V.

«Aquí, en Rusia, se produjo una combinación de factores: científicos geniales y la vacuna contra el ébola que supimos modificar con rapidez y desarrollar una vacuna contra el coronavirus. Por eso, tenemos, bajo nuestro punto de vista, la mejor vacuna del mundo», comentó entonces en una entrevista con EFE.

De hecho, Sputnik V se convirtió en agosto de 2020 en la primera vacuna registrada para combatir el coronavirus, una victoria científica comparada por la propaganda rusa con el vuelo de Yuri Gagarin.

Dmítriev hizo todo lo posible para promover la vacuna en todo el mundo, pero los gobiernos y científicos occidentales dieron la espalda a Sputnik V por la falta de transparencia en los ensayos.

Como consecuencia, según los medios, su postura se politizó, por lo que se alineó claramente en 2022 con el Kremlin en la campaña militar contra su país de nacimiento.

Conexiones con los saudíes

El hecho de que Riad fuera el lugar elegido para las reuniones entre representantes de Rusia y EEUU no fue casual, ya que Dmítriev tiene una estrecha relación con Mohamed bin Salman, heredero del trono saudí.

En 2015 el FID firmó un trato por valor de 10.000 millones de dólares con el fondo de inversión saudí y dos años más tarde el rey Salmán bin Abdelaziz fue recibido por Putin en el Kremlin.

El viaje fue organizado por el equipo de Dmítriev, que, pese a no ser diplomático, demostró grandes dotes de mediación con un país que era un estrecho aliado de EEUU.

Todos esos méritos le convirtieron en el perfecto intermediario entre Rusia y EEUU. Es un seguidor de la escuela de Trump: dinero, tratos y optimismo. La actual Administración estadounidense parece pensar lo mismo.

En abril pasado el Departamento del Tesoro de EEUU incluso levantó provisionalmente las sanciones a Dmítriev sólo para que viajara a Washington y se reuniera con el emisario de la Casa Blanca, Steve Witkoff, justo cuando Trump imponía aranceles a sus socios europeos.EFE

mos/jlp

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