La Cedeao y los tres países del Sahel, una ruptura más simbólica que real
Irene Escudero y Mohamed Siali
Madrid/Rabat, 27 may (EFE).- La salida de Mali, Burkina Faso y Níger de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), que se hizo efectiva en enero de este año, fue la confirmación de la ruptura en dos bloques de esta región, pero en la práctica ha sido más un movimiento simbólico y político que real.
Estos tres países, unidos tras los golpes de Estado en la Alianza de Estados del Sahel (AES), mantienen con la Cedeao algunos acuerdos económicos y de integración regular como la libre circulación de bienes, personas y mercancías -que eran los cimientos de esta organización regional nacida hace 50 años- por sus intereses comunes.
«El Sahel no va a desaparecer y la Cedeao tampoco; son vecinos y prefieren trabajar juntos bajo la base de los intereses mutuos», explica a EFE el investigador para el Sahel del Instituto de Estudios de Seguridad para África (ISS, en inglés) Djiby Sow.
Aunque la salida de la Cedeao les podía traer un impacto económico y una bajada del comercio, la realidad es que este alejamiento ha sido más que nada una declaración política de intenciones.
“Los tres países del Sahel no tienen acceso al mar, por lo que dependen de los puertos de países de la Cedeao para su comercio y mercancías. Pero lo que vemos es que otros países miembros de la Cedeao, como Togo y Ghana, están trabajando con los países de la AES de forma bilateral, es decir, por fuera de la Cedeao, para abrirles sus mercados y que puedan acceder a sus puertos”, comenta Sow.
El rechazo a las sanciones
La chispa inicial de los cambios geopolíticos en la región del Sahel fue el éxito del golpe militar en Mali, liderado por el coronel Assimi Goita contra el presidente Ibrahim Boubacar Keita (IBK) el 18 de agosto de 2020, que fue seguido por otros dos en 2022 en Burkina Faso y por el de Níger de 2023, lo que provocó duras sanciones de la Cedeao en contra de este último país, que incluyeron, entre otras medidas, el cierre de fronteras al movimiento de personas y mercancías, la interrupción de transferencias financieras y restricciones al tráfico aéreo.
Se impuso un embargo, explica Sow, incluso para medicinas: “Níger ya no podía recibir medicinas ni productos médicos del extranjero. Se llegó hasta ese punto, y eso generó muchas molestias y frustración en la sociedad”. Y la Cedeao también amenazó con intervenir militarmente en Níger.
Sin embargo, las sanciones, que fueron más duras que con ningún otro país anteriormente, tuvieron un efecto contraproducente, ya que los golpistas las utilizaron para construir una narrativa hostil contra la Cedeao, acusándola de atacar al pueblo.
“Se esperaba, por lo menos, que hubiera una salida de la población en masa para pedir que cayeran las juntas militares, pero no ocurrió. Al contrario, hubo una verdadera solidaridad por parte de las poblaciones locales en gran parte hacia estos regímenes militares”, dice a EFE el historiador marfileño especializado en el Sahel Dagauh Komenan. Y Sow coincide: “afianzó el apoyo de la población nigerina al nuevo gobierno”.
En enero de 2024, los tres países anunciaron su retirada de la Cedeao, alegando que habían impuesto “sanciones ilegales e injustas” contra Níger, en un movimiento que se hizo efectivo el 29 de enero de este año.
Un nuevo contexto mundial
Esta salida dejó, en apariencia, a África occidental rota en dos bloques que tienen alineaciones opuestas también en un plano global: mientras la Cedeao permanece fiel a quien fuera su patrón, Francia, y a Occidente, la AES ha buscado arrimarse al hombro de Rusia y otras nuevas potencias.
“Ahora se está desarrollando una situación casi similar a la de la Guerra Fría, en la que, en caso de sanciones o de una reacción occidental, hay una alternativa hacia quién se pueden orientar los países del Sahel; especialmente Rusia y China”, explica Komenan.
Cuando cayó el muro de Berlín, los países occidentales tomaron la ventaja en el continente, pero «lo que vemos hoy día es que después de que comenzara la crisis en Ucrania en 2014, Rusia ha vuelto a la escena internacional y eso se ha traducido en África occidental en una competición entre los dos bloques. Y hoy, el bloque occidental está en retroceso y Rusia es el dominante”, apunta el investigador de ISS.EFE
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