La OCDE subraya la interrelación de las crisis climática, de biodiversidad y contaminación
París, 26 nov (EFE).- La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) subraya la interdependencia de la crisis climática, de biodiversidad y de la contaminación que necesitan políticas que tengan en cuenta esas interrelaciones con los efectos sociales y redistributivos que se derivan.
En su informe de perspectivas medioambientales publicadas este miércoles, la OCDE dibuja un panorama en el que esta triple crisis se va a intensificar de aquí a mediados de siglo.
En línea con la mayor parte de los estudios científicos, anticipa que la temperatura media global va a seguir aumentando y se pasará del incremento de 1,2 grados centígrados en 2020 respecto a la era preindustrial a 2,1 grados en 2050.
Subraya que el cambio climático va a convertirse en el principal motor de la pérdida de biodiversidad en este periodo.
A ese respecto, calcula que el índice de abundancia media de las especies terrestres continuará reduciéndose en esos 30 años de 59,7 a 56,5, lo que equivale a la conversión de más de cuatro millones de kilómetros cuadrados (dos veces el territorio de México) de hábitats intactos en un espacio en el que se han perdido las especies autóctonas.
En lo que respecta a la contaminación, el balance es contrastado, ya que por una parte se espera que las concentraciones de partículas fina y de ozono disminuyan en la mayor parte de las regiones del mundo por la disminución de las emisiones de gases precursores.
Así por ejemplo, se calcula que bajarán en un 64 % a nivel global las emisiones de dióxido de sulfuro, aunque eso tendrá como efecto inducido una aceleración del calentamiento climático, ya que es un gas que contribuye al enfriamiento de la atmósfera.
En paralelo, aumentarán los contaminantes del agua y de los suelos, en particular el amoniaco para el que se augura un alza del 43 %.
En la misma línea, los residuos de plásticos mal gestionados subirán de 83 millones de toneladas en 2020 a 138 en 2050, lo que se traducirá en un incremento de los vertidos de plástico en el medio natural, que pasarán de 22 a 37 millones de toneladas.
Los autores del estudio insisten en que las medidas que se dirigen de forma aislada a alguna de las tres crisis climática, de biodiversidad y por la contaminación «no serán suficientes como tales».
«Es necesario -subrayan- poner en marcha respuestas más coherentes que tengan verdaderamente en cuenta la interdependencia».
A su juicio, no tener en cuenta las interacciones entre las tres «puede suponer lagunas en las políticas públicas y la pérdida de oportunidades que ofrece una acción más integrada».
La elaboración de este informe, como de otros recientes sobre cuestiones medioambientales y en particular sobre el cambio climático, ha generado fricciones con Estados Unidos, que desde que llegó Donald Trump a la Casa Blanca se ha mostrado beligerante con muchos trabajos de la OCDE y de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que depende de ésta.
Entre las consecuencias de esas fricciones está la desaparición de fragmentos en los que se explicaban algunas consecuencias derivadas del cambio climático o ejemplos en los que aparecía Estados Unidos y también el hecho de que el texto final no se ha adoptado por unanimidad de los miembros de la OCDE, sino bajo la responsabilidad del secretario general, Mathias Cormann. EFE
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