
La ONU alerta del riesgo de muertes por reducción de ayuda humanitaria en Afganistán
Bruselas, 18 jun (EFE).- El representante especial adjunto para Afganistán en la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en el país (UNAMA), Indrika Ratwatte, afirmó este miércoles que si la «drástica» reducción de ayuda humanitaria a Afganistán continúa «va a morir gente» en el país, donde, aseguró, hay 23 millones de personas, casi un 51 % de la población local, que necesita «ayuda crítica humanitaria».
«En los últimos cinco meses en Afganistán, si nos fijamos en el impacto de la reducción de la ayuda humanitaria, hemos cerrado unas 400 clínicas y centros de salud, hemos cerrado unos 400 centros de malnutrición aguda que atienden a niños desnutridos, unas 300 clínicas de apoyo a víctimas de violencia de género y otras clínicas», explicó en una entrevista con EFE en Bruselas.
La conversación se produjo en el marco de las reuniones que tuvieron lugar los pasados 16 y 17 de abril en la capital belga entre los altos representantes de la comunidad humanitaria para debatir la situación actual de Afganistán, los principales retos y las vías para avanzar.
Ratwatte dijo que el país se encuentra en un «momento de inflexión» en el que requiere asistencia humanitaria de la Unión Europea (UE), aunque reconoció una delicada situación global marcada por otras «crisis» que también reclaman ayuda.
«Las crisis mundiales han aumentado, hay más gente necesitada y menos recursos, pero seguimos diciendo que hay que preservar esa cantidad crítica de fondos para las acciones humanitarias que salvan vidas en Afganistán, pero también hay que ayudar a la resiliencia para que la gente sea autosuficiente y dependa menos de la ayuda humanitaria», añadió.
Aunque destacó que la UE y sus miembros mantienen una postura «firme» respecto a la ayuda humanitaria y apoyo a la resiliencia de Afganistán, afirmó que, de no continuar con esta «asistencia humana crítica» en el país, «no sólo vamos a retroceder en lo que hemos ganado, sino que vamos a tener una comunidad con un mayor nivel de vulnerabilidad».
A su juicio, este retroceso por la falta de recursos implicaría agravar problemas yacentes en Afganistán, como el movimiento de personas a otros países, la lucha contra estupefacientes o posibles problemas de contraterrorismo, entre otros.
En un contexto de recursos asistenciales cada vez más «limitado», destacó los sistemas de salud, la agricultura por ser la actividad económica principal del país, los sistemas alimentarios por la situación de «inseguridad alimentaria crónica» presente en Afganistán y la educación, especialmente la de las niñas, como las áreas que necesitan una mayor atención en el país por parte de los organismos internacionales.
El representante también alertó de que la congelación y suspensión de ayuda humanitaria por parte de algunas potencias, como el gobierno estadounidense, «ha afectado de manera muy significativa a los recursos a nivel mundial, pero también para Afganistán».
Por otra parte, reconoció el apoyo a la resiliencia del país como uno de los puntos claves para que Afganistán tome «independencia» en las cuestiones humanitarias, pues «aunque los recursos humanitarios son extremadamente importantes para cubrir las necesidades humanitarias críticas, no es la solución en sí misma».
Por ejemplo, dijo, «si hay inseguridad alimentaria y malnutrición crónicas, la acción inmediata requerida sería la ayuda alimentaria en forma de sacos de trigo para que esas familias tengan ayuda alimentaria y puedan salir de la inseguridad alimentaria y la malnutrición».
Ahora bien, advirtió que «seguir dando una bolsa de trigo, no es la respuesta que se necesita para aumentar la seguridad alimentaria significa la producción de alimentos, lo que significa dar a los agricultores buenas semillas», explicó. EFE
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