La ONU expresa «extrema preocupación» por el naufragio de barco con decenas de rohinyás
Bangkok, 11 nov (EFE).- La Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresó este martes su «extrema preocupación» por la posible magnitud del naufragio de una embarcación con migrantes rohinyá frente a las costas de Malasia y Tailandia, por el que hasta el momento se han reportado al menos 21 muertos, mientras continúa la búsqueda de desaparecidos.
«La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) están extremadamente preocupadas por la magnitud de la posible pérdida de vidas», señaló el organismo en un comunicado.
Según la ONU, «se informa de que al menos otra embarcación sigue en el mar, transportando a otras 230 personas», después de que unos 300 migrantes procedentes del estado birmano de Rakáin se dividieran en embarcaciones más pequeñas para intentar llegar a Malasia sin ser detectados.
El naufragio de una de las embarcaciones se produjo el 6 de noviembre y la Agencia Marítima de Malasia dijo este martes que la misión conjunta con Tailandia ha recuperado por ahora un total de 21 cuerpos, doce en aguas malasias y nueve en tailandesas.
La mayoría de los pasajeros pertenecían a la minoría musulmana rohinyá, perseguida en Birmania, que no les reconoce como ciudadanos del país, y de donde cientos de miles huyeron tras una campaña militar de 2017 que la ONU investiga como posible genocidio.
Cinco cuerpos fueron hallados el lunes en distintas zonas del mar de Andamán -incluidos los de un niño y dos mujeres- por las autoridades marítimas y los servicios de rescate malasios, que los trasladaron a varios muelles de la cercana isla de Langkawi, un archipiélago muy próximo a la frontera con Tailandia.
«En lo que va del año, más de 5.300 refugiados rohinyá se han embarcado en peligrosas travesías marítimas desde Bangladesh y Myanmar (Birmania), y se reportan más de 600 desaparecidos o fallecidos», afirma la ONU en su texto.
Miles de rohinyás emprenden cada año viajes por mar hacia el Sudeste Asiático, principalmente a Malasia e Indonesia, alentados por la violencia en su país de origen (Birmania) y la falta de oportunidades en los campamentos de refugiados en los que malviven en condiciones precarias, gran parte de ellos en Cox’s Bazar (Bangladesh).
Birmania se encuentra además sumida en el conflicto a raíz del golpe de Estado de febrero de 2021, tras el cual el país «ha acumulado calamidades sobre calamidades», sostuvo recientemente el secretario general de la ONU, António Guterres, durante su participación en la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y países aliados a finales de octubre en Malasia. EFE
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