Lula advierte de que el funcionamiento del G20 «está amenazado»
Johannesburgo, 22 nov (EFE).- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió este sábado de que el funcionamiento del G20 (grupo de países desarrollados y emergentes) «está amenazado», tras los ataques de Estados Unidos a la cumbre del bloque que empezó este sábado en Johannesburgo bajo la presidencia de turno de Sudáfrica.
«El funcionamiento mismo del G20 como un espacio de coordinación ampliado se encuentra amenazado», afirmó Lula en el plenario tras la inauguración de la cumbre en el Centro de Exposiciones Nasrec de Johannesburgo, sin mencionar directamente a EE.UU.
«Es necesario preservar la capacidad de este foro para abordar los principales problemas de nuestro tiempo. Si no logramos encontrar una solución dentro del G20, no será posible hacerlo en un mundo concebido», subrayó el mandatario brasileño.
Estas palabras resonaron con fuerza en una primera jornada marcada por la ausencia de Estados Unidos en los debates, después de que su presidente, Donald Trump, decidiera boicotear la cumbre al asegurar, el pasado 7 de noviembre, que los afrikáners (sudafricanos blancos descendientes de colonos neerlandeses) «están siendo asesinados y masacrados» y que sus tierras están siendo «confiscadas ilegalmente» en Sudáfrica, lo que Pretoria niega con rotundidad.
«Es una auténtica vergüenza que la cumbre del G20 se celebre en Sudáfrica», espetó Trump.
Sin embargo, el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, aseguró este jueves haber recibido una notificación de última hora de Washington sobre un cambio de postura respecto a su participación, que finalmente se limitará a la asistencia del encargado de negocios de la Embajada en Pretoria, Marc Dillard, a la ceremonia del domingo en la que Sudáfrica cederá la presidencia rotatoria del G20 a EE.UU., que asumirá a partir del 1 de diciembre.
En su intervención, Lula señaló también que «conflictos como el de Ucrania por el gas, además de las trágicas consecuencias humanas y materiales, generan impactos significativos en la cadena de suministro de energía y alimentos».
El líder brasileños aseveró, además, que «los problemas socioeconómicos históricos de América Latina y el Caribe persisten sin perspectivas de solución».
«Estos problemas -avisó- no se resolverán mediante la amenaza de la fuerza. Sin atender las necesidades de los países en desarrollo, no será posible restablecer el equilibrio global ni garantizar una prosperidad sostenible a largo plazo. La desigualdad extrema representa un problema sistémico para todas las economías».
Lula enfatizó que el 90 % de la población mundial vive «en países con una gran desigualdad de ingresos» y que, en ese contexto, el G20 debería «fomentar la adopción de mecanismos innovadores de canje de deuda por desarrollo y de acción climática».
Por otro lado, añadió, es hora de «declarar la desigualdad como una emergencia global y rediseñar las normas e instituciones que perpetúan las asimetrías».
Asimismo, el problema de la deuda nacional global es «éticamente inaceptable e insostenible económicamente. Casi la mitad de la población mundial vive en países que gastan más en el servicio de la deuda que en salud o educación», remarcó.
Se espera que los líderes del G20 traten en la primera jornada de la cumbre, que acaba este domingo, asuntos como el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el comercio, la financiación al desarrollo y la deuda de los países pobres.
Fundado en 1999, el G20 está integrado por 19 países -Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, Corea del Sur, México, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos-, además de dos organismos regionales: la Unión Europea y la Unión Africana. EFE
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