México anuncia la construcción de la supercomputadora más potente de América Latina
El gobierno de México anunció este miércoles que construirá una supercomputadora que, según dijo, tendrá una capacidad de procesamiento más de siete veces mayor que la del ordenador más potente que existe en América Latina.
Bautizada con el nombre Coatlicue, diosa de la mitología mexicana que representa la fuente del poder y de la vida, la supercomputadora tendrá una capacidad de procesamiento de 314 petaFLOPS, informaron los funcionarios responsables del proyecto en rueda de prensa con la presidenta Claudia Sheinbaum.
PetaFLOPS es una unidad de rendimiento computacional que equivale a 1.000 billones de cálculos por segundo, un número que se expresa como 10 elevado a la 15 potencia.
«Queremos que sea una supercomputadora pública, es una supercomputadora del pueblo», dijo Sheinbaum sobre el proyecto que, agregó, brindará a México «una capacidad de cómputo que no tiene ningún otro país de América Latina».
Actualmente, Brasil cuenta con las mayores supercomputadoras de la región, con cuatro dispositivos de entre 13,7 y 42 petaFLOPS de capacidad, seguido por Argentina, cuyo ordenador Clementina XXI alcanza 12,6 petaFLOPS, según datos que presentó el gobierno mexicano sobre dispositivos tanto públicos como privados.
El título de la más potente del mundo lo ostenta El Capitán, una computadora operada por el laboratorio nacional estadounidense Lawrence Livermore, cuya capacidad de procesamiento es de 1.809 exaFLOPS, según reportes del sector consultados por la AFP.
La unidad exaFLOPS equivale a un trillón de cálculos por segundo y se expresa como 10 elevado a la 18 potencia.
El director de la Agencia de Transformación Digital de México, José Merino, dijo que la construcción de Coatlicue empezará en enero próximo y se realizará en siete etapas durante 24 meses. El proyecto requerirá de una inversión pública de 6.000 millones de pesos (326,6 millones de dólares).
Los principales usos de la supercomputadora serán la resolución de problemáticas públicas que requieren alta capacidad de cómputo, como la predicción climática, la planeación de siembras y cosechas y proyectos de agua, petróleo y energía, agregó.
Merino indicó que también se empleará para la investigación científica, para el apoyo a proyectos emprendedores y para ofrecer servicios de cálculo masivo al sector privado.
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