Macron recibe en Biarritz a un G7 tambaleante y en busca de consensos
Los líderes del G7 se dan cita este fin de semana en Francia para una cumbre en la que buscarán consensos en temas candentes, como Irán y el Brexit, aunque las grandes diferencias internas podrían socavar el encuentro.
Los jefes de Estado y de gobierno de Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Japón se reunirán entre el 24 al 26 de agosto en la localidad de Biarritz, en el suroeste de Francia, en medio de estrictas medidas de seguridad.
Las tensiones en el golfo arabo-pérsico, la guerra comercial sino-estadounidense, el pulso sobre el Brexit, la tasa a los gigantes de internet y la emergencia climática figuran en el menú de esta cumbre a la que fueron invitados el presidente de Chile, Sebastián Piñera, y el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, entre otros.
Pero la época en el que este selecto club podía presentar un frente unido ha quedado en el pasado. «Vivimos hoy en un mundo muy fragmentado, muy volátil, en el que los marcos de referencia ya no tienen necesariamente la eficacia que tenían antes», resume una fuente de la presidencia francesa.
El principal elemento inestable de esta ecuación es Donald Trump, pero otros líderes se encuentran en situaciones complicadas que dificultan su capacidad a actuar, como Boris Johnson en el corazón del psicodrama del Brexit, Giuseppe Conte que podría hacer el viaje pese a que el martes renunció al cargo de primer ministro de Italia, o Angela Merkel que está de salida después de 14 años en el poder.
«Es el formato y la existencia misma del G7 lo que está en discusión, porque ha pasado de ser el lugar donde las grandes potencias tenían la oportunidad de hablar francamente entre sí y afinar posiciones comunes que son muy importantes en los temas internacionales, y todo esto está desapareciendo a causa de esta dispersión», dijo a la AFP el ex primer ministro italiano Enrico Letta, decano de la facultad de Asuntos Internacionales de Sciences Po París.
– Divergencias –
En este contexto complicado, el presidente francés Emmanuel Macron, que intenta asumir el papel de mediador (recibió el lunes a Vladimir Putin, excluido del G8 en 2014), quiere reformar este formato que había descrito como «un teatro de sombras y divisiones» después de la última cita en 2018 en Canadá.
Este año no se espera una declaración final, un ejercicio complicado debido a las grandes diferencias entre los miembros sobre cuestiones climáticas, la crisis iraní, la crisis migratoria o el Brexit.
La presidencia francesa intentará promover «coaliciones de países» dispuestos a «proponer soluciones concretas a los grandes desafíos», según una fuente francesa.
«El G7 fue creado como un club de democracias liberales (….) y las democracias liberales todavía tienen algo que aportar al mundo y a la estabilidad colectiva, la paz y la seguridad», dijo otra fuente francesa, resumiendo la misión que Macron está tratando de cumplir.
– ¿Eje Trump-Johnson?
Entre los grandes desafíos que abordarán los líderes del planeta figura la emergencia climática.
«Todos los miembros, excepto Estados Unidos, se comprometerán a implementar y acelerar el Acuerdo de París sobre el Clima, apoyarán la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Clima de septiembre y defenderán la biodiversidad», aseguró John Kirton, director del G7 Research Group de la Universidad de Toronto.
En cuanto a los temas económicos, los mandatarios podrían ratificar los avances alcanzados a mediados de julio por sus ministros de Finanzas sobre la fiscalidad de los gigantes de internet.
El flamante primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, será una de las estrellas de esta reunión. Los europeos quieren abordar con él la salida de Reino Unido del bloque comunitario, que a boca del premier británico tendrá lugar el 31 de octubre, con o sin acuerdo.
Entre los momentos estelares estará su encuentro con Trump, quien ha dicho estar «impaciente» de reunirse con Johnson, con quien ya habló varias veces por teléfono y al que ve como un aliado en la escena internacional. Ambos dicen esperar concluir «un acuerdo comercial ambicioso» una vez que Reino Unido salga de la UE.
Pero como sucede a menudo en este tipo de reuniones, lo más interesante será lo que no está en el orden del día: lo inesperado, el lenguaje corporal de los líderes, quién se reúne con quién bilateralmente. ¿Emergerá un eje Johnson-Trump? ¿Estará el presidente estadounidense tan aislado como en el G7 de Canadá cuando estuvo solo contra todos?