
Metsola espera impulsar pronto el plan para simplificar las normas de sostenibilidad
Bruselas, 23 oct (EFE).- La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, dijo este jueves que trabajará duro en las próximas dos semanas y media para intentar que salga adelante el informe que avala suavizar los requisitos de sostenibilidad para las empresas europeas, que ayer fue rechazado por el pleno de la Eurocámara.
Metsola habló del asunto hoy con los líderes de la Unión Europea, explicó en rueda de prensa.
«Es mi tarea en las próximas dos semanas y media. Hablar con los líderes de los grupos políticos, que también necesitan ver juntos dónde encontrar una zona de aterrizaje. Para una parte del PE no iba demasiado lejos y para otra iba lejos. Habrá que encontrar algo en el medio y estoy segura de que lo conseguiremos», indicó.
Sobre las críticas de algunos mandatarios europeos a ese voto de rechazo por parte de la Eurocámara, Metsola aseguró que lo ha hablado con los jefes de Estado y Gobierno de la UE y que estos entienden que «los parlamentos dependen de construir mayorías».
Y para conseguir esa mayoría en dos semanas y media, indicó, harán falta «enmiendas» y «una negociación estrecha entre los grupos que quieren estar completamente a bordo».
Además, la presidenta del Parlamento Europeo añadió que su objetivo es siempre encontrar mayorías en torno al centro.
El pleno del Parlamento Europeo rechazó el miércoles por una estrecha mayoría el informe que avalaba suavizar los requisitos de sostenibilidad para las empresas europeas pese a que este había sido aprobado en comisión parlamentaria, lo que retrasará un posible acuerdo sobre una propuesta muy criticada por ONG y sindicatos.
Los eurodiputados bloquearon con 309 votos a favor, 318 en contra y 34 abstenciones el informe que debía fijar la posición del Parlamento Europeo para negociar con los Estados las iniciativas clave de la agenda de simplificación regulatoria planteada por la Comisión Europea en un esfuerzo de impulsar la competitividad del bloque.
El voto de rechazo implica que las negociaciones con los países no podrán comenzar a finales de esta semana como estaba previsto y en su lugar vuelve a colocar el texto en la mesa de negociación y obligará a una nueva votación en el primer pleno de noviembre.
En concreto, en el informe rechazado los eurodiputados habían establecido su posición sobre las propuestas de la Comisión Europea para simplificar la Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD, en inglés) y la Directiva sobre diligencia debida corporativa en materia de sostenibilidad (CSDDD).
En cuanto a la primera, que exige a las grandes empresas presentar informes sobre su sostenibilidad medioambiental y social, los eurodiputados apoyaban elevar los umbrales para que solo estén obligadas las que superen los 1.000 empleados o los 450 millones de euros de facturación neta anual, lo que supone recortar en un 80 % el número de empresas obligadas a informar.
En el caso de la Directiva de diligencia debida, que exige a las grandes empresas mitigar sus efectos adversos sobre el medioambiente o los derechos humanos, los eurodiputados abogaban por aplicarla solo a las firmas con más de 5.000 empleados y una facturación neta anual superior a los 1.500 millones de euros, así como a empresas extracomunitarias que superen esos umbrales en la UE. EFE
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