Miguel Araújo: La música portuguesa goza de buena salud
Brian Bujalance.
Lisboa, 10 abril (EFE).- La música portuguesa se enriquece con influencias de otros países y se encuentra en un buen momento, pero su despegue internacional «no es fácil», sostiene en una entrevista con Efe el músico luso Miguel Araújo, que este año celebra el décimo aniversario de su primer disco en solitario.
«La música portuguesa goza de buena salud. Creo que hay grandes representantes de la música portuguesa en varios estilos diferentes. Eso es saludable y muy bueno», valora el cantante y compositor.
Su trayectoria comenzó con el grupo «Os Azeitonas», más tarde continuó en solitario con una productora internacional y hace unos años decidió convertirse en un artista independiente.
Ahora presenta «Chá Lá Lá», el sexto disco de su carrera en solitario y el «más pop, alegre, luminoso e introspectivo» hasta la fecha.
La música portuguesa, a su juicio, incorpora «lo que siente que cree y es bueno de las cosas que vienen de fuera». «Fernando Pessoa decía que ser portugués no es ser portugués, es ser todo, y la música portuguesa es un reflejo de eso».
Sin embargo, una de las tareas aún pendientes es dar a conocer a nivel internacional las canciones portuguesas, algo que, lamenta, «no es fácil» en comparación a otros países, como Brasil o antiguas colonias africanas de habla portuguesa.
«Brasil es muy fuerte y no necesita importar cultura, y los países africanos donde se habla el portugués también, por eso la música portuguesa, al menos mi música, no tiene grandes aspiraciones internacionales, no es muy escuchada en el extranjero».
Y, agrega, «10 millones (la población de Portugal) es poco para un país, pero mucho para un artista».
LETRAS PARA MUCHOS PORTUGUESES
Miguel Araújo (Maia, Portugal, 1978) compone constantemente, no solo para él sino también para cantantes lusos como Carminho, Ana Moura, Ricardo Tavares, Ana Bacalhao o António Zambujo, una «alegría que permite escuchar la música en otras voces que son mejores que la nuestra».
«La mayor parte de las veces no piden nada especial, piden solo una música y punto y final. Es una cosa que me gusta hacer porque pasa los límites. Una canción para un cantante como Carminho o Ana Moura me permite ir a notas melódicas que yo no consigo ir», explica.
Durante los meses de confinamiento aprovechó para componer temas en casa, editar tres discos en su estudio «con calma» y desarrollar su música «más bien cuidada» en un momento en el que su vida personal y profesional se fundieron en una sola.
Ahora en su vuelta a los escenarios pretende convertir sus primeros conciertos en una fiesta en la que participarán algunos de los artistas «amigos».
Abierto a una colaboración con artistas hispanos, le encantaría trabajar con el español Pedro Guerra y el uruguayo Jorge Drexler, a los que ha conocido personalmente.
DE UNA PRODUCTORA GRANDE A ARTISTA INDEPENDIENTE
Antes de lanzarse como artista independiente, durante cinco años Araújo trabajó con Warner Portugal, con la que mantuvo una «buena relación» y editó sus tres primeros discos con «total libertad artística y creativa», pero con el tiempo se convirtió en una necesidad ser el «titular exclusivo» de sus derechos.
«Soy el que hace las canciones, el que escribe las letras, el que trata las portadas y para mí tiene más sentido ser el dueño exclusivo», no solo por una cuestión financiera, también por el riesgo de que una multinacional «cambie de manos», cuenta.
Ser independiente le permite no dar conciertos si así lo desea, «hacer la vida» a su ritmo.
«Tengo menos interés en tener una vida como tenía en los años que daba 100 conciertos en un año. Ahora, tal vez, voy a dar 20 en un año. Mi interés en estar 150 días indisponible ya no es tanto. Prefiero dar menos conciertos y mejores, más enfocados», zanja. EFE.
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