ONU: La violencia yihadista en el norte de Nigeria podría causar niveles de hambre récord
Nairobi, 25 nov (EFE).- La constante violencia de grupos yihadistas y de bandidos armados en el norte de Nigeria podría causar niveles de hambre nunca antes vistos, alertó este martes el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, en un contexto marcado por los recortes en la ayuda internacional, que podrían dejar sin fondos a la agencia en diciembre.
Según los últimos datos del Cadre Harmonisé (CH), una herramienta regional para medir los niveles de inseguridad alimentaria, se espera que cerca de 35 millones de personas sufran hambre en Nigeria en la temporada de escasez entre cosechas del año que viene, entre junio y agosto, lo que supondría la cifra más alta jamás registrada en el país desde que se empezó a monitorizar la situación.
El norte nigeriano está sufriendo la peor crisis de hambre en una década, lamentó el PMA, y las principales víctimas son las comunidades rurales.
De acuerdo a las predicciones del CH, cerca de seis millones de personas podrían sufrir el año que viene niveles de crisis de hambre (el cuarto nivel más alto de una escala de cinco) en las zonas golpeadas por el conflicto de los estados nororientales de Borno, Yobe y Adamawa, incluyendo unas 15.000 personas en Borno que podrían verse empujadas a condiciones de hambruna.
«Las comunidades están sometidas a una gran presión debido a los repetidos ataques y a las dificultades económicas», señaló en un comunicado el director para Nigeria del PMA, David Stevenson.
«Si no conseguimos alimentar a las familias y mantener a raya la inseguridad alimentaria, la creciente desesperación podría alimentar una mayor inestabilidad mientras los grupos insurgentes aprovechan el hambre para ampliar su influencia», alertó Stevenson.
Esto, advirtió el funcionario de la ONU, se traduciría en «una amenaza para la seguridad que se extendería por toda África occidental y más allá».
La crisis se ha visto agravada por los abruptos recortes de financiación impuestos este año por Estados Unidos y varios países europeos, que forzaron al PMA a reducir su ayuda alimentaria el pasado julio en el noreste del país, donde cerca de un millón de personas dependen de la comida que reparte la agencia.
Esto afectó a más de 300.000 niños y disparó la desnutrición registrada en la zona.
El noreste de Nigeria sufre ataques del grupo yihadista Boko Haram desde 2009, una violencia que empeoró a partir de 2016 con el surgimiento de su escisión, el Estado Islámico de la Provincia de África Occidental (ISWAP, siglas en inglés).
Ambos grupos pretenden imponer un Estado de corte islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur.
Boko Haram y el ISWAP han matado a más de 35.000 personas -muchas de ellas musulmanas- y han causado unos 2,7 millones de desplazados internos, sobre todo en Nigeria, pero también en países vecinos como Camerún, Chad y Níger, según datos oficiales.
A esta inseguridad se suma la ocasionada en algunos estados de Nigeria, sobre todo del centro y noroeste del país, por los ataques incesantes de bandidos, término usado para nombrar a las bandas criminales que cometen asaltos y secuestros masivos para pedir rescates. EFE
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