Paralelismos entre la invasión de EEUU a Panamá y las amenazantes maniobras ante Venezuela
Fabio Agrana
Ciudad de Panamá, 21 nov (EFE).- El despliegue naval y las maniobras militares de EE.UU. en el Caribe ante Venezuela plantean un escenario que recuerda a la invasión norteamericana a Panamá en 1989, que llevaron al derrocamiento del general Manuel Antonio Noriega tras acusarlo de narcotraficante, como ha hecho ahora el presidente estadounidense, Donald Trump, con el mandatario venezolano Nicolás Maduro.
Estos son algunos paralelismos y diferencias entre los hechos que llevaron a la intervención estadounidense en Panamá y la situación que se vive ahora con Venezuela.
«Dictadores» y narcotráfico
Entre la situación actual con Venezuela y la que vivió Panamá hace 36 años existen similitudes, pero también «diferencias significativas», según plantea a EFE el diplomático, abogado y periodista panameño Fernando Berguido, autor del libro ‘El colapso de Panamá. La historia de la invasión y el fin de la dictadura’.
Noriega y Maduro «comparten ser dictadores y las acusaciones de vínculos con el narcotráfico», dice Berguido, miembro de la Comisión de la Verdad que investigó los crímenes del régimen militar (1968-1989).
Apunta que en el caso de Noriega, «le precedían imputaciones formales» de narcotráfico y lavado de dinero por parte de la Justicia estadounidense, dadas a conocer «un año y medio antes de la invasión».
Estados Unidos por su parte acusó a Maduro en 2020, durante la primera presidencia de Trump, de delitos de narcotráfico y terrorismo, y en agosto de 2025 su actual Administración aumentó de 25 a 50 millones de dólares la recompensa por su captura.
Además, el Departamento de Estado anunció que desde el 24 de noviembre designará como organización terrorista al Cartel de los Soles, grupo al que Washington vincula con Maduro, que lo niega.
Escenarios de «guerra»
Salvaguardar la vida de estadounidenses y la integridad de los Tratados del Canal de Panamá, restaurar la democracia y combatir el narcotráfico fueron los objetivos del Gobierno de George W. Bush (1989-1993) para desplegar tropas en el país centroamericano.
Bush anunció el despliegue de tropas cuando la operación ya se encontraba en marcha. No hubo maniobras navales previas como las que se están dando en el Caribe, solo acciones tácticas de presión psicológica intensificadas desde mediados de 1989.
Berguido plantea además diferencias importantes: los 75.000 km2 de extensión de Panamá y apenas 2,5 millones de habitantes -cuando la invasión-, «luce como un escenario mínimo frente a los 916.000 km2 de Venezuela y sus 30 millones de habitantes».
Resalta asimismo que «a diferencia de Venezuela, en territorio panameño había 14 bases militares estadounidenses y una proximidad crucial en términos de logística e inteligencia».
Además «días antes de la invasión, el gobierno de Noriega declaró la guerra a EE.UU. y, un día después, asesinaron a un oficial (estadounidense), hirieron a otro y vejaron a un tercero mientras acosaban sexualmente a su esposa, todo a unos pasos del Cuartel Central» de las extintas Fuerzas de Defensa de Panamá.
La caída del exagente de la CIA
El 20 de diciembre de 1989, EE.UU. movilizó a 26.000 soldados, más del doble de las tropas panameñas, para invadir Panamá y capturar a Noriega, el «hombre fuerte» que gobernó de facto entre 1983 y 1989.
Noriega se entregó finalmente el 3 de enero de 1990. Hasta su entrega, permaneció escondido y Estados Unidos llegó a ofrecer 1 millón de dólares por información que diera con su captura.
No hay cifras definitivas de víctimas. Según datos oficiales, murieron 202 civiles y 314 militares, la gran mayoría panameños. Extraoficialmente se habla de entre 500 y 4.000 civiles fallecidos.
Noriega, reconocido agente de la CIA, cumplió más de 20 años de cárcel en Estados Unidos y Francia, y fue extraditado a Panamá en 2011, donde lo condenaron a más de 60 años (murió en 2017, a los 83 años).
«En realidad fue una invasión hipócrita, excesivamente grande», afirmó a EFE el coronel panameño retirado Roberto Díaz Herrera, «pero querían practicar para la guerra del Golfo».
En relación con un posible ataque a Venezuela, opina que con las maniobras navales en el Caribe «disponen de una fuerza destructora que no necesitan entrar a Venezuela», y advierte que «no se puede movilizar (…) tanta flota, tanto armamento, tanta capacidad destructora para después salir de ahí sin hacerle nada a Maduro».
Fraude electoral y «batallones» de milicianos
El desconocimiento por el Gobierno de Noriega de los resultados de las elecciones generales del 7 de mayo de 1989, en las que salió triunfadora la Alianza de Oposición Civilista, con Guillermo Endara de candidato presidencial, fue calificado como fraude electoral y pasó a ser otro punto de inflexión que aceleró la crisis panameña.
Fue así que, cuando reclamaban su triunfo, Endara y sus partidarios fueron atacados por los llamados ‘Batallones de la Dignidad’, civiles armados y entrenados por los militares para enfrentar una invasión, una fuerza similar a la que ahora ha creado Maduro, bajo el nombre de Milicianos.
En Venezuela también se desató una crisis tras las elecciones presidenciales de julio de 2024, en las que se produjo la controvertida reelección de Maduro -proclamada por el organismo electoral, controlado por funcionarios afines al chavismo- y la denuncia de «fraude» por parte de la oposición, que reivindica el triunfo de Edmundo González. EFE
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