Biometría y medicina alternativa en las urnas
¿Vigilancia creciente o seguridad reforzada? El electorado suizo decide este domingo la introducción del pasaporte biométrico y, menos controvertida, la inserción de la medicina complementaria en la Constitución.
El primer pasaporte suizo, de 1915, que era entonces verde oscuro, ahora busca adaptarse a la era biométrica, si pasa el veto de la ciudadanía.
De ser el caso, Suiza se sumaría a los países de la vecina Europa Unida, donde ya se utiliza el documento biométrico con la foto electrónica.
La adaptación responde a las exigencias del Espacio Schengen, pero también a las normas de seguridad estadounidenses. Para hacer este cambio, el gobierno federal debió modificar la legislación relativa a los documentos de identidad.
Este domingo, los ciudadanos suizos deciden si aceptan o no introducir una foto biométrica de su rostro y dos huellas digitales en su documento de viaje. En el mismo contexto, deciden si se aplica un banco de datos central sobre las informaciones personales contenidas en el pasaporte.
Justo en este último punto radica el meollo del asunto. Suiza prevé introducir este banco de informaciones, aunque no se exige establecerlo en los acuerdos de Schengen. Alemania, por ejemplo, renunció a establecerlo.
Un comité interpartidista, compuesto por grupos de izquierda y derecha, lanzó un referéndum para evitar que se realice este banco de datos que obtuvo el respaldo de 63.733 firmas ciudadanas.
Huellas falsas con silicón
Veinte años después de un escándalo de datos confidenciales en el gobierno suizo, los adversarios del pasaporte biométrico temen del uso que se pueda dar a la centralización de este tipo de informaciones personales, aunque no se oponen concretamente al establecimiento del pasaporte biométrico.
Los grupos en contra tienen de su parte al protector federal de informaciones, Hanspeter Thür, quien estima que centralizar estos datos es exagerado. En el procedimiento de consultación sobre el tema, indicó que varios casos en el extranjero han mostrado que este tipo de centros de datos han terminado siendo utilizados para otros fines distintos a los de su concepción.
Durante una campaña centrada en la cuestión de la seguridad de datos, varios especialistas en informática advirtieron de los riesgos de falsificación y de malversación de las informaciones.
Un estudio realizado por la Universidad de Lausana y la Escuela Politécnica Federal de Lausana, publicado en julio de 2008, muestra que puede ser posible crear huellas digitales falsas con silicón. También, por superfluo que parezca, puede ser que una persona, al dejarse crecer el cabello o la barba, puede tener problemas a la hora de que se compara su foto digitalizada del rostro.
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Referéndum
Libertad de viajar
Pese a las críticas que evocan al ‘Big Brother’ de Orwell, los partidarios del pasaporte biométrico defienden que la libertad de viajar con un pasaporte reconocido y más seguro tiene más valor que temores inciertos de un eventual uso abusivo de estas informaciones.
La ministra suiza de Justicia y Policía, Eveline Widmer-Schlumpf, muy presente en la campaña a favor, repitió en varias ocasiones que el nuevo documento protegerá mejor en caso de usurpaciones de identidad. En su opinión, el registro central permitirá una protección eficaz y de menor costo de estos datos.
Los suizos están divididos en torno al tema. Ya los sondeos realizados en las últimas semanas mostraban que un 49% del electorado se mostraba favorable a la introducción de estos datos electrónicos, otro 37% en contra y 14% indeciso.
Si el ‘no’ gana en las votaciones, Suiza tendrá hasta el 1º de marzo de 2010 para aplicar un nuevo proyecto sobre el pasaporte biométrico. A partir de esa fecha, Berna tendrá un plazo de 90 días para encontrar un régimen especial con la Unión Europea, tal como lo han hecho la Gran Bretaña, Irlanda o Dinamarca, para no renunciar a la adhesión al espacio Schengen/Dublín.
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Democracia directa
Por un ‘sí’ a la medicina alternativa
En lo que respecta al segundo tema de las votaciones, la situación parece menos incierta, pues el tema tiene gran respaldo popular: la medicina complementaria bien podría ser incluida en la Constitución, como es el deseo del 69% de los suizos, de acuerdo a pasadas encuesntas.
Era de esperarse, luego de que el parlamento presentó un contraproyecto que obtuvo los favores de los otrora precursores de la iniciativa ‘Sí a las medicinas complementarias’.
Los legisladores presentaron una propuesta que los convenció a tal grado que retiraron el texto de iniciativa.
El objetivo de los defensores de la medicina complementaria se mantiene sin cambios: reintegrar en el catálogo de cuidados reembolsables del seguro de enfermedad básico los 5 tipos de medicina complementaria que fueron retirados en 2005 por el ministro de Salud, Pascal Couchepin.
Los partidarios de las prácticas alternativas estiman también que este tipo de cuidados complementan adecuadamente la medicina clásica y que, menos costosas, permiten contener el alza en los costos de salud en Suiza. Un argumento contestado por representantes de los grupos políticos de derecha que conforman el gobierno suizo.
En opinión de los partidos Unión Democrática de Centro, Partido Liberal y Partido Demócrata Cristiano, el sí provocará un encarecimiento del seguro de enfermedad, que cifran en 500 millones de francos. Otras estimaciones al respecto se reducen a un incremento anual de 80 a 100 millones de francos en caso de que se reintegren las cinco medidas alternativas excluidas en 2005 del seguro básico en caso de enfermedad, privado y obligatorio en Suiza.
Ante el posible ‘sí’ del electorado, Pascal Couchepin ya advirtió que en caso de que se deba inscribir un nuevo artículo constitucional, de cualquier forma el tema deberá ser tratado en una ley en la Asamblea Federal. Es decir, las discusiones en torno a la medicina complementaria no terminarán este 17 de mayo.
Carole Wälti, swissinfo. ch
(Traducción del francés: Patricia Islas Züttel)
De acuerdo a lo previsto, los pasaportes deberán ser provistos de una pulga electrónica (chip) que contenga informaciones usuales contenidas en este documento de identidad, además de una foto biométrica y fotos huellas digitales del poseedor.
Suiza prevé centralizar estas informaciones en un banco de datos denominado ISA. Este sistema, que existe desde 2003, no puede utilizarse en el marco de investigaciones policiales, tanto en Suiza como en el extranjero.
Actualmente, nueve países miembros del Espacio Schengen conservan los datos en una base central. Francia, Portugal y Países Bajos prevén introducir las huellas digitales en ese sistema.
El Consejo de los Suizos en el Extranjero (CSE) recomienda, por 43 votos a favor, 16 en contra y 3 abstenciones, votar a favor de la orden federal para la implementación del pasaporte biométrico.
Las cinco principales prácticas alternativas son la homeopatía, la fisioterapia, la medicina china, la medicina antroposófica y la terapia neutral.
Estas categorías, introducidas provisionalmente en 1999 en el catálogo de cuidados reembolsados por el seguro básico de enfermedad, fueron retiradas en 2005.
Un programa de evaluación mostró que estas prácticas no respondían a los tres criterios fijados por ley (eficacia, ahorro y adecuación) para que puedan ser reembolsados. No obstante, el programa ha sido criticado.
Los partidarios de las medicinas alternativas lanzaron una iniciativa solicitando «la inclusión completa de las medicinas complementarias» por el gobierno federal y las autoridades cantonales. En un tiempo record reunió 138.724 firmas ciudadanas que respaldaron el referéndum en la materia.
En Suiza, alrededor de 20.000 terapeutas y unos 3.000 médicos utilizan cerca de 200 técnicas de medicina alternativa.
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