
Rusia aparca la cumbre con Trump y apuesta por seguir con la guerra
Moscú, 22 oct (EFE).- Rusia ha aparcado indefinidamente la cumbre de Budapest, en la que el Kremlin y la Casa Blanca debían poner fin a los combates en Ucrania, en un claro aviso de que Moscú quiere lograr sus objetivos en el campo de batalla y no en la mesa de negociaciones.
El Kremlin, al que Ucrania y la Unión Europea acusan de buscar toda clase de excusas para no negociar la paz, pidió hoy tiempo para concretar la agenda de la cumbre con el presidente de EE.UU., Donald Trump, proceso que -admitió- será «difícil».
Las negociaciones de paz están estancadas desde que el pasado 23 de julio las delegaciones rusa y ucraniana se reunieran por última vez en Estambul.
Desde entonces, ni en Alaska ni en sus posteriores intervenciones, el líder ruso, Vladímir Putin, mostró voluntad alguna de frenar su actual ofensiva en el Donbás o de realizar alguna concesión política o territorial.
Nadie quiere perder el tiempo
«Nadie quiere perder el tiempo. Ni el presidente Trump ni el presidente Putin», dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en su rueda de prensa telefónica diaria, después de que el mandatario estadounidense asegurara que no quiere «una reunión inútil».
Añadió que Putin y Trump «son dos presidentes que están acostumbrados a trabajar de manera efectiva y con grandes resultados».
«Pero la efectividad siempre requiere tiempo», matizó.
Al mismo tiempo, admitió una «pausa» en las negociaciones de paz sobre Ucrania «que exige la implicación al más alto nivel», pero agregó que dicha reunión «debe estar bien preparada».
«No quiero una reunión inútil. No quiero perder el tiempo», dijo el martes Trump al ser preguntado por periodistas en la Casa Blanca acerca de los motivos del retraso de su encuentro con Putin.
Poco antes, la Casa Blanca confirmó que la cumbre prevista para finales de octubre en la capital húngara no tendrá lugar en un «futuro inmediato».
Al respecto, el propio primer ministro húngaro, Viktor Orbán, aseguró hoy que, aunque «continúan los preparativos para la cumbre de paz (…), la fecha aún es incierta».
Los obstáculos de siempre: Donbás y el cese el fuego
Según fuentes estadounidenses, Moscú envió a Washington un documento no oficial (non-paper) que exponía las condiciones del Kremlin para un acuerdo de paz con Kiev.
«Rusia lo ha hecho más de una vez. Nuestra postura es bien conocida por todos. Nuestro presidente la ha formulado de manera muy clara», dijo Peskov.
Al parecer, dicho documento incluye la exigencia de que Kiev abandone todo el Donbás y también la negativa a que tropas de países de la OTAN sean desplegados en territorio ucraniano.
Eso fue lo que Putin le explicó a Trump en su última conversación telefónica el pasado 16 de octubre.
Precisamente, Trump estimó en un 78 % el territorio del Donbás que controla actualmente el ejército ruso y, según la prensa estadounidense, pidió insistentemente el pasado viernes a puerta cerrada a Zelenski que retire a sus tropas de la región de Donetsk.
Al mismo tiempo, llamó públicamente a ambos bandos a cesar inmediatamente las hostilidades en sus actuales posiciones, lo que fue respaldado por Kiev y la Unión Europea.
Sea como sea, Lavrov precipitó los acontecimientos al descartar rotundamente el martes un alto el fuego, al considerar que supondría renunciar a «los entendimientos» alcanzados en la cumbre de agosto en Alaska, es decir, primero negociar la capitulación ucraniana y después detener la guerra.
El jefe de la diplomacia rusa compareció hoy de nuevo ante la prensa tras reunirse con su colega kazajo, pero se negó a hacer declaraciones.
Putin dirige ejercicios nucleares
Horas después de que Trump descartara reunirse con él «en un futuro inmediato», Putin dirigió desde el Kremlin maniobras por tierra, mar y aire de las fuerzas nucleares.
Los ejercicios, el último de los cuales tuvo lugar hace dos años, sirven para ensayar «el procedimiento para la autorización del uso de armas nucleares», precisó Valeri Guerásimov, jefe del Estado Mayor del Ejército ruso.
En concreto, las fuerzas estratégicas lanzaron un misil balístico intercontinental Yars -de hasta 12.000 kilómetros de alcance- desde el cosmódromo de Plesetsk, que se encuentra a casi 800 kilómetros al norte de Moscú.
Además, el submarino nuclear ‘Briansk’ lanzó un misil balístico Sineva desde el mar de Barents y varios bombarderos estratégicos Tu-95C dispararon misiles de crucero.
«Todos los objetivos de las maniobras fueron cumplidos», informó el Kremlin.
Putin, quien suspendió a principios de 2025 el cumplimiento del START III, último tratado de desarme nuclear aún vigente entre Rusia y EE.UU., propuso recientemente prolongar su vigencia por un año cuando éste expire en febrero próximo.
Trump respondió que era «una buena idea», pero las partes aún no han iniciado negociaciones para su prolongación.EFE
mos/rf
(foto)(vídeo)