Shakira fusiona fuerza, talento y fuego latino en Quito, con arte que estremece multitudes
Susana Madera
Quito, 9 nov (EFE).- La cantante colombiana Shakira convirtió este sábado a Quito en la capital de la música latina, al derrochar fuerza, talento, música y alegría durante el primero de los tres conciertos que ofrecerá en Ecuador, en el marco de su gira mundial ‘Las mujeres ya no lloran’.
Ante unos 35.000 espectadores, el concierto comenzó con más de una hora de retraso y terminó al filo de la medianoche.
Inició con vídeos de canciones proyectados en pantallas gigantes, en las que también apareció luego un montaje visual que repasaba la carrera de la barranquillera, con énfasis en ‘Pies Descalzos’ (el álbum que la proyectó internacionalmente con una propuesta que combinó pop-rock y sonidos latinos) hasta sus más recientes éxitos.
Cuando Shakira apareció en el escenario, el público explotó en gritos y aplausos. Así comenzó un viaje musical de emociones colectivas, en un espectáculo que combinó nostalgia y actualidad.
‘Antología’ e ‘Inevitable’ emocionaron a quienes crecieron con esas baladas, y luego, el estadio se transformó en pista de baile con ‘La bicicleta’ y ‘Chantaje’.
Los nuevos temas de su álbum ‘Las mujeres ya no lloran’ tuvieron un recibimiento eufórico: los fanáticos conformaron un inmenso coro con ‘Monotonía’, ‘Copa Vacía’ y otras canciones que acompañaron con el titilar multicolor de pulseras recibidas al ingreso al estadio.
La más taquillera y efemérides
Los más de 60 de los 82 conciertos previstos en ‘Las mujeres ya no lloran’ han recaudado hasta ahora millones de dólares y vendido más de 2,5 millones de boletos, lo que establece un nuevo récord como la gira latina más taquillera realizada por una mujer.
Y Quito no fue la excepción. La alta demanda de boletos llevó a que la barranquillera planifique tres conciertos en la capital de Ecuador, que la volverá a escuchar este domingo y el próximo martes.
Este sábado, su primer concierto de Quito coincidió con una fecha importante, pues el 8 de noviembre de 2011 Shakira recibió su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, convirtiéndose en la primera colombiana en tener este reconocimiento.
Catorce años después, y a sus 48 años, Shakira reafirmó en Quito su vigencia con un espectáculo de más de dos horas, en el que demostró su profesionalismo al reinventarse y una gracia que conecta con distintas generaciones.
Volcán de emociones
Quito, que se derrama a los pies del volcán Pichincha, se convirtió también en un «volcán de emociones» con el concierto en el que se vieron lágrimas, besos, se escucharon gritos de emoción y donde el baile calentó la fría noche en el norte de la ciudad, que las autoridades calculan recibirá a unas 100.000 personas atraídas por el fenómeno Shakira.
Ahí estaba Sandra, de 52 años, quien quedó eclipsada por «la fuerza que emana» Shakira, por lo que salió feliz de un concierto con el VI mandamiento de las Lobas en la memoria: «Una loba no compite con las de su especie. Las lobas se ayudan y protegen», dijo a EFE.
Pero también estaba Luciana, de 9 años, que aseguró a EFE que la «artista es súper buena gente» y la quería «ver desde que era muy chiquita».
La inconfundible voz de la cantante y su energía en el escenario se complementaron con una variedad de vestuarios, coreografías, pantallas con imágenes que a ratos parecían salirse del gigante lienzo y con efectos de luces que reforzaban la narrativa de cada tema.
Pero cuando Shakira entonó las primeras notas de su tema más asociado con su nueva etapa personal, ‘Soltera’, el estadio explotó en una eufórica danza, celebrando la fuerza de una mujer que transformó el dolor en música.
La interpretación fue una catarsis colectiva y un acompañamiento a Shakira en un himno de resiliencia y libertad.
Con el público en sus manos, Shakira cerró su espectáculo cantando Waka-Waka’, que antecedió al frenesí colectivo que resonó cuando interpretó ‘BZRP Music Sessions Vol. 53′, luego de haber proyectado en las pantallas los ’10 mandamientos de la loba’, con el VIII que reza: «Elegirás tu camino sin que nadie te lo imponga», o el IX que dice: «Una loba no codicia los bienes ajenos, ¡claramente!». EFE
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